La doble sesión como régimen carcelario en la educación secundaria
noviembre 30, 2012
Yenisel Rodríguez Pérez
HAVANA TIMES — Cada año se incrementa el trato carcelario a los
estudiantes cubanos de todas las edades. A los estudiantes primarios se
les expone a un adoctrinamiento feroz, a los universitarios se
despolitiza y a los estudiantes técnicos se les trata como a delincuentes.
La doble sesión en la educación secundaria forma parte de dicho
tratamiento carcelario. Es un régimen escolar que obliga a los
estudiantes a permanecer cerca de ocho horas dentro de una misma aula.
De esta manera se les secuestra la posibilidad de socializarse de manera
autónoma en los espacios públicos de la ciudad en horario diurno. Una
vez más la escuela se suma a la estructura represiva del autoritarismo
burocrático.
A principio de este siglo comenzaron a eclosionar pandillas en los
centros urbanos de todo el país. La mayor parte de éstas estaban
integradas por estudiante secundarios. En aquellos momentos la gran
mayoría de los estudiantes preuniversitarios permanecían internados.
Los adultos y los burócratas se aterrorizaron al ver como la calle se
"atomizaba" en horario laboral con la carcajada desafiante de estos
adolescentes. La doble sesión fue la solución que encontraron al problema.
Aunque la intención de purificación social de la doble sesión se
mantiene oculta, se hace evidente a todas luces el contenido
antieducativo de la misma.
Hoy la disminución del gasto social ha obligado al Estado cubano a
eliminar casi por completo los internados preuniversitarios. Esto reduce
la eficiencia carcelaria de la doble sesión de la educación secundaria.
Ahora las calles son "tomadas" por adolescentes de 15 a 18 años.
Muchachos de mayor compostura física y más radicalizados en la negación
de la demagogia oficial y el autoritarismo estatal.
Los presupuestos no alcanzarán para extender la doble sesión a los
recién fundados preuniversitarios no internados. Ya se hace insostenible
el costo de la merienda escolar que se ofrece en las secundarias para
retener a sus estudiantes.
Los conflictos acumulados emergerán intensificados en cualquier momento.
Sobre todo cuando se enfrentan de manera tan ineficaz e irresponsable.
Un Estado autoritario en retirada implica grandes costos sociales. La
experiencia carcelaria que viven actualmente los estudiantes secundarios
cubanos es una muestra de dicho costo.
Solidaricémonos con ellos.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=76035
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