Remedios en su duelo por la parranda
MAYKEL GONZÁLEZ VIVERO | Santa Clara | 24 de Diciembre de 2016 - 09:12 CET.
La plaza de Remedios se anima en la tarde. Algunos remedianos, sentados
al banquete de la WiFi, conversan sobre la suspensión de la parranda.
Hablan bajo, entre la conexión y su caída, mientras la ciudad se
reconoce en el próximo tedio de la noche.
"¿Por fin, hay o no hay?", pregunta el camarero a uno de los conexos.
El café El Louvre tiene pocos parroquianos este 17 de diciembre. Por eso
el interpelado, que dice llamarse Raúl, ocupa una mesa, navega sobre
ella, y nadie le impone que pague su comodidad con una cerveza.
"No se sabe, nadie habla claro". El navegante hurga un editorial de
Granma, busca algún dictado entre líneas que restituya a Remedios, a la
carrera, su próxima parranda. "Es que fueron suspendidas oralmente", se
burla Raúl.
La ciudad completa ha leído este editorial, "Orgullo de cubanos", que dice:
"Se trata de otro fin de año con nuevas expectativas y metas de trabajo,
con ferias populares y agropecuarias, como ya es tradicional, así como
el reforzamiento de la red gastronómica y otros servicios en todas las
provincias del país".
"No faltarán las actividades festivas en los centros recreativos
(cabarets, restaurantes, círculos sociales y otros), que se mantendrán
como de costumbre, así como las que se organizan en áreas públicas".
De todos modos, no será un fin de año común para Remedios.
"No parece diciembre", comenta Jelson, un desempleado, mientras charla
con una amiga en la plaza.
"Hasta se habló de una parranda sin música", dice Grettel, la
interlocutora de Jelson. "Estas cosas se aceptan porque no queda más
opción que aceptarlas".
"Algunos turistas han venido, pero engañados", a Jelson le hace gracia.
"¡Quién iba a avisarles que la fiesta acabó antes de empezar!"
A Grettel, estudiante de Sociología en la Universidad Central de Las
Villas, le interesa la fortuna turística del naciente polo. Una ciudad
colonial no basta para convidar a muchos visitantes. Remedios, salvo las
parrandas, apenas sirve para pasar una noche antes de llegar a cayo
Santa María, al resort. "Por eso creo que la afectación económica tiene
que ser grande", dice.
"No solo daña la economía —ya avisaba Raúl—, sino el prestigio de una de
las tres festividades más notables del país, patrimonio cultural de la
nación".
"Lo aceptamos —admite Olga, ayudante de almacén en la nave de San
Salvador—, aunque sepamos que afecta los planes de miles de personas del
pueblo, además de remedianos ausentes y turistas".
Las parrandas de Remedios, según esta lógica de la fiesta máxima, de la
indispensable conmemoración navideña, solo se suspendió un puñado de
veces en los últimos dos siglos: cuando la guerra de 1895, tras la caída
de Gerardo Machado, durante un par de años del denominado "Periodo
Especial".
"En 1970, bajo los rigores de aquella zafra —explica Raúl— la fiesta se
trasladó para agosto. Claro, se informó al pueblo, como correspondía".
Acaso porque tardó la comunicación oficial, los remedianos seguían
trabajando el 17 de diciembre. El Carmen, uno de los barrios
contendientes, metía el rompecabezas de su trabajo de plaza en los
salones de la Casa de Cultura Agustín Jiménez Crespo. Al otro lado del
parque, San Salvador, el eterno enemigo, soldaba un esqueleto de hierro.
Un trabajo de plaza es un remolino de luces tan monumental que no hay
espacio en la Casa de Cultura para las piezas depositadas por El Carmen
y los alrededores del hotel Mascotte andan ocupados por la arboladura de
San Salvador. Todavía el 17 de diciembre creían que podrían recapitular
en algún lado y permitir la parranda.
"Estamos rodeados de locos —razona una carmelita—, a lo mejor mañana
cambian de idea. Si mandan a hacerla, pues se hace, aunque haya que
trabajar día y noche".
Todavía el 19 de diciembre, este lunes, mantenían tal actitud en la
fábrica de atrezos y almacén, "la nave", del barrio San Salvador:
"Estamos preparados para que se dé la parranda si cambian de idea".
Si cambian de idea, claro. "Ellos" podrían cambiar de idea, ¿pero quiénes?
Erick González Bello, director del Museo de la Parranda, no arriesgó
ninguna declaración y remitió a DIARIO DE CUBA hasta la Dirección
Municipal de Cultura. Un funcionario de esa instancia fue concluyente el
20 de diciembre, martes:
—La fiesta no se hizo en su fecha tradicional por decisión del nivel
superior.
—¿Qué autoridad exactamente?
—El Ministerio de Cultura. Hay una circular que prohíbe las
celebraciones públicas en el país hasta el 7 de enero.
A esta polémica orden parecía responder Granma el 17 de diciembre en su
editorial "Orgullo de cubanos". La rectificación, no obstante, llegó
tarde a Remedios o quedó sujeta a la jurisdicción local, que es lo mismo.
Para la segunda tesis hay una evidencia: la carta poco difundida —que se
sepa no ha trascendido a la prensa— donde se atribuye la postergación de
la parranda a las propias comunidades, a "los barrios parranderos de
Remedios y Zulueta".
Según el texto, en lectura telefónica ofrecida por una funcionaria del
gobierno remediano, la mudanza de fecha tiene en cuenta "el momento
histórico y de dolor de la patria" y se acuerda "por respeto a Fidel
Castro".
Solo este martes una nota de Granma, "Festejos en Villa Clara por el
nuevo aniversario del triunfo de la Revolución", reveló a la opinión
pública, como al descuido, el definitivo plazo para la parranda, el 7 de
enero de 2017.
"Hubiéramos querido celebrarla el 24, como de costumbre". Olga,
parrandera en labores a mediados de semana, con la parranda muerta, no
conoce la declaración suscrita por los "barrios parranderos", pero el 25
se cumple un mes de la muerte del Comandante y el traslado de explosivos
propio de la fiesta también genera problemas de seguridad.
Este es un argumento inapelable: los voladores. Pues harían estallar el
duelo planificado desde La Habana y sostenido por un repertorio de
documentos. "Lo aceptamos", había dicho Olga. La presunta declaración
comunitaria, el editorial de Granma, esto es atrezo ad hoc para que no
se vea en la plaza el esqueleto de la parranda.
Source: Remedios en su duelo por la parranda | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1482530706_27651.html
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