jueves, 30 de abril de 2015

La falta de confianza lastra los créditos bancarios

La falta de confianza lastra los créditos bancarios
Apenas el 1% de los cuentapropistas solicita un préstamo ante el miedo a
que afectaría su autonomía y les traería más problemas que beneficios
ROSA LÓPEZ, La Habana | Abril 30, 2015

A tres años de la implementación del decreto que volvió a introducir los
créditos bancarios para para trabajadores por cuenta propia y
cooperativas no agropecuarias, la desconfianza y la falta de cultura
crediticia solo han permitido acceder a ellos al 1% de los 482.827
cuentapropistas registrados en todo el país. Desde 2012, las entidades
bancarias han visto a muchos llegar preguntando por los créditos, pero
pocos se deciden a rellenar una solicitud.

Olga de la Caridad Zuñiga es una de ellos. Esta vecina de Diez de
Octubre arrienda una habitación a clientes nacionales y ahora quiere
ampliar su negocio. "Necesito dinero para reformar el cuarto y hacerle
un pequeño baño dentro", explica en la sucursal del Banco Metropolitano
más cercano a su casa. Le ha costado un año y muchas estrecheces superar
la desconfianza hacia las instituciones bancarias y ahora solicita un
crédito que le permita llevar a cabo las remodelaciones.

En la capital cubana, hasta el momento apenas existen 5.908 cuentas
corrientes de trabajadores por cuenta propia. La mayoría prefiere aún
guardar el dinero en casa y no pedir un préstamo. Muchos de los nuevos
negocios privados que han surgido en La Habana cuentan con un capital
inicial prestado por un amigo o pariente, especialmente enviado desde el
extranjero.

"Para quien no tiene a nadie que le mande dinero, se vuelve muy difícil
montar un negocio", asegura Ricardo Monteblanco, quien se gana la vida
vendiendo cubitos de hielo para fiestas. "Tengo varias máquinas que he
tenido que comprar con lo que obtuve de la venta de un equipo de
música", explica, pero dice necesitar "una nueva inversión para mejorar,
entre otras cosas, la publicidad entre los clientes que hacen fiestas o
tienen una cafetería". El hombre calcula que necesitaría el equivalente
a unos 3.000 pesos convertibles para agregar además dos aparatos de
refrigeración, contratar un ayudante y comprar una pequeña moto para
trasladar la mercancía.

Si se le pregunta a Monteblanco por qué no acude al banco, su respuesta
va antecedida de una mueca. "¡Qué va! Prefiero triunfar solo o fracasar
solo", argumenta. "Los intereses son muy altos, hay amigos míos que han
pedido un crédito y ahora están pagando casi el 50% de sus ingresos
mensuales para liquidar la deuda", agrega. Su crítica es compartida por
otros trabajadores por cuenta propia que consideran la actual tasa de
intereses demasiado alta, los plazos para la devolución muy breves y el
papeleo inicial angustioso.

Para otros, sin embargo, el préstamo ha sido una solución. En el sector
de la renta de habitaciones a turistas y debido al aumento de visitantes
extranjeros que ha experimentado el país en los últimos meses, algunos
han visto el crédito bancario como un buen apoyo. Mercy, por ejemplo,
pidió cerca de diez mil pesos cubanos para mejorar el techo de la casa,
porque tenía un problema de filtraciones. Aprovechó también para pintar
la fachada e hizo unos pequeños arreglos de plomería. "Pude estirar cada
centavo porque mi esposo y mi yerno fueron los que hicieron todo el
trabajo, sino habría necesitado mucho más dinero para pagar la mano de
obra", explica. La señora ya liquidó al banco toda la deuda y ahora está
pensando solicitar un nuevo monto para mejorar la terraza de su casa en
el Vedado.

El proceso es largo y complicado. Comienza con rellenar un formulario,
junto al que debe presentarse le carné de identidad y la autorización de
la actividad por cuenta propia. La inscripción en el registro de
Contribuyentes de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria
también resulta indispensable para iniciar el proceso. El banco
procesará esos documentos y pedirá otros al solicitante, como el llamado
flujo de caja. La respuesta de si se otorgará el financiamiento debe
tardar entre siete y 20 días, pero varios cuentapropistas entrevistados
refieren que esperaron hasta seis meses para que el dinero llegara a sus
manos.

"En Cuba no hay costumbre de créditos bancarios", aseguraba en una
entrevista con la prensa oficial Aymara Álvarez Martínez, directora de
la sucursal 250 del Banco Metropolitano, ubicada en Paseo y Línea en el
habanero municipio Plaza. Sin embargo, la falta de práctica no parece
ser el mayor freno que hace que los cubanos se mantengan cautelosos ante
las ofertas de préstamos. "Tengo miedo que por no poder pagar a tiempo,
todos los vecinos se enteren de que soy un moroso", cuenta sus temores
un hombre que se dedica al negocio de la fotografía para bodas y fiestas
de 15 años.

Hace algunos años, se colocaron listas en sitios públicos con los
nombres de quienes no pagaron el módulo de equipos electrodomésticos
vendido a precios subsidiados. "El problema es que aquí el dueño de todo
es el Estado, incluyendo los bancos", detalla el mismo fotógrafo,que
prefirió no revelar su nombre. "Cuando le debes al banco en Cuba es como
si le debieras directamente a Raúl Castro y la verdad es que no tengo
deseos de tener un problema con él", ironiza el hombre.

Aunque su frase parece un poco exagerada, una buena parte de los
trabajadores por cuenta propia considera que solicitar un crédito
bancario afectaría su autonomía y les traería más problemas que beneficios.

Source: La falta de confianza lastra los créditos bancarios -
http://www.14ymedio.com/nacional/falta-confianza-lastra-creditos-bancarios_0_1770422945.html

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