ECONOMÍA
Academia cautelosa, público espontáneo
ORLANDO FREIRE SANTANA | La Habana | 1 Oct 2013 - 1:36 am.
En un debate en el Pabellón Cuba, tres expertos analizaron tímidamente
las reformas, pero los asistentes se robaron el show.
En días pasados, como parte del espacio "Dialogar… Dialogar", auspiciado
por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), se celebró en el habanero
Pabellón Cuba un panel sobre el tema "Economía cubana: ¿nuevas reglas de
juego?".
Los participantes fueron los académicos Juan Triana, del Centro de
Investigaciones de la Economía Cubana (CIEC); Ariel Terrero, periodista
de la televisión; y Oscar Fernández, profesor de la Universidad de La
Habana.
Con independencia de que no esperábamos planteamientos audaces, debido a
los vínculos de los panelistas con el oficialismo, es inevitable que
aguardemos con interés los puntos de vista del mundo académico, casi
siempre más avanzados que la ortodoxia de las instituciones
gubernamentales. Mas, en esta ocasión, casi no se cumplieron las
expectativas.
El primero en usar de la palabra, el investigador Triana, adujo que la
actual situación de Cuba —al igual que la de otras naciones
tercermundistas— ponía en entredicho algunos principios esbozados por
los clásicos, en especial Lenin. Por ejemplo, que no es posible
construir el socialismo en un país subdesarrollado, y que el desarrollo
es inalcanzable sin un previo crecimiento económico.
Sin embargo, el también profesor universitario no aclaró cuáles serían
los agentes del crecimiento económico en el caso cubano, si algunos
bienes y servicios ya establecidos como el turismo, el níquel y los
servicios médicos, o por el contrario algún que otro rubro que
apareciera de manera emergente.
Al referirse específicamente a un aspecto de los actuales cambios en la
Isla, el señor Triana criticó algunas aristas de la planificación, la
que consideró poco dinámica e inflexible. Insistió en que, de mantenerse
esa situación, se vería comprometida la modernización del sistema
empresarial.
Ya al final de su intervención, y al responder a una pregunta del
público sobre cuáles serían los medios de producción que podrían pasar
al régimen de cooperativas, el profesor Triana, siguiendo el tono algo
ambiguo de su comparecencia, afirmó que no había claridad en torno a los
medios de producción fundamentales, o sea, los que debían permanecer en
manos del Estado.
Prisas, ¿para qué?
Y si en las palabras del investigador del CIEC afloró la indefinición,
muchos de los argumentos de sus compañeros del panel coquetearon con la
justificación de las políticas gubernamentales, sobre todo en lo
concerniente a la "necesidad" de que el país no se apresure en la
implementación de las reformas.
Ese sentimiento estuvo implícito en las aseveraciones del profesor Oscar
Fernández, según el cual la economía cubana transita tan solo por una
etapa de modificación de sus estructuras, y no será hasta después de
2020 cuando el país esté en condiciones de acometer transformaciones más
profundas.
Ariel Terrero, por su parte, apuntó que era inevitable esperar un tiempo
prolongado para que se apreciaran los resultados de los actuales
cambios. Este comentarista económico, muy conocido por su participación
en las Mesas Redondas y en otros programas televisivos, alabó la acción
legislativa de las autoridades.
Esto se expresa, dijo, en la promulgación de leyes y resoluciones,
calificadas por él como muy positivas, como la Ley Tributaria, las
medidas para revivir las UBPC, la creación de cooperativas no
agropecuarias, y la entrega de tierras ociosas en usufructo, entre otras.
En lo que podríamos definir como lo más interesante de lo expuesto por
estos dos panelistas, ambos coincidieron en la deficiente labor de los
medios de prensa, al no informar adecuadamente sobre las reformas
económicas.
Fernández y Terrero piden tiempo para evaluar los cambios en general,
pero opinan que la prensa podría juzgar la marcha cotidiana de las
transformaciones. Sin embargo no lo hace. Solo se dedica a reflejar los
puntos de vista de la cúpula del poder, la misma que ha diseñado los
cambios.
'No se habrían atrevido a tanto'
Y como ha venido sucediendo en las actividades que incluyen un
intercambio con el público, son las intervenciones espontáneas las que
se roban el show. Y este panel sobre economía cubana no fue la
excepción. El Salón de Mayo del Pabellón Cuba vibró cuando un jubilado,
que había sido empleado de un centro de investigación de la industria
azucarera, fustigó a las autoridades por desmantelar la mitad de los
centrales azucareros de la nación.
Argumentó que el azúcar, con los buenos precios alcanzados por el dulce
en los mercados internacionales, y también los muchos derivados de la
caña, hubiesen podido añadirse a la lista de agentes del crecimiento
económico a que se refería el profesor Triana. Y ante el asombro de
buena parte de los presentes, el hombre concluyó su arenga diciendo que
de haber existido líderes sindicales de la estirpe de Jesús Menéndez,
los actuales gobernantes no se hubiesen atrevido a tanto.
Otro de los presentes, un joven profesor universitario, argumentó que de
nada servían los cambios si el salario de los trabajadores no aumentaba.
"Si las personas no se sienten bien remuneradas, qué importa que mejoren
la agricultura, el comercio o el transporte público", adujo este
participante.
Los panelistas trataron de sortear una situación que seguramente no
esperaban. Con respecto a lo dicho por el viejo azucarero, declararon
con timidez que estaban parcialmente de acuerdo con él. Y acerca de lo
expresado por el joven profesor, repitieron los manidos argumentos de
que los salarios solo se moverán cuando aumenten la producción y la
productividad del trabajo.
Source: "Academia cautelosa, público espontáneo | Diario de Cuba" -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1380561973_5316.html
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