Desafíos de la vida
MIÉRCOLES, 30 DE OCTUBRE DE 2013 04:00 ESCRITO POR YASMIN CONYEDO RIVERÓN
Cuba actualidad, Santa Clara, Villa Clara, (PD) ¿Quién no ha añorado
volver a encontrarse con su mejor amigo de la adolescencia, al que
conoció el primer día de clases, con el que compartió momentos de
felicidad y tristeza? Son recuerdos inolvidables para quienes los vivieron.
Hace tiempo que Yanet no ve a Pedro. Solo quedan de él gratas memorias
que le hacen revivir el pasado. En sus labios se dibuja una sonrisa
cuando recuerda los chistes que le hacía su camarada para sacarla de la
nostalgia de estar lejos de sus padres.
Para ella, la vida de becada no fue nada fácil en la primera etapa.
Nunca se había imaginado la vida lejos de sus progenitores al tener que
afrontar nuevas experiencias.
Imagínensela sola, lavándose su ropa, pues por el momento solo contaba
con dos uniformes para dos semanas.
Y qué decir de la comida de la escuela, donde la mayoría de las veces el
calamar con su olor peculiar era el plato exquisito del almuerzo y la
comida. Y el arroz, adornado de gorgojos, que tanto tiempo les quitaban
a los alumnos que tenían que escoger entre los granos o los gusanos.
Muchos disfrutaban el descontrol que se armaba en el comedor en los
horarios de comida, que en ocasiones era analizado por los directivos de
la institución. Los frijoles y los chícharos eran tirados de una pared a
otra como pelotas de ping-pong, tan duros que si te descuidabas podías
perder un diente.
Pero pese a todo, allí estaba Pedro, duro y firme, como a quien no le
importa nada, con tal de coger una buena carrera. Solo le interesaba
sacar buenas notas y que su amiga, con quien permanecía cada instante,
no se "rajara", ni dejara perder tanto esfuerzo.
Llegó el día en el que cada uno tomaría sus caminos, el día en que se
cumplirían sus sueños. A Yanet le otorgaron la carrera que tanto
deseaba: medicina, y Pedro sería un gran ingeniero químico.
Como en un sueño del cual nunca quisieran despertar, se veían en el
futuro como grandes profesionales. Él, en un laboratorio de un alto
nivel, donde haría innovaciones que marcarían su paso por la vida, y
ella, una buena doctora, especializada en pediatría.
Un día, por cuestiones personales, Yanet viajó a Caibarién, municipio de
Villa Clara, y recibió en el camino una grata sorpresa: se encontró con
su inolvidable Pedro. Un abrazo y un beso estremecieron a estos dos
jóvenes que hacía más de cinco años que no se veían.
Se sentaron uno frente al otro, en lo que esperaban sus transportes, y
comenzaron a compartir experiencias vividas.
La joven, que era la más tímida, rompió el hielo:
-Bueno, dime que por fin te sientes realizado, que valió la pena
soportar aquellos años tan duros, aunque lindos, porque fue allí donde
nos conocimos.
Pedro, con cara de disgusto, le respondió:
-A mí las cosas no me fueron tan bien como a ti. Aunque no lo creas, he
preguntado por ti, y sé que eres médico de familia en un consultorio de
tu barrio. Yo soy profesor de Química en una escuela".
Pasadas las horas, luego de una extensa charla, Yanet continuó su viaje.
Le reconfortó haber disfrutado cada minuto junto a Pedro, aunque le
preocupan los desafíos que le esperan a su amigo, pues a pesar de sus
esfuerzos, no trabaja en lo que tanto desvelo le había costado.
Cuba actualidad: conyedoy@gmail.com
Source: "Desafíos de la vida | Cuba noticias actualidad.Periodismo
independiente." -
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miércoles, 30 de octubre de 2013
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