Cuba saca partido del 'caso Payá'
El régimen acusa de homicidio involuntario al político del PP que
conducía el coche en el que murió el disidente y fuerza al Gobierno
español a negociar para repatriarlo
Yoani Sánchez La Habana 31 JUL 2012 - 09:38 CET1713
El español Ángel Carromero enfrentará un proceso judicial por homicidio.
Así lo ha anunciado el diario Granma, órgano del Partido Comunista de
Cuba, en un extenso editorial. De 27 años y vicesecretario de las Nuevas
Generaciones del Partido Popular en Madrid, Carromero conducía el auto
en el que fallecieron los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero, y
resultó herido leve el sueco Jens Aron Modig.
El accidente ocurrió cerca de Bayamo, en la provincia oriental de
Granma. Según los peritos oficiales y tres testigos, el chofer perdió el
control del vehículo a causa "de exceso de velocidad y falta de
atención" mientras conducía por una vía en reparación, y se estrelló
contra un árbol. El impacto se produjo justo en el lado izquierdo del
asiento trasero, donde iba Payá, el líder del Movimiento Cristiano
Liberación. Las autoridades cubanas reforzaron su versión con la
difusión, el lunes, de un vídeo en el que Carromero asume la
responsabilidad de lo ocurrido y pide que se le saque de Cuba. El sueco
Modig fue presentado ante la prensa y afirmó que no recordaba que
hubiera "algún otro auto involucrado en el accidente". Horas después
pudo abandonar la isla. "El suelo europeo está bajo mis pies. ¡Estoy tan
aliviado!", escribió en su cuenta de Twitter nada más aterrizar en Europa.
Tanto familiares como colegas y amigos de Oswaldo Payá aguardan ahora a
que el político sueco, de las juventudes democristianas, pueda contar su
testimonio de manera más libre y sin temores. Los allegados al disidente
han expresado sus dudas sobre lo ocurrido, e insisten en que los
accidentados eran acosados por la seguridad cubana.
En su editorial de ayer, Granma tacha de "desproporcionada" la cobertura
de la prensa internacional y, apelando a la "historia inmaculada" de la
revolución, arremete contra "los calumniadores" que han pedido una
"investigación transparente". También contra el "monopolio
financiero-mediático" que se "concentró en enaltecer a los supuestos
'luchadores por la libertad".
Carromero, señala Granma, es "cercano a los connotados anticubanos José
María Aznar, expresidente del Gobierno, y Esperanza Aguirre, presidenta
de la Comunidad de Madrid". Aunque él y Modig entraron como turistas, se
involucraron en "actividades políticas contra el orden constitucional".
El propósito era traer financiamiento "al minúsculo y
contrarrevolucionario Movimiento Cristiano Liberación" y asesorarles en
la formación de un "grupúsculo juvenil". El editorial explica con
detalle los preparativos del viaje y los contactos, que parten del
Partido Demócrata Cristiano Sueco. "La operación descrita es una más
entre muchas organizadas desde Miami, fundamentalmente, y también desde
Madrid y Estocolmo". Granma da cuenta de otras misiones "subversivas":
desde proyectos en las redes sociales para promover la desobediencia
civil, a sistemas para posibilitar el acceso a páginas web sobre la
primavera árabe o programas para facilitar computadoras y conexiones a
Internet. Entre las fundaciones y organizaciones que promueven la
subversión en Cuba el editorial acusa al Instituto Nacional Demócrata de
EE UU, al Grupo PRISA (editor de EL PAÍS) o la ONG checa People in Need.
Ángel Carromero se enfrenta ahora a un proceso legal que podría llevarlo
a prisión hasta por una década. La Embajada española en Cuba ha ayudado
a contratar un abogado para que lo represente, aunque todavía no se ha
hecho pública la fecha del juicio. No obstante, la ley establece la
posibilidad de que en circunstancias excepcionales se pueda realizar un
proceso sumarísimo.
El trasfondo político de este caso no ayuda en nada a Carromero, quien
podría convertirse en una pieza de canje para el Gobierno de La Habana
con relación a Madrid. El tono del editorial de Granma apunta un aumento
de la escalada verbal contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que afronta
su primera crisis con Cuba.
En este sentido, varios opositores se mostraron alarmados por la suerte
de Carromero. Elizardo Sánchez, quien dirige la Comisión de Derechos
Humanos y Reconciliación Nacional, declaró a EL PAÍS que "cuanto más
trata el Gobierno de aclarar lo ocurrido, más confuso resulta todo en
relación con el accidente donde murieron Payá y Cepero". "El caso estará
abierto", añadió, "hasta que se sepa la verdad y eso incluye que ambos
testigos puedan declarar sin estar bajo presión".
Por otra parte, ayer fue detenido en Holguín el disidente José Daniel
Ferrer, ex preso político de la primavera negra.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/07/31/actualidad/1343720321_056519.html
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