El futuro de Cuba no pasa por Pekín
Varios expertos consideran que Raúl Castro no tiene intención alguna de
instaurar el modelo de desarrollo económico de los países asiáticos
martinoticias.com
agosto 29, 2012
Aunque algunas personas consideran que el gobierno de Raúl Castro busca
adaptar el rápido crecimiento económico experimentado por los países
asiáticos a las condiciones de Cuba, Jorge Salazar-Carrillo, Profesor
Titular de Economía y Director del Centro de Investigaciones Económicas
de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) está en desacuerdo.
El especialista considera que "no hay ninguna relación entre una reforma
minúscula que ha llevado a cabo (La Habana) para actualizar el
socialismo y las reformas chinas de Deng Xiaoping, que en el año 1978,
llega a decir que las ganancias eran gloriosas y que había que darle
apoyo al capital y a la libre empresa".
Salazar-Carrillo, quien ha estudiado ampliamente las economías de China,
Vietnam, Corea del Sur, Corea del Norte, Taiwán y Japón agrega que, "en
realidad, lo de Cuba es sencillamente una especie de mantener a los
cubanos esperando algo y darles alguna idea de que eso pudiera mejorar,
pero lo que se ha visto hasta ahora son aumentos enormes de precios y
muy poca producción por parte del cuentapropismo".
El profesor universitario destacó que Raúl Castro no ha estado realmente
interesado en el desarrollo económico de los países asiáticos.
"Cuba no los ha querido copiar desde que se hicieron disponibles, como
tampoco quiso copiar el Glassnot ni la Perestroyka soviética.
Sencillamente Cuba se ha negado a hacer reformas que sean de
importancia. Y por arriba de eso, todas las reformas que hace, como las
que hizo a mediados de los años 90, les da marcha atrás cuando viene la
famosa rectificación; así que nadie puede tener seguridad de que todas
estas cosas que están haciendo: el usufructo, que no es la propiedad,
por cierto, y todo el cuentapropismo y la compra de casas, automóviles,
en vez de hacerlo por la famosa permuta. Ellos están tratando de ganar
un poco de espacio en el mercado negro, pero el mercado negro se los
lleva en contra".
Maida Donate-Armada, Licenciada en Historia y en Sociología en la
Universidad de La Habana, dijo a martinoticias.com que ella piensa "que
el gobierno cubano lo que quiere tomar experiencia del modelo asiático,
específicamente del modelo chino en cuanto a la represión con la
población. Para ellos Tiananmen (1989) fue un modelo de control de
población".
Donate-Armada, quien concluyó el doctorado en Psicología (ph.D.) en
1988, señaló que "el gobierno cubano no ha tenido en los últimos 53 años
interés alguno en resolver los problemas y las necesidades del pueblo
cubano. No creo que haya una intención real de seguir un modelo de
mejoras de condiciones de vida o un cambio de modelo, aún estando ellos
en el poder".
Manifestó que el objetivo que persigue Castro "es no perder el control
absoluto sobre la población; control físico y psicológico".
"Ninguna economía hasta este momento, que yo sepa, ha provocado un
desarrollo de una nación y actividades del sector servicio y además
actividades secundarias (son insuficientes)", señaló.
La socióloga indicó que "la historia de los pueblos asiáticos es
milenaria, es una cultura que tiene otra proyección y nosotros somos
caribeños, somos americanos, somos contemporáneos, somos un país muy
joven; nuestro país tiene 100 años escasos y de esos, 53 años los hemos
pasado en un no-país. La psicología del cubano no asimila esa situación
(modelo asiático)".
El economista cubano independiente Oscar Espinosa dijo que "los modelos
no se pueden copiar, pero se pueden sacar muchas experiencias valiosas,
tanto de lo que se ha hecho en China como en Vietnam, porque la economía
es economía en cualquier parte del mundo, aunque efectivamente hay
elementos culturales y de otro tipo y habría que adaptar las cosas".
Espinosa indicó que "el problema es que aquí en Cuba no se ha hecho
nada. Las medidas son muy limitadas. No es nada parecido a lo que se ha
hecho en Vietnam ni mucho menos de lo que se ha hecho en China. Aquí no
se ha permitido ni las empresas pequeñas ni medianas. Todo el sistema
está diseñado para que sean iniciativas de sobrevivencia, porque el
Gobierno tiene mucho miedo al florecimiento económico y que éste se haga
sobre la base de la iniciativa privada, porque esto va a tener un
impacto no solamente económico sino social y político".
"Chepe" considera que una apertura económica tendría muchas más
posibilidades en Cuba que en Vietnam o en China, porque son países muy
complicados con problemas internos muy delicados de minorías que en Cuba
no hay. Esto es un territorio más pequeño, todos hablamos un mismo
idioma y tenemos una misma cultura; en esos países no hay una misma
cultura en todas las regiones".
Señaló que "históricamente Cuba tuvo un desarrollo capitalista que ya
venía del siglo XIX con una irrupción muy fuerte del capital
norteamericano y de su presencia comercial, que hizo que el cubano
culturalmente estuviera influido mucho por ese carácter emprendedor".
El economista fue categórico cuando dijo que el Gobierno "en ningún
momento quiere que la iniciativa privada fluya. No hay un mercado
mayorista y hay un sistema impositivo que está diseñado precisamente
para eso. Cuando cualquier empresa pueda tener un desarrollo, ahí mismo
lo cogen los impuestos; crecen los impuestos sobre la utilización de la
fuerza de trabajo de una forma sustancial y pueden llegar a ser superior
al salario mismo que se paga".
La bloguera cubana Miriam Celaya señaló que a ella le parece que el
modelo asiático no va a tener aceptación en Cuba. "No me parece. La
cultura nuestra es completamente diferente".
Según Celaya, "el Gobierno ha parado un poco el cuentapropismo
individual familiar a favor de tratar de desarrollar unas cooperativas
controladas por el Estado. La promesa que subyace es que el Estado
funcionaria un poco como el que insufla un poco de capital y apoyo a
estas cooperativas. Es una promesa de prosperidad muy 'encomillada', a
mi modo de ver, porque aquí siempre existieron cooperativas autónomas
desde antes de 1959".
"No creo que sea 'importable' el modelo chino tal cual. Para eso existe
la cultura, la filosofía del cubano, que tiende más a lo individual, a
lo familiar, a ver la prosperidad desde sus propias manos y sin tanto
control estatal", señaló.
Para Celaya, el exceso de autoridad estatal daría al traste con el
modelo chino en Cuba. "Yo, creo que es ineficiente aplicarlo en la isla
y creo (que los cubanos) tampoco van a aprender (…) el Gobierno no está
dispuesto a ceder un ápice en esto. Saben que tratándose de Cuba, de la
sociedad cubana, de la idiosincrasia cubana, donde quiera que haya una
fisura el cubano va a buscar autonomía, va a buscar no depender del Estado".
http://www.martinoticias.com/content/article/14140.html
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