Publicado el miércoles, 08.01.12
Cuba insiste en la propiedad del nombre de Havana Club
MIMI WHITEFIELD
mwhitefield@MiamiHerald.com
Hace unos meses la Corte Suprema de Estados Unidos se rehusó a
intervenir en lo que parecía haber sido el último episodio en la lucha
de casi dos décadas de Bacardí contra la compañía francesa fabricante de
bebidas alcohólicas Pernod Ricard y Cuba, por el uso de la marca
comercial del ron Havana Club en el mercado estadounidense.
Pero aunque el litigio ha concluido, Cubaexport, el socio cubano de
Pernod Ricard en la distribución del ron más representativo de la isla,
todavía está tratando de retener el derecho al nombre de Havana Club en
el mercado estadounidense.
Bacardí ha ganado una serie de victorias en las cortes de Estados Unidos
contra Cubaexport, la última de las cuales fue la decision de la Corte
Suprema del 14 de mayo en contra de revisar el caso, dejando el terreno
listo para que la Oficina de Marcas y Patentes de Estados Unidos cancele
el derecho de Cuba a la marca estadounidense.
Pero los abogados de Cubaexport han presentado una petición a la oficina
de marcas, diciendo que la inscripción de la marca no puede revocarse y
permanece "congelada mientras el embargo contra Cuba siga en pie".
Cubaexport "puede regresar y darle una mordida más a la manzana", dice
Patrick Ross, un portavoz de la USPTO. Pero cuando la oficina de
inscripción de marcas tome su decisión, "esa es su última jugada en
cuanto a lo que nos concierne", dijo.
El caso comenzó en 1994, cuando Bacardí solicitó una marca
estadounidense para el ron Havana Club después de comprarle los derechos
a los Arechabala, una familia que hacía ron en Cuba y vendía Havana Club
en Estados Unidos en época tan lejana como la década de 1930.
El único problema es que después de que la familia Arechabala salió al
exilio, su inscripción de la marca se venció en 1973. Cubaexport se
lanzó sobre ella, y logró inscriber la marca de Havana Club en 1976, y
demandó cuando Bacardí trató de inscribirla casi dos décadas después.
Bacardí y Havana Club eran las dos marcas principales de ron en Cuba en
el momento de la revolución de 1959, y el gobierno de Castro expropió
las propiedades de las familias Bacardí y Arechabala.
La posesión de la marca en Estados Unidos podría parecer como una
especie de tema de discusión, puesto que el embargo estadounidense se
opone a la venta aquí de ron hecho en Cuba.
Pero esta guerra del ron es acerca del futuro y del predominio en el
negocio cuando yo no exista el embargo.
Con ese fin, Pernod realizó una conferencia telefónica el día de la
decisión de la Corte Suprema para anunciar que una nueva marca,
Havanista, ya había sido inscrita. Havanista, dijo Pernod, es un ron
cubano de primera clase que se lanzaría exclusivamente para el mercado
estadounidense después que se levante el embargo.
Aunque el nombre puede ser nuevo, las etiquetas de las botellas
prototípicas de Havanista, con su círculo rojo orlado de oro y la
pequeña figura de la Giraldilla —el símbolo de La Habana— copian las
etiquetas del Havana Club hecho en Cuba.
La distinción es importante, porque Bacardí ha estado vendiendo en la
Florida un ron, hecho en Puerto Rico con la receta de la familia
Arechabala, bajo el nombre de Havana Club desde el 2006, y se propone
ampliar pronto las ventas a todo el país, dijo Patricia M. Neal, una
portavoz de Bacardi U.S.A.
En Estados Unidos, indica Neal, en el derecho común "los derechos de
propiedad están garantizados por el uso" y están separados de la
inscripción de una marca comercial. "Bacardí posee los derechos
estadounidenses de la marca sobre la base del uso y como sucesor de los
dueños originales", dijo.
Los abogados de Cubaexport no lo ven de esa manera. "No se debe permitir
que Bacardí trate de expropiar esa marca vendiendo pequeñas cantidades
de ron puertorriqueño bajo una marca engañosa", dijo David H. Bernstein,
socio de la firma de abogados Debevoise & Plimpton, de Nueva York.
Pernod, empresa con sede en París y que estableció una empresa conjunta
con una compañía cubana productora de ron en 1993 para comercializar
Havana Club, distribuye ahora la marca en más de 120 países, y ha
sobrevivido a desafíos internacionales de Bacardí sobre el uso del
nombre. Este año espera vender 4 millones de estuches de 9 litros de
Havana Club. La marca también se vende en Cuba.
Neal dijo que ella espera que la USPTO cancelará oficialmente la marca
comercial de Cubaexport "a su debido tiempo", permitiendo que la
solicitud hecha por Bacardí sobre la marca de Havana Club siga adelante.
Pero Bernstein dijo en una carta de junio a la USPTO que la inscripción
de Cubaexport no podía ser cancelada o declarada como expirada porque
eso sería una transferencia de propiedad en la que un nacional de Cuba
tiene intereses, y eso sería una violación del embargo.
"La marca Havana Club es un activo como otro cualquiera", dijo Bernstein
en una entrevista.
El embargo prohíbe la mayoría de las transacciones financieras con Cuba
a menos que tengan licencia de la Oficina de Control de Activos
Extranjeros del Tesoro de Estados Unidos.
"La inscripción de Cubaexport sigue congelada en su estado previo de
existencia —ni renovada, ni cancelada ni expirada— mientras dure el
embargo de Estados Unidos contra Cuba en ausencia de una licencia
general o específica aplicable de la OFAC'', escribió Bernstein.
El razonamiento es similar al empleado por la OFAC cuando se negó a
emitir una licencia a Cubaexport en el 2006 para que pudiera pagar $500
para renovar la marca de Havana Club. Como la oficina de marcas
comerciales no podía aceptar el pago en ausencia de una licencia, la
inscripción de Cubaexport fue declarada "cancelada/expirada". Eso dejó
la puerta abierta para la última demanda de Cubaexport.
Ahora la disputa ha vuelto a la corte de la oficina de marcas comerciales.
Si la marca es cancelada, Cuba ha amenazado con tomar represalias contra
las marcas comerciales estadounidenses que están inscritas en la isla.
Durante décadas, representantes de compañías estadounidenses se las han
arreglado para ir a Cuba o han contratado a firmas cubanas de abogados
para garantizar que la inscripción de marcas como McDonald's y Pepsi
estén al día. Cuba dice que las compañías estadounidenses tienen unas
6,000 inscripciones en los archivos.
"La actitud irrespetuosa de Estados Unidos al despojar a los dueños
legítimos de la marca Havana Club puede poner en riesgo los derechos
comerciales y las patentes de ciudadanos de Estados Unidos en nuestro
país", dijo María de los Angeles Sánchez, directora de la Oficina de
Derechos de Patentes de Cuba en una declaración.
"Hay la posibilidad de que Cuba pudiera tomar represalias, y siempre la
ha habido, pero ese no es su estilo", dijo Kirby Jones, que ha hecho
carrera llevando legalmente a compañías y a políticos de Estados Unidos
en viajes a Cuba.
Si Cuba quería hacer buena su amenaza de represalias, podría haberlo
hecho así en el 2006, cuando perdió un caso en Estados Unidos sobre la
inscripción de la marca comercial de tabacos Cohiba, señaló. Pero no lo
hizo.
http://www.elnuevoherald.com/2012/08/01/v-fullstory/1265085/continua-el-pleito-por-havana.html
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