Ser obreros calificados de verdad
Miércoles, Junio 27, 2012 | Por Orlando Freire Santana
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -Por estos días el Ministerio de
Educación realiza reuniones para resumir el curso escolar 2011-2012 que
llega a su final, y al propio tiempo emitir las orientaciones con vistas
al período docente 2012-2013 que comienza el próximo mes de septiembre.
Con respecto al nuevo curso escolar, la viceministra de Educación,
Kenelma Carvajal Pérez, reafirmó que la mayoría de los estudiantes que
egresan de la enseñanza secundaria básica irán para las escuelas de
Educación Técnica y Profesional, y una menor cantidad de educandos
matricularán en los institutos preuniversitarios. Y de los dos niveles
que comprende la enseñanza técnica y profesional, técnico de nivel medio
y obrero calificado, se prevé que este último reciba la mayor cifra de
estudiantes.
La Viceministra aclaró que para el logro de semejante fin se precisa de
una ardua labor de convencimiento con las familias, ya que muchos padres
siguen aspirando a que sus hijos se formen como profesionales de nivel
superior. Y a renglón seguido, como para marcar una diferencia entre lo
realizado en el curso que ya concluye, y lo que deberá hacerse en el
próximo, la funcionaria apuntó que era necesario revisar la manera de
organizar el proceso docente-educativo, "porque la preparación de los
obreros calificados exige el aprendizaje de las habilidades técnicas del
oficio en un corto período de tiempo".
Este curso escolar 2011-2012 fue el primero que contó con una elevada
matrícula en las distintas especialidades de obrero calificado. El plan
de estudios incluyó, además de las materias específicas, una apreciable
dosis de asignaturas básicas como Matemática, Español e Historia de
Cuba. Lo anterior sirvió para tranquilizar un poco a los padres de los
alumnos, pues la impartición de esos conocimientos generales no haría de
sus muchachos unos obreros calificados cualesquiera, sino que los
convertiría en albañiles, carpinteros o mecánicos con un adecuado nivel
cultural, lo que les permitiría después, incluso, continuar estudios
superiores.
Sin embargo, eso es precisamente lo que se desea modificar, de acuerdo
con las palabras de la Viceministra. El sistema educacional cubano no
puede perder mucho tiempo en hacer que los futuros obreros calificados
se adentren en los vericuetos del álgebra, se entrenen en la
identificación del sujeto y el predicado en las oraciones, o comprendan
el significado del Partido Revolucionario Cubano fundado por Martí. Es
necesario que los profesores de esos muchachos vayan directamente a las
esencias: el estudiante de albañilería debe aprender pronto cómo
levantar una pared; el carpintero, la manera de ubicar el encofrado; y
el mecánico, el modo de reparar un motor u otro mecanismo.
La reunión de preparación del venidero curso en la enseñanza técnica y
profesional insistió, además, en la importancia de adiestrar mejor a los
claustros de profesores, incrementar la calidad de las clases prácticas,
perfeccionar el funcionamiento de las aulas anexas que existen en muchos
centros de producción y servicios, así como fortalecer el proceso de
formación vocacional desde las edades tempranas, con énfasis en la
secundaria básica, que es donde se define la continuidad de los estudios.
No obstante, no hay dudas de que el trabajo principal debe de hacerse
con las familias de los futuros obreros calificados, para que comprendan
que el futuro de sus hijos no es de oficina, sino de cemento, grasa y sudor.
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