Yuca importada para los turistas extranjeros
Jueves, Junio 28, 2012 | Por Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -La venta directa de los
campesinos al turismo a través de las Cooperativas de Crédito y
Servicios (CCS), en vigor desde el 1 de diciembre de 2011, se analiza en
un artículo publicado por Juventud Rebelde el pasado 24 de junio,
tomando como base los resultados obtenidos en los suministros a
Varadero, primer polo turístico de Cuba, que recibe anualmente más de un
millón de visitantes.
Hasta el cierre de abril se había comercializado 249,9 toneladas de
productos; una cantidad poco significativa si se tiene en cuenta que el
balneario famoso por su bella playa requiere anualmente 2545,4 toneladas
de vegetales, 324 toneladas de fruta, 184,3 toneladas de cítricos y
1584,0 toneladas de viandas, de acuerdo con fuentes del Ministerio de
Turismo, que no detallan la cantidad de carne de cerdo, cereales y otros
comestibles demandados por los visitantes. En esos volúmenes no se
consideran los productos agropecuarios utilizados por las instalaciones
pertenecientes al grupo Gaviota SA, gestionado por el Ministerio de las
Fuerzas Armadas (MINFAR). Como es conocido también son importadas
considerables cantidades de otros alimentos, como carnes (porcino, ave y
bovino), granos (arroz, frijoles, maíz), productos lácteos (leche en
polvo, queso, mantequilla), y otros como café (US$40 a 50 millones
anuales para todo el país) y en oportunidades hasta montos de azúcar.
La decisión de que los campesinos vendan sus producciones a los hoteles
a través de las CCS tiene elementos positivos, pero hasta el momento no
es una solución relevante para dejar la enorme dependencia del turismo
respecto a las importaciones. Resulta sorprendente que Cuba importa
nada menos que yuca congelada, limón, zanahoria, remolacha, col morada…,
lo cual es mencionado en el artículo de Juventud Rebelde. Además,
basándose en datos aportados por el periódico Granma, en 2010 se
adquirió en el exterior para el turismo 1360 toneladas de productos tan
comunes como la cebolla. Esto resulta inexplicable en un país
esencialmente agrícola. Al mismo tiempo cuestiona la utilidad económica
del desarrollo del turismo, si esta situación de dependencia continúa
creciendo.
Cuando se examinan los datos expuestos por Juventud Rebelde se aprecia
que la decisión de que los campesinos vendan "directamente a través de
las CCS" al turismo, está plagada de elementos desmotivadores. Según se
puede apreciar en las entrevistas a los agricultores privados persisten
las dificultades para obtener recursos, incluso a diferencia de la
agricultura estatal para muchos productos no existe la garantía de
suministros por parte del Estado, el denominado "paquete tecnológico".
A principios de 2012 se retiró la entrega de combustible subsidiado a
los campesinos para que pudieran transportar sus mercancías.
Asimismo, los precios de los productos se fijan en pesos convertibles
aunque se pagan en moneda nacional a razón de 7 pesos por 1 CUC, sin
tener en cuenta que el campesino tiene que adquirir muchos recursos
mediante moneda convertible en las tiendas del gobierno o en el "mercado
libre" a una tasa de 25 pesos por 1 CUC, cuando es posible adquirirlos.
Como puede apreciarse el Estado prefiere comprar en el exterior la
yuca o mandioca que consumían nuestros indios tainos y siboneyes antes
de la llegada de los españoles hace cinco siglos, ahora congelada y
transportada en barcos refrigerados, en vez de pagarla a los campesinos
cubanos en CUC, la moneda utilizada para la comercialización a los
turistas extranjeros, fundamentalmente.
A esto se agrega que, de acuerdo con las regulaciones establecidas, los
campesinos individuales tienen obligatoriamente que utilizar las CCS
para vender a los hoteles y otras instalaciones turísticas, a las que
aporta parte de las ganancias por sus gestiones. Sería justo que los
campesinos tuvieran la opción de emplear las CCS o establecer los
vínculos directos con los compradores.
El escaso avance en la comercialización de productos al turismo por los
campesinos constituye una prueba más de que las medidas que se están
tomando en la agricultura, aunque en principio podrían tener aspectos
positivos, por las prohibiciones y cortapisas se quedan a mitad de
camino y no llegan a ser verdaderas soluciones a los graves problemas
existentes en Cuba.
Asi, las importaciones de productos agropecuarios perfectamente
producibles en el país continúan en grandes cantidades, lo cual ahoga la
limitada capacidad de compra externa en detrimento de la adquisición de
mercancías muy necesarias para el consumo y el desarrollo nacional.
http://www.cubanet.org/articulos/yuca-importada-para-los-turistas-extranjeros/
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