MIRIAM LEIVA: Cómo desfacer 55 años de entuertos
01/28/2015 1:00 PM 01/28/2015 7:34 PM
Muy escabrosa se presenta la etapa iniciada el 17 de diciembre por las
decisiones de los presidentes de Estados Unidos y Cuba para proceder al
restablecimiento de las relaciones diplomáticas, avanzar en temas de
interés común, e implementar la ampliación de la política pueblo a
pueblo de Barack Obama.
Ambas partes están decididas a mantener sus objetivos respecto a la
otra. Pero la Administración en Washington está convencida de que los
métodos empleados durante 55 años no dieron los resultados apetecidos,
mientras el gobierno de La Habana necesita levantar las barreras debido
a su incapacidad de sobreponerse a la crisis general en que tiene sumida
a Cuba y la pérdida de apoyo entre la población. Al mismo tiempo, los
programas e intereses políticos añosos se resisten a la metamorfosis en
ambas riberas del Estrecho de la Florida. En Estados Unidos, quienes se
oponen a la nueva política utilizan la democracia para obstruccionar en
las instituciones y emitir declaraciones a los medios de prensa; en Cuba
son taimados a fuerza de costumbre y por el pánico a perder el cómodo e
incontestable poder absoluto, de manera que tratan de entorpecer las
negociaciones y procuran crear confusión entre el pueblo. Ambos sectores
han confluido en los propósitos de mantener la confrontación y estimular
incomprensiones dentro de los posibles agentes de cambio, la oposición
que nutre la sociedad civil.
Entonces surge la pregunta de cómo lograr los cambios en Cuba, si una
exigua minoría, pero con capacidad de influencia, entorpece la única
oportunidad en 55 años de contribuir al cambio, en este período en que
puede estarse forjando la transición. Para alcanzar la democracia, no
basta con demandar los derechos, es necesario ejercerlos adecuadamente.
Resulta imprescindible exponer las ideas, dialogar, escuchar y elaborar
proyectos con soluciones para los problemas de la población. Retraerse,
no asistir y emitir declaraciones solo beneficia a quienes coartan las
libertades; en este caso, el gobierno en Cuba, que siempre ha procurado
la división y las trifulcas dentro de la disidencia. Lamentablemente,
las protestas públicas en La Habana hacia la reunión con opositores y la
recepción ofrecida por la Sra. Roberta Jacobson, subsecretaria del
Departamento de Estado, dañaron la imagen de la oposición y es utilizada
por las autoridades cubanas en sus medios de difusión.
Indispensable resulta conocer que las relaciones diplomáticas no
constituyen ni concesión ni claudicación, sino que facilitan la
representación y las actividades de un país en otro. Las negociaciones
efectuadas el 21 y 22 de enero en La Habana deben de haber sido muy
difíciles, pues la Sra. Jacobson y su delegación reiteraron el
compromiso con el respeto a los derechos humanos, el avance hacia la
democracia y el apoyo a la oposición pacífica. Un objetivo esencial fue
obtener que las autoridades de La Habana garanticen honrar lo
establecido en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y
otros documentos internacionales relevantes. Las limitaciones a la
Oficina de Intereses de Estados Unidos y su personal son
extraordinarias. Solamente pueden moverse por un corto espacio en la
capital; el acceso de los cubanos es estrechamente supervisado, lo que
dificulta la amplia actividad consular, y sirve para acusar como
mercenarios a los integrantes de la sociedad civil y al gobierno
norteamericano de interferencia en los asuntos internos, subversión y
cualquier otra cosa. Como en Cuba todo es controlado por el Estado, los
funcionarios necesitan permisos de altos niveles para atender al
personal diplomático o las solicitudes de servicios. Igualmente ocurre
con la asistencia a las actividades organizadas por la SINA, pero en el
último año han contado con mayor participación de integrantes de las
esferas cultural, académica y científica, impelidos por sus nuevos
vínculos con instituciones y personalidades homólogas de Estados Unidos
a partir de las medidas de la Administración Obama en 2009.
La confirmación del mantenimiento de la Ley de Ajuste Cubano y la
política de "pies secos, pies mojados" por parte de Edward Alex Lee,
subsecretario asistente del Departamento de Estado, que encabezó la
ronda sobre cuestiones migratorias, constituyó un mensaje oportuno
dentro de Cuba. La propaganda del gobierno cubano sobre su exigencia de
que sean eliminados y las noticias de que legisladores cubanoamericanos
promueven su revisión puede haber influido en el aumento de las salidas
ilegales en los dos últimos meses. De continuar la incertidumbre, podría
estimular un éxodo masivo, que al considerarse una amenaza para la
seguridad de Estados Unidos, ocasione una peligrosa tensión entre los
gobiernos, en lugar de causar como desean algunos una explosión social
que tendría trágicas consecuencias para el pueblo.
Por primera vez en Cuba, los periodistas independientes pudieron asistir
el 23 de enero a una conferencia de prensa, donde participaron
corresponsales de los medios nacionales, como Mesa Redonda, Cubadebate,
Granma, Telesur y otros, y la prensa extranjera. Su invitación por la
Sección de Intereses de Estados Unidos (SINA) constituyó otra
demostración del compromiso de la Administración Obama con la sociedad
civil cubana. La Sra. Jacobson emitió una declaración y respondió
preguntas, en sintonía con lo expresado por el Presidente en el discurso
del estado de la Unión, tres días antes, de que el propósito del cambio
de política es defender los valores democráticos y extender una mano de
amistad al pueblo cubano.
Aunque las autoridades de Cuba publican exigencias, su credibilidad
quedaría en entredicho si obstruyeran el proceso, fundamentalmente ante
la opinión pública nacional. La situación demanda un gran sentido de
responsabilidad y amplitud de miras por parte de todos los cubanos,
dentro y fuera de la isla-nación, ya que las diferentes opiniones y
proyectos pueden adecuarse a las oportunidades que se abren, teniendo en
mente los beneficios para el pueblo y la nación en primer lugar.
Periodista independiente cubana.
Source: MIRIAM LEIVA: Cómo desfacer 55 años de entuertos | El Nuevo
Herald El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article8456759.html
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