miércoles, 27 de noviembre de 2013

La Habana huele muy mal

La Habana huele muy mal
Martes, Noviembre 26, 2013 | Por Víctor Ariel González

LA HABANA, Cuba, noviembre 2013, www.cubanet.org.- En Cuba no existe
sociedad de consumo. Tampoco actividad industrial intensa. La cantidad
de desechos no debía asustar. Pero el tratamiento de los desperdicios es
preocupante, porque contamina al país y compromete a las futuras
generaciones.

No existe una política correcta para tratar los desechos. Y si es cierto
que la realidad cubana exige la solución de problemas más urgentes, el
adónde va a parar la basura, no debería dejarse atrás.

Los buzos mal vistos

En los hogares, los centros de trabajo, los depósitos en las calles,
todo lo que se tira a la basura cae en un mismo compartimento en donde
no se distingue al vidrio del metal o de los biodegradables. Todo el
conjunto va a parar a los vertederos, donde tampoco clasifican los
desechos y facilitan su tratamiento.

Una de las maneras efectivas de lidiar con la basura es su reciclaje. En
Cuba resulta una tarea en extremo difícil. No existe educación ni
voluntad política encaminada hacia la necesaria separación de los
desperdicios. Más aún, el Estado entorpece el proceso.

Ejemplo de ello es la actitud negativa hacia los "buzos", que se dedican
a buscar latas vacías de refrescos y cervezas para venderlas a empresas
de recuperación de materias primas. Estos individuos son mal vistos por
el gobierno pese a que su labor es ecológicamente loable y son
socialmente útiles en tanto tienen un empleo honrado.

Más allá de no clasificar los desperdicios, el sistema ni siquiera
reconoce el trabajo de los que pudieran llamarse "pequeños empresarios
del aluminio".

Si el resto de los materiales desechados también diese negocio, no cabe
duda de que la industria de la recuperación de desechos florecería
rápidamente y contribuiría al saneamiento de la ciudad.

Fuego en el gran basurero

Desde lo alto de una de las facultades del Instituto Superior
Politécnico José Antonio Echeverría se observaba cómo se elevaba una
densa columna de humo, que nacía en las entrañas del gran basurero de
Avenida 100. El tóxico espectáculo no tenía nada nuevo: la combustión
incontrolada de desechos sería arrastrada por el viento hasta las aulas
del recinto universitario. Los estudiantes que allí estaban recibiendo
sus clases iban a inhalar cuanto químico indeseable generaba el incendio.

Sólo después de muchos siniestros — y repetidas quejas– fue que se
eliminó la causa del fuego, dándosele cierto tratamiento a los desechos.
La descomposición de grandes cantidades de materia orgánica puede
generar el calor suficiente para que se desaten fuegos accidentales.

Apagado el fuego, el mal olor del Vertedero de Avenida 100 continuó
azotando a la población circundante.

El primer error es ubicar el enorme basurero en medio del municipio
Marianao, cerca de zonas muy transitadas pero, por supuesto, bien
alejado de los barrios habaneros en donde vive la clase dirigente del país.

Falta de contenedores

Otro de los problemas es la falta de depósitos de basura y las
irregularidades en su recogida. Al camión recolector, como todo vehículo
estatal, le roban combustible o piezas. Los tanques de basura también
son producto del vandalismo. Sus ruedas son ideales para fabricar
carretillas de vendedores ambulantes. Los desechos se acumulan por días
en las esquinas.

Ni hablar de las redes sanitarias. El crecimiento poblacional ha hecho
colapsar los sistemas de recogida y tratamiento de las aguas. Y las
construcciones que se levantan carecen de las más elementales normas
técnicas. Se encuentran comunidades enteras con un alcantarillado
deficiente y hasta inexistente. Las Aguas albañales corren por las
calles, o se filtran hacia las capas inferiores del terreno contaminando
los manantiales, mientras que las vertidas en ríos y mares destruyen
varios ecosistemas a su paso.

El descontrol, la acumulación de desechos y el deterioro de los sistemas
de tratamiento de agua, contribuyen a que en Cuba exista el peligro de
una epidemia extendida. Ya se han comenzado a ver las señales de la
crisis sanitaria: el resurgimiento de enfermedades que estaban
erradicadas del territorio nacional indica que la inmundicia que nos
rodea tendrá consecuencias desastrosas.

Source: "La Habana huele muy mal | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/?p=53656

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