El negro visto por Bolívar, Che Guevara y José Martí
Ramón Colás
25 de noviembre de 2013
Dos íconos latinoamericanos son Bolívar y Che Guevara. El primero es una
figura esencial en a historia de los países sudamericanos por su lucha
contra el dominio español. Su imagen, sin ser santificada, tiene las
mismas dimensiones de un santo evangélico y en el imaginario de sus
incondicionales aparece como un sol sin manchas ante la historia
latinoamericana. Por su parte, Guevara alcanza una dimensión mayor
porque su época está asociada al desarrollo tecnológico y la revolución
mediática. Además, cuenta a su favor con un sinnúmero de seguidores en
todas partes del mundo gracias a los heraldos de la izquierda
internacional que lo han entronizado como el ejemplo moral para los
pueblos. Sin embargo, El libertador y Che Guevara tenían un punto de
coincidencia tan exacto como abominable. Los dos eran racistas.
El poeta cubano Gastón Baquero en su excelente ensayo El negro en Cuba
describe cómo Simón Bolívar en el año 1826 escribe al general Santander
una carta donde le convence de no intervenir en Cuba, a pesar del temor
que significaba La Habana por haberse convertido en un punto de
concentración de tropas españolas que pudieran organizar expediciones
contra las nuevas naciones liberadas al sur del continente. Dice el
libertador a su subordinado: General, la independencia de Cuba puede
esperar, nos basta con un Haití en el Caribe. Baquero explica que la
revolución haitiana acrecentó tanto miedo al negro hasta llegar a
empañar la imagen de un hombre como aquel adalid venezolano.
El guerrillero argentino, en su tránsito por América mostró un desprecio
morboso hacia los negros de Brasil. De ellos dijo: "Los negros, esos
magníficos ejemplares de la raza africana que han mantenido su pureza
racial gracias al poco apego que le tienen al baño, han visto invadidos
sus reales por un nuevo ejemplar de esclavo: el portugués. El desprecio
y la pobreza los une en la lucha cotidiana, pero el diferente modo de
encarar la vida los separa completamente. El negro indolente y soñador,
se gasta sus pesitos en cualquier frivolidad."
José Martí, con su conducta de vida, estuvo por encima de su época al
describir en un breve ensayo su posición con relación a la
discriminación racial. Este blog no es el espacio para el análisis
integral de su actitud sobre el racismo. Sin embargo, vale exponer sus
palabras para recordar la dimensión ejemplar de Martí ante un tema que
por viejo no deja de estar presente en todas las sociedades. En mi
opinión, la más completa definición de raza fue expresada por nuestro
Apóstol cuando escribió: "Hombre es más que blanco, más que mulato, más
que negro". Martí, al dirigirse a su amigo negro Juan Gualberto Gómez,
en los preparativos del alzamiento del 24 de febrero del 1895, le
llamaba: Hermano de mi alma. Y sobre el sistema colonial esclavista
expresó: "¿Quién que ha visto azotar a un negro no se considera para
siempre su deudor?".
Más de medio siglo de intolerancia ideológica en Cuba permitió el
consumo de algunas corrientes filosóficas y políticas de otras naciones,
aunque estas fueran excluyentes. Los alemanes Carlos Marx y Federico
Engels, el ruso Vladimir Ilich Lenin y el argentino Ernesto Guevara,
fueron los referentes morales de la sociedad totalitaria cubana. El
régimen cubano, al ubicar a Martí detrás de ellos, provocó un daño
irreparable a la memoria histórica de la nación cubana. Sin intentar
establecer comparaciones, Martí es de una estatura mayor porque en su
corta vida no quebrantó su visión acerca de los hombres.
Los íconos son referentes ineludibles para los pueblos y Martí hoy es
más necesario que nunca.
Source: "PayoLibre.com - Cuba -" -
http://payolibre.com/articulos/articulos2.php?id=5864
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario