Jóvenes cubanos se ganan la vida en la calle
Cambian la escuela por la calle y viven de revender o negociar
baratijas, tabacos, ron cubano de marca, música de moda, y mercancías de
Ecuador y Venezuela...
Luis Felipe Rojas
agosto 29, 2013
A la sentencia que se repite de generación en generación de que la
juventud está perdida, se le suman las dificultades propias de la época.
Leonardo Padura, el multipremiado narrador cubano cree que hay un sector
informal en Cuba que ha perdido las oportunidades de superarse y se
convertirán en los indeseables de mañana, así lo describe en Cuba,
futuro imperfecto un artículo publicado en la agencia IPS.
Los jóvenes a los que Padura se ha referido en su más reciente crónica
cambian billetes por monedas para que los pasajeros puedan montar a los
ómnibus en la capital cubana. Unos venden caracoles en las calles del
exclusivo balneario de Varadero, otros ofertan bidones para acarrear
agua, baterías para automóviles o cualquier artículo en falta en medio
de la crisis económica. Todos tienen un denominador común: están
buscando sobrevivir al ahogo y la desesperanza.
"Los oficios informales existen en todo el mundo. Pero proliferan, sobre
todo, donde existen problemas de pobreza y desempleo. En Cuba casi
desaparecieron por décadas, en parte por razones económicas y en parte
por compulsión social.
El resurgimiento y auge de estos modos de ganarse la vida tiene como
causa económica la desproporción entre salarios y costo de la vida, y
como principales protagonistas a jóvenes. Son personas en muchos casos
todavía en edad escolar (pre o universitaria) que han optado, o se han
visto obligados a optar, por la calle en lugar de un pupitre", escribe
Padura.
"No trabajo con el estado pues ganaría la cifra para obtener 10 CUC y
con eso no puedo comprar más allá del aseo personal y no hago trabajo
por cuenta propia porque entre los trámites y la inversión inicial
necesitaría el dinero que no tengo ni he podido reunir en toda mi vida",
dice Ramón Álvarez, de 35 años y residente en Guantánamo.
"Prefiero ayudarle a mi esposa a revender ropa en mi casa o vender el
folio (también conocido como la bolita o lotería) que estar luchando con
los inspectores y la lucha para conseguir materias primas para hacer
cualquier trabajo autorizado", afirma.
Ocho horas sentado en una silla plegable, frente a un canapé repleto de
baratijas y misceláneas no le reportan a William Zaldívar el sustento
para mantener a su familia. Es un hombre joven que ejerce el trabajo por
cuenta propia en los alrededores del Hospital provincial de Holguín y no
es precisamente un problema de acomodo personal lo que lo hace casi
desistir de esta labor.
"Es una situación muy dura con la represión pues el gobierno quedó en
abrir almacenes mayoristas para nosotros ofertarle al pueblo, pero no lo
ha hecho. Las Tiendas Recaudadoras de Divisa, conocidas como TRD son del
ejército y las únicas autorizadas a comprar en el exterior para
revenderle al pueblo, y eso no lo han cumplido", afirma Zaldívar.
Jóvenes en edad escolar (preuniversitario o después de abandonar los
estudios superiores) venden baratijas, tabacos, ron cubano de marca,
música de moda, copias falsas de carteras, cintos o relojes traídos a
Cuba desde Ecuador, Venezuela o Miami. Si logran obtener algún
beneficio, lo utilizarán en una noche de discoteca, un regalo para la
novia de turno o en: "tomarme unas cervezas con mi mujer, comerme una
pizza y seguir para adelante, que la vida es corta, mi amigo", concluye
Ramón.
Desde la ciudad de Pinar del Río Joel Fernández considera que "sí hay
acceso al trabajo por cuenta propia, pero sus condiciones no son
rentables. El que lo hace es porque tiene acceso a estas materia primas.
Todos los bienes los tiene controlados el Estado, pero no te da un
precio módico, como el que existe entre empresas, para que tú como
cuentapropista compres lo que vas a elaborar. No puedes ir a una empresa
a comprar un saco de harina de pan al mismo precio que lo hace el
estado; tienes que comprarlo en un precio que está en CUC y tienes que
cambiar 25 pesos de tu salario para comprar 1 CUC, y eso no es
rentable", afirmó.
Las crónicas, notas de prensa y columnas de opinión en los medios
oficiales se preocupan por la propensión de los jóvenes al menor
esfuerzo. Hace dos años se implementó la más severa ola de desempleo en
54 años de proceso comunista y la solución fue quitar la mordaza que
impedía a los cubanos ejercer sus talentos por cuenta propia en ventas,
confecciones y elaboración de alimentos y productos deficitarios. El
discurso oficial no habló entonces de "la ley del menor esfuerzo".
Source: "Jóvenes cubanos se ganan la vida en la calle" -
http://www.martinoticias.com/content/jovenes-trabajo-por-cuenta-propia-cuba-empleo/26912.html
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