¿Quién fabrica pretextos?
Reinaldo Escobar
La Habana 17-05-2011 - 10:00 am.
En la lógica de 'Granma', denunciar un atropello es dar argumentos al
enemigo y, por tanto, traición a la patria.
Este lunes la portada del diario Granma estuvo totalmente ocupada por un
editorial titulado Fabricar pretextos, donde se da a entender que
aquellos que exigieron a las autoridades que se practicaran las
investigaciones pertinentes y se sancionara a los responsables, caso de
haberlos, ante la muerte del ciudadano Juan Wilfredo Soto García, lo
único que estaban buscando era fabricar pretextos para una invasión
militar norteamericana.
El despliegue del texto y el tono amenazante de las advertencias parecen
indicar a los ciudadanos que cualquiera que de ahora en adelante se
queje de un atropello realizado por la fuerza pública puede ser
procesado por traición a la patria. Donde digo atropello, incluyo una
detención arbitraria, un desalojo, un mitin de repudio, o uno de esos
"secuestros relámpagos" en los que una persona es introducida a la
fuerza en un auto y alejada del sitio al que pretendía acudir. ¿O
también van a decir que nada de eso ocurre?
En un párrafo que hace de saco inmenso, Granma incluye a informantes
"multipremiados" (solo conozco a la bloguera Yoani Sánchez en ese
acápite), políticos extranjeros, medios de prensa y periodistas
acreditados en el país. A continuación se dice que "todos ellos" callan
ante los horrores de las guerras de Irak y Afganistán, guardan silencio
ante el uso de la tortura, "impiden" la investigación de los crímenes
cometidos por el imperialismo, y otras desvergüenzas más.
La idea de que a los periodistas independientes y blogueros cubanos "les
encantaría invocar la 'protección de civiles' para bombardear La
Habana", aun cuando haya sido redactada como una pregunta, resulta
cuando menos repudiable.
Si ese es el método elegido para acallar las denuncias de violaciones a
los derechos ciudadanos y los excesos cometidos por agentes de la
policía, uniformados o no, se puede vaticinar que fracasará. El
argumento de "no darle pretextos al enemigo" es demasiado manido y
podría usarse hasta cuando un científico demuestra que las aguas de un
arroyo han sido contaminadas por una industria, o cuando alguien narra
cualquier abuso administrativo, cualquier acto de corrupción, cualquier
incumplimiento a una promesa del gobierno.
Los gobernantes que rinden cuentas a sus ciudadanos, que no se ofenden
cuando alguien duda de la verdad oficial, no amenazan a los quejosos,
sino que crean mecanismos civilizados de consulta, en los que la
transparencia es un principio inviolable y la búsqueda de la verdad es
el único propósito. De hecho no tengo pruebas fehacientes de que exista
en el mundo uno solo que actúe de esa forma, pero es como me gustaría
que actuaran los de mi país.
http://www.ddcuba.com/derechos-humanos/4784-quien-fabrica-pretextos
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