Lunes, 23 de Mayo de 2011 10:37
Escrito por Osmar Laffita
Capdevila, La Habana, 23 de mayo de 2011, (PD) El saldo constructivo y
de montaje al cierre del año 2010 tuvo un incumplimiento de un 24,4%.
Esta situación se mantiene en el presente año, en gran medida porque
este sector continúa atrapado en la falta de integralidad
que confronta el proceso inversionista.
De las inversiones previstas para este año, el 50% están dirigidas a la
rama productiva, el 13% a la infraestructura, lo que totaliza el 63%. Se
destinará un 19,2% a obras sociales, que incluyen la edificación de 43
000 viviendas, algo más que el pasado año que se ejecutaron 32 748
inmuebles, algo irrisorio si tenemos en cuenta que el déficit de casa es
de 500 000 moradas.
Esto responde a que las inversiones priorizadas son las que generan
ingresos en divisas. Luego de su puesta en marcha, el proceso de
amortización se supone sea lo más rápido posible. Pero esto resultará
difícil de cumplir porque el sector continúa sumido en una suma de
ineficiencias, en que la eficiente gestión empresarial aun es una
asignatura pendiente.
La desorganización reinante en el proceso constructivo origina pérdidas
por los bajos rendimientos, lo cual da lugar a toda una cadena de
impagos, lo que provoca demoras en las tramitaciones bancarias. Todo
asociado a una deficiente política de precios, que repercuten
negativamente en los resultados finales de las obras.
La mala contratación tiene atrapada como una pandemia a la actividad
contractual. En la práctica es letra muerta. Se incumple lo pactado, se
violan las condiciones de pago, no hay sanciones a los infractores, lo
cual se ha convertido el talón de Aquiles del proceso inversionista.
Se confrontan serios problemas en el cobro y pago de las cuentas, con
mayor incidencia en las empresas perteneciente al Ministerio de la
Contracción (MICONS). El año pasado las cuentas correspondientes a estos
acápites ascendían a uno 190 millones de pesos y de ese total 90
millones llevan más de un cuatrimestre sin ejecutarse.
En este descontrol se ha podido conocer de cuentas por pagar y cobrar
fuera de término y sin conciliación, muchas de ellas sin la
documentación legal que avalen la gestión de cobro. También en las
acciones de control interno ejecutadas a mediado del año pasado,
saltaron facturas sin firmas y sin reconocimiento del cliente, lo que
confirma que se reportaron producciones no realizadas.
El incumplimiento en el sector es tan grave que hubo que liquidar más de
20 empresas por los altos niveles de pérdidas que generaban, lo que
provocó elevadas deudas al MICONS. Ante esta crisis, el gobierno se vio
obligado en contra de lo acordado a destinar fondos no planificados para
cumplir determinados compromisos constructivos priorizados.
Ante tal insolvencia financiera del MICONS, el gobierno, para que dicho
ministerio pueda cumplir sus planes constructivos fijados para este año,
le autorizo una moratoria de pago de sus obligaciones fiscales por 45
millones de pesos y le concedió excepcionalmente un subsidio por
perdidas por 72 millones de pesos, dinero que no se estaba previsto
erogar del presupuesto del Estado en el presente año para estos fines.
La crisis en que está sumida la construcción se debe a que su sistema
empresarial es ineficaz. Sus directivos violan los contratos, no honran
sus obligaciones con el cobro y pago a tiempo de sus cuentas, lo que ha
provocado las altas deudas que tienen con el estado y la insolvencia
financiera de decenas de su empresas.
Los mayores afectados son los constructores, que por la pésima gestión
empresarial, están sumido en una calamitosa situación, sin poder hacer
nada, totalmente desamparados. Muchos continúan sin ubicación, en espera
de una solución.
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