Thu Sep 2, 2010 2:22pm EDT
Por Esteban Israel
LA HABANA, 2 sep (Reuters) - Semanas después de su estreno en Estados
Unidos, "Killers", la última comedia de Ashton Kutcher, ya estaba
entreteniendo a los cubanos.
Por apenas dos pesos, el equivalente a nueve centavos de dólar, el cine
Yara ofrece en el corazón de La Habana una versión pixelada y de colores
lavados de las aventuras de Kutcher en la piel de un sicario de la CIA.
"Está buenísima. Acaba de llegar en DVD", explica una mujer en la
taquilla del cine estatal.
El problema es que "Killers" no será oficialmente lanzada en DVD hasta
el 7 de septiembre e incluso entonces no podrá ser distribuida
comercialmente en Cuba debido al embargo estadounidenses contra la isla.
Pero medio siglo de sanciones comerciales de Estados Unidos han
convertido a Cuba en un paraíso de la piratería y en una oportunidad
perdida para las empresas estadounidenses.
Aunque el embargo prohíbe a empresas como Microsoft (MSFT.O) exportar
software a Cuba, la mayoría de los ordenadores en la isla utilizan
versiones sin licencia de su sistema operativo Windows. Copias piratas
de Windows 7, la última versión, están disponibles en Cuba desde hace
meses en manos de vendedores clandestinos.
Las raras criaturas azules de "Avatar", la última cinta de James
Cameron, aparecieron en las pantallas de la televisión estatal de Cuba
en febrero, cuando la película todavía estaba batiendo records de
recaudación en los cines de todo el planeta.
Haciendo zapping por los cinco canales de la televisión cubana, todos
del Estado, uno tropieza con programas como "Hannah Montana" de Disney
Channel o "Friends" de NBC y películas como "Madagascar 2" de Dreamworks.
"La realidad es que los productos y servicios estadounidenses están
allí, independientemente de que las compañías que los fabrican los
vendan o no", dijo Jake Colvin, vicepresidente para Comercio Global del
Consejo Nacional de Comercio Exterior en Washington.
"Lo frustrante es que las compañías estadounidenses no están recibiendo
nada a cambio", dijo a Reuters.
PIRATAS DEL CARIBE
El embargo comercial impuesto en 1962 por Washington, con el objetivo de
forzar un cambio en el sistema socialista, prohíbe a las empresas
estadounidenses hacer negocios con Cuba, salvo exportar productos
agrícolas y medicinas con restricciones.
La posición extraoficial de Cuba es que el embargo limita su acceso a
muchos productos, por lo que no tienen más remedio que recurrir a la
piratería.
El canciller cubano suele ofrecer todos los años una conferencia de
prensa sobre el impacto de las sanciones estadounidenses, disparando
láminas de Microsoft PowerPoint desde un laptop HP (HPQ.N) en una
pantalla 3M (MMM.N).
La Alianza de Software Empresarial (BSA, por sus siglas en inglés), un
grupo empresarial con sede en Washington, dice que el 63 por ciento de
los programas usados en América Latina en 2009 era piratas y tenía un
valor comercial aproximado de 6.200 millones de dólares.
"Nosotros calculamos que el índice de piratería en Cuba debe andar
alrededor de 80 por ciento, si no es más", dijo Montserrat Durán,
directora de asuntos legales para América Latina de BSA.
Cuba ha sido sin embargo mucho más protectora de sus propias marcas,
invirtiendo tiempo y dinero en defender en tribunales de Estados Unidos
los derechos de sus famosos cigarros Cohíba y del ron Havana Club.
El Consejo Nacional de Comercio Exterior dice que la falta de relaciones
diplomáticas formales entre ambas naciones impide a las empresas
estadounidenses plantear estos asuntos con las autoridades cubanas.
"Hasta que no arreglemos las relaciones, hasta que los gobiernos no
puedan hablar entre sí y tener mejores relaciones oficiales y hayan
reglas sobre cómo las empresas pueden interactuar y hacer negocios con
Cuba no vamos a poder resolver este problema", dijo Colvin.
¿LA CUENTA DE BILL GATES?
Pero mejores relaciones podrían exponer las dimensiones de la piratería
en Cuba, dijo un ingeniero de sistemas.
"El día que nos amiguemos con Estados Unidos va a venir (el fundador de
Microsoft) Bill Gates a pasarnos la cuenta. Y va a ser grande", dijo,
medio bromeando y medio en serio.
Un portavoz de Microsoft declinó hacer comentarios.
Por el momento, Cuba debe concentrarse en el futuro más que preocuparse
por el pasado, dijo Durán, de BSA.
"No se pretende que paguen lo que ya pasó, sino que los gobiernos
legalicen sus productos y empiecen por dar el ejemplo. Que los
ciudadanos sepan que esto es un delito como robar un auto", explicó.
Según expertos locales, eso explica la decisión del Estado cubano de
migrar sus ordenadores de Windows a Linux, un sistema operativo gratuito
y de código abierto promocionado, además, como una alternativa al
dominio estadounidense del mercado del software.
http://www.reuters.com/article/idESMAE6810WV20100902?rpc=444
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