2010-02-25.
Dr. Sinue Escolarte
(www.miscelaneasdecuba.net).- En ocasiones, un hecho conmovedor consigue
hacer olvidar otros crímenes ocurridos en el pasado. Eso depende de la
magnitud y la profundidad de la respuesta emocional de quienes la
padecen. El fallecimiento de Orlando Zapata Tamayo, reúne los requisitos
para quedar indeleble en el alma de la sociedad mundial.
Durante los últimos sucesos de violencia y represión perpetrados en la
isla por el régimen, escribí, que estaba a punto de aparecer un mártir y
que eso sería fatal para la sangrienta dictadura que desgobierna. Ya
produjeron el mártir y se están viendo las consecuencias.
El tirano Raúl Castro enseñó su cinismo, su barata hipocresía mafiosa,
al lamentar la muerte del hombre al que asesinó, mostrándose cobarde y
evasivo, al intentar culpar a los Estados Unidos del dramático
desenlace, para ocultar tras la mentira, que el joven opositor pacifico
era negro, un obrero albañil que fue capaz de mantener su decoro, su
dignidad y sus principios por sobre las torturas y las golpizas que lo
condujeron a la arbitraria decisión estatal de condenarlo nueve veces
dentro de la prisión, por continuar denunciando, hasta sumarle más de 30
años a su inicial condena de tres.
Cuantos ante tal abuso de poder, ante tanta impotencia, hubieran optado
por la huelga de hambre con la disposición de morir antes que mantenerse
humillado? Es un acto de extrema valentía. Solo con una elevada
convicción ética y moral se llega hasta el fin de tal propósito. Ellos
lo sabían y lo dejaron morir. Su madre Reyna Zapata tiene la razón. Fue
una muerte premeditada. Por eso es un héroe, por eso, un mártir que no
se borrará fácilmente de las ideas de libertad que va adquiriendo el
pueblo y servirá de estimulo para continuar la lucha.
Esta injusticia criminal demuestra de lo que son capaces los Castro, en
su afán de sostenerse en el poder por la fuerza. Aceptan ante la
disyuntiva que se aprecia por la inconformidad, el descontento y las
continuas protestas en todo el país, el gasto de su capital político,
por tal de dejar claro hasta donde pueden llegar para incrementar el
miedo, utilizando el viejo método del chantaje, las detenciones, las
amenazas y el asesinato como escarmiento. Fue premeditado porque se les
advirtió con tiempo suficiente y por los 83 días que duro' su martirio,
lo que es hoy una triste realidad, la posibilidad de su muerte.
Se informó por todas las vías posibles, tanto en Cuba como en el
extranjero y a diversas organizaciones internacionales, embajadas y
países el peligro que corría, sin que nadie hiciera nada. El máximo
exponente fue sin dudas el presidente de Brasil Lula Dasilva cuyo
prestigio y popularidad deben descender ante su indiferencia y silencio.
Si tiene conciencia, no debe andar muy bien.
Pero no es el único crimen, recordemos los miles de fusilados desde que
la revolución hizo su trágica aparición. Los miles de fallecidos en el
Estrecho de La Florida huyendo de su terror. Los ahogados incluyendo
niños, en el hundimiento del Remolcador "13 de Marzo". El injustificado
derribo de las avionetas de hermanos al rescate. Los miles de enviados a
morir en una inútil causa en África como "internacionalistas". Los tres
jóvenes fusilados por el desvío de una lancha para escapar del infierno
cubano y muchos más.
No son los únicos crímenes. Deben recordarse las bien conocidas torturas
físicas mil veces denunciadas, las psicológicas, el acoso político y la
pobreza extrema, que han provocado la separación familiar y la diáspora
en la que se encuentran cuatro millones de personas.
Acaso no es un crimen humano retener secuestrados por tiempo indefinido
en Cuba a los cientos de niños y otros familiares de los que denominan
médicos desertores como castigo, sin tener en cuenta el sufrimiento y
las consecuencias por la separación. El conocido caso de Brayan Basulto
de 10 años, separado sin saber hasta cuando de sus padres, con entrada
en territorio norteamericano hace mucho, ilustra lo expuesto.
El mártir Orlando Zapata Tamayo murió por esto y más, por eso debe ser
la gota que haga derramar la copa de muchos indiferentes o pasivos ante
el abuso y la imposición que durante 51 años hemos padecido.
Es doloroso que América Latina permanezca al margen ante un hecho tan
cruel y proponga unidad, permitiendo que Venezuela y Cuba, países sin
respeto visible a los derechos humanos, formen parte de una coalición y
dejen fuera a Honduras que vive en verdadera democracia.
Es imposible así conseguir unidad. Europa esta condenando y Estados
Unidos debe hacerlo más. Pero somos los cubanos los que compartiendo el
ejemplo de los hondureños, de los que luchan contra la oclocracia en
Ecuador y los que se oponen en Nicaragua, Bolivia y Venezuela, los
encargados de responder para demostrar al mundo que el desajuste y la
semilla de la discordia que ha creado el proyecto socialista, dejando
como saldo miseria, destrucción y muerte, mientras existan hombres de la
talla de Orlando Zapata Tamayo, será arrancada definitivamente de
nuestro territorio.
NO ES EL ÚNICO CRIMEN - Misceláneas de Cuba (25 February 2010)
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=25923
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