De Eduardo San Martín (el 24/02/2010 a las 17:01:35, en Internacional)
Dejemos el asunto del posible pacto. A partir de mañana tendremos más
elementos de juicio para confirmar si, como me temo, no existe una
voluntad real de alcanzar acuerdos en los dos principales partidos.
Hoy la pregunta es la siguiente. ¿Cuesta tanto condenar por su nombre a
un régimen que encarcela a sus disidentes por el sólo hecho de serlo y
que deja morir a uno de ellos en huelga de hambre desde hece más de
ochenta días? Me refiero al gobierno de Cuba, por cuya rehabilitación ha
trabajado sin desmayo nuestro ministro de Asuntos Exteriores ante sus
colegas europeos, afortunadamente sin éxito.
Ayer, el vicepresidente tercero (sin cartera), Manuel Chaves, cuando se
supo de la muerte del disidente cubano Orlando Zapata, de 42 años, se
limitaba a "lamentar" la situación de los derechos humanos en la isla.
¿Cómo a lamentar? Se lamentan las catástrofes o los hechos inesperados
que causan sufrimiento a seres humanos, como las inundaciones de
Madeira. El encarcelamiento injusto y la inacción de un régimen ante una
muerte anunciada no se lamenta, se condena sin más. Y ello sin perjuicio
de las expectativas que un gobierno haya puesto en una eventual
evolución del régimen en cuestión.
Peor fue lo del presidente Zapatero. En una intervención pública en
Ginebra, introdujo un párrafo improvisado aludiendo a "la obligación de
todos los gobiernos de preservar la vida de sus ciudadanos". Después,
sus acólitos intentaron explicar a los periodistas que Zapatero se
estaba refiriendo a Cuba y a la muerte de Zapata. Y ¿por qué no lo dijo
así? ¿Por no molestar a los hwermanos Castro? ¿Cuesta tanto trabajo
llamar a los responsables por su nombre? ¿Hubiera eludido una referencia
nominal en el caso de que el responsable fuera, por ejemplo, el gobierno
de Israel?
La hipocresía de los gobiernos de los países en relación con la defensa
de los derechos humanos resulta cada día más irritante. Ayer mismo, se
anunciaba la liberación de un ciudadano francés secuestrado por Al Qaeda
en Mali, después de las presiones efectuadas por el ministro de
Exteriores francés, Bernard Kouchner (fundador de Médicos Sin
Fronteras), sobre el gobierno de ese país para que liberara a cuatro
terroristas de al Qaeda reclamados por otros países vecinos. Todo vale y
el fin justifica los medios si lo que está en juego es la vida de uno
los nuestros. ¿Así es como anunciamos el evangelio de la civilización
occidental a los países donde incuba el huevo de la serpiente del
terrorismo internacional? Bonito ejemplo.
Perezas privadas - Blog de autor de ABC.es - Eduardo San Martín (24
February 2010)
http://www.abc.es/blogs/san-martin/public/post/cuesta-tanto-condenar-a-una-dictadura-3106.asp
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