Murillo, perfil bajo en la dirección económica del castrismo
ELÍAS AMOR | Valencia | 30 de Junio de 2017 - 14:36 CEST.
Hacia mucho tiempo que nos preguntábamos qué ocurre con Marino Murillo,
el zar de las reformas económicas raulistas. Pues bien, hemos obtenido
la respuesta. En el mismo Consejo de Ministros dedicado a asuntos
económicos, intervino Murillo, en calidad de responsable de la Comisión
Permanente para la Implementación y Desarrollo, para dar un balance de
tres asuntos que están bajo su dirección: la entrega en usufructo de
tierras estatales ociosas, el trabajo por cuenta propia y las
cooperativas no agrarias.
Ahora toca reflexionar sobre el sentido de esta intervención y en qué ha
quedado el liderazgo reformador de Murillo, si es que alguna vez
existió. Mucho me temo que de sus declaraciones, recogidas en Granma,
nos queda muy claro que aquel espíritu de reforma ha quedado atrás y que
la presión ideológica comunista lo ha vuelto a abducir. Una lástima. Nos
hemos quedado sin referentes. Veamos por qué.
En la primera parte de su intervención, habló de las tierras entregadas
en usufructo, que cifró en 1.917.000 hectáreas entregadas por esta
modalidad desde 2008 hasta septiembre de 2016. Una cifra que puede
parecer elevada, pero que tan solo alcanza el 31% de la superficie
agrícola del país, lo que indica que el Estado sigue ejerciendo una
participación muy destacada en la explotación directa de la tierra de
cultivo, con los resultados ya conocidos.
Murillo explicó lo que ya se sabía, y es que "en la actualidad es
limitada la solicitud de tierras pues generalmente las que continúan
disponibles son menos productivas, con alta infestación de marabú; se
encuentran alejadas de los asentamientos poblacionales y de los
servicios básicos; o tienen dificultades para acceder a las fuentes de
agua". Ideología comunista.
Realmente, la demanda de tierras en Cuba no se encuentra frenada por
estos factores, por más que Murillo quiera engañarse a sí mismo
recurriendo a la doctrina oficial castrista. Las tierras no se demandan
a su dueño, el Estado, porque los guajiros no quieren trabajar en algo
que nunca será suyo, que no podrán incrementar, hipotecar o vender
libremente a inversores extranjeros, y, lo peor de todo, es que saben
que en cualquier momento se las puede arrebatar el Estado, que sigue
siendo el dueño.
Si Murillo abandonase los principios ideológicos que le llevaron a
"ratificar públicamente que las tierras otorgadas en usufructo son
propiedad intransferible del Estado" y, en su lugar, permitiera la
recuperación en Cuba del mercado libre de la tierra, para que los
cubanos fueran realmente los dueños de sus medios de producción como
ocurría antes de 1959, todos estos problemas quedarían resueltos de
manera automática. En muy poco tiempo, las tierras amparadas por un
marco jurídico de derechos de propiedad alcanzarían al 80-90% de la
superficie de cultivo, como en el resto de países del mundo, y se
roturarían mas terrenos, ahora inexplotados por la desidia estatal, se
produciría más y de todo.
El futuro de la agricultura cubana está en su glorioso pasado, el mismo
que Murillo y los comunistas no quieren reconocer. Así les va.
Por ello, de nada sirve aumentar el período de usufructo de 10 a 20
años, porque el guajiro lo que quiere es que la tierra sea realmente
suya, y poder trasmitirla a sus hijos y herederos. No se arregla nada
con ampliación de plazos y concesión de prórrogas, porque ello no supone
que el Estado ceda el poder económico que impide que Cuba progrese en su
agricultura.
Si, además, se incorporan medidas de control, "como causa de extinción
del usufructo la utilización de financiamientos ilícitos" sin indicar
muy bien a qué se están refiriendo porque en la Cuba comunista cualquier
financiamiento se puede calificar de "ilícito", y se impide la eventual
subcontratación de las tierras entregadas en usufructo, mucho me temo
que el año que viene, y el siguiente, estaremos en una situación mucho
peor que la actual. Más aún cuando ya se amenaza con la aplicación de la
"gradualidad los impuestos previstos en la Ley Tributaria concernientes
al uso, posesión y ociosidad de la tierra", lo que tiene naturaleza
confiscatoria.
Cuentapropismo y desvíos
La segunda intervención de Murillo en el Consejo de Ministros giró en
torno al "propósito de perfeccionar el trabajo por cuenta propia" y, a
tal fin, dio a conocer en la reunión "un conjunto de medidas que
contribuirá a mejorar la organización y el control de esta modalidad que
hoy ejercen más de medio millón de personas".
Murillo considera que "esta realidad", en referencia al trabajo por
cuenta propia, "confirma su validez como fuente de empleo, al tiempo que
incrementa la oferta de bienes y servicios, con niveles aceptables de
calidad". Para añadir, a continuación, los problemas y que "han sido
detectadas desviaciones en el diseño de la política como la utilización
de materias primas, materiales y equipos de procedencia ilícita;
incumplimientos de las obligaciones tributarias y subdeclaración de
ingresos; imprecisiones e insuficiencias en el control; y deficiencias
en la contratación económica para la prestación de servicios o productos
entre personas jurídicas y personas naturales".
Malas noticias para los emprendedores cubanos que a partir de ahora
pueden comprobar como la represión económica también se incrementa sobre
ellos.
No cabe duda que el diagnóstico de los problemas ofrecidos por Murillo
tiene su origen en el deficiente sistema institucional diseñado por el
castrismo para las prácticas del trabajo por cuenta propia, y desde
luego, una mayor libertad y flexibilidad del mismo podría suponer una
solución automática para problemas que proceden de la raíz burocrática,
ineficiente y controladora del sistema.
Añade Granma que "sobre este tema la prensa cubana ofrecerá más detalles
como parte del proceso de divulgación que acompañará la implementación
de las modificaciones". La campaña de propaganda está servida.
Concentración y rigidez de la oferta
El tercer punto de la intervención de Murillo abordó la situación de las
cooperativas no agropecuarias. Y señaló al respecto que "tras cuatro
años de iniciada la experiencia y luego de varias evaluaciones, se
requiere una actualización de la política para el funcionamiento de esta
forma de gestión no estatal".
En este caso, añadió que "la prioridad del proceso experimental se
encamina a concentrar los esfuerzos en consolidar las 429 cooperativas
ya constituidas" y en no aprobar más, lo que indica que se apuesta por
la concentración y rigidez de la oferta, que es una de las peores
estrategias económicas por sus incidencias negativas sobre las distintas
variables (precios, consumo, gasto, bienestar).
Como sucede en todos los experimentos "actualizadores" de la economía
castrista, "se pudo comprobar que han existido desviaciones de la idea
original para las cuales fueron creadas; así como falta de rigor y
exigencia en el seguimiento, control y fiscalización; tendencia al
incremento de los precios; y utilización de los créditos bancarios con
fines diferentes a los conceptos para los cuales fueron otorgados"
Una vez más, el estrecho marco institucional creado por el régimen para
estas cooperativas condiciona la aparición de problemas y, como
consecuencia de ello, de las medidas de represión y control anunciadas.
Ello, a pesar de reconocer que estas cooperativas "constituyen una
alternativa para liberar al Estado de la administración de actividades
económicas, productivas y de servicios que no se consideren principales".
Murillo ha perdido mucho de su espíritu reformador. El liderazgo de las
transformaciones se ha detenido y se orienta por lineamientos de
inspiración comunista y estatalista que dejan poco espacio para la
libertad. Ese perfil bajo debe responder a algo o alguien. Hay quien
piensa que le han comido el terreno. Él sabrá.
Este artículo apareció en el blog Cubaeconomía. Se reproduce con
autorización del autor.
Source: Murillo, perfil bajo en la dirección económica del castrismo |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1498814435_32235.html
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