sábado, 1 de agosto de 2015

Pasta de Oca

Pasta de Oca
[31-07-2015 12:13:25]
Martín Guevara Duarte
Escritor

(www.miscelaneasdecuba.net).- Cuba ha entrado en un nuevo y alentador
período de construcción del "Nuevo Socialismo", con algunas sensibles
diferencias con aquel socialismo real que intentó a toda costa
introducir en el carácter sedado y festivo del caribeño.
Cuba ha entrado en un nuevo y alentador período de construcción del
"Nuevo Socialismo", con algunas sensibles diferencias con aquel
socialismo real que intentó a toda costa introducir en el carácter
sedado y festivo del caribeño.

¿Cómo hará el Comité Central del Partido para modificar ese conjunto de
gustos tan arraigados en el espíritu revolucionario, austero, casi
asceta, que según ellos se apoderaron del deseo colectivo cubano de la
post Revolución?

Durante más de medio siglo el cubano vivió depreciando los modos y
costumbres viciosos del mundo capitalista. Por tal razón más que
soportar, eran felices si tenían un sólo par de zapatos, una estoica
jarra de agua en el refrigerador, una cama que se caía a pedazos hacia
abajo y a resortes hacia arriba, y una capacidad de convivencia y
comunicación insólita con mosquitos y cucarachas en lugar del poco
ecológico repelente.

Por ello es importante advertir al visitante, al incauto turista, al
desconocedor de los parámetros estéticos y los límites del sacrificio
del pueblo cubano, en pos de que no vaya a confundir el paisaje de
ruinas en colores pasteles, los borrachos , la estética minimalista en
el vestir, en el calzar, en el vivir, con drama alguno, entienda que eso
es una decisión soberana y meditada de los habaneros, que prefieren su
ciudad desmoronándose, no obstante intensa y originalmente fotogénica,
mil veces antes que verla desarrollada y confortable.

Precisamente en ello radica el carácter autentico del cubano. 
El cubano
prefiere con creces pernoctar en los antiguos y derruidos edificios
habaneros conocidos como "solares" donde de modo identitario, escasea la
luz y el agua y está abarrotado de familias.

El cubano debe a su espíritu aventurero el disfrutar de cada minuto
de incógnita en que no se sabe si el techo se le derrumbara encima, como
ocurre cada mes con alguna de dichas construcciones.
Además el cubano siente verdadero solazo, retozo, gozo, placer,
algarabía, felicidad se podría admitir, de saber que el visitante
extranjero descansa en un Hotel con todas las comodidades que él no
puede, ni por supuesto quiere disfrutar, el cubano vive feliz sabiendo
que su hermana, su tía, y hasta su esposa se ausentan de la casa en la
noche, para hacer las delicias de ese visitante extranjero, para que
regrese a su país habiendo tenido una experiencia integral, una visión
completa de la isla.

El cubano desprecia la langosta, los mariscos todos, los buenos
pescados, las salsas ricas, el ron y los tabacos de calidad; por
supuesto no puede ni ver la carne vacuna, y si se trata de un buen
chuletón, puede hasta ocasionarles un paro cardíaco: el cubano detesta
la fibra de la cárnica.

En su lugar ama una masa amorfa de olor penetrante, llamada "pasta de
oca", propuesta como solución revolucionaria contra la perversión del
gusto burgués por "Guarapo", el barbado líder espiritual; al cubano le
priva el arroz con gorgojos, el café de chícharos, la pizza de condones.
Mientras él vea que el visitante extranjero que disfruta de su hermana,
también ingiere todas esas cosas llenas de sabores enemigos del
proletariado por las que muchos suspiran, el cubano es feliz.

Otra cosa, el cubano ama la bicicleta, a ser posible sin velocidades, y
lo que más le gusta es manejarla especialmente bajo el sol más
justiciero del verano, para ir a buscar una cabeza de ajo, un par de
tuercas o una lata de pintura sustraída al Estado en la otra punta de la
ciudad.

Le encanta esperar horas un transporte público, no es que estos
funcionen mal, es que el cubano ama la cola, la fajazón, llegar muy
tarde a la casa extenuado de cansancio y con la barriga vacía.
Mientras él vea que el visitante foráneo viaja cómodo en sus coches de
alquiler, en sus ómnibus perfectos, con su aires acondicionado, comen
bien, beben lo mejor, se divierte con su señora o sus hermanas, se baña
en las mejores playas, disfruta del golf, del buceo, del yachting,
entonces el cubano es feliz, se siente revolucionariamente realizado.

¿ Qué ardid tendrá preparado ahora el gobierno para que el pueblo, a
duras penas desista del deleite de manjares como la pasta de oca y el
arroz con gorgojos?
Por favor, en nombre del pueblo de Cuba: ¡cualquier cosa que no sea la
imposición imperialista de la langosta y el jamón!

Source: Pasta de Oca - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/55bb4a453a682e0c3c61e8bd#.Vby5lm6qqko

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