Complicada historia de una sencilla gestión
DARIELA AQUIQUE LUNA | La Habana | 28 Abr 2014 - 8:21 am.
¿Cuánto puede llevar en Cuba imprimir unas fotos y enviarlas por correo?
Pese a la propaganda que hacen los medios oficialistas cuando hablan de
supuestos "avances" en el uso de las tecnologías y de los servicios de
comunicación en la isla, son escasas las posibilidades de que un cubano
común se haga de un ordenador. Apenas si se lo envía o se lo trae desde
el extranjero un familiar o amigo, si lo ha podido comprar en una misión
o beca en el extranjero, o si lo compra en el mercado negro. Más remota
aún es el acceso a una conexión de e-mail o de internet en casa, de lo
que no vale ni la pena hablar.
Esta historia va de lo que pudo haber sido una sencilla gestión.
Mi hermano —que vive en Kentucky, EEUU— me pidió de favor que imprimiera
algunas de las fotos que tengo en mi ordenador de él y de su esposa, y
que se las enviara a vuelta de correo postal a su suegra, que vive en
Matanzas, y que por supuesto no tiene correo electrónico.
Me dispuse en la mañana a hacer la diligencia. Pero cuando llegué al
Photoservice, la dependienta, en un tono de pocos amigos (como es
habitual), me dijo que no estaban prestando servicio porque no había
papel. Me fui a otros dos lugares que brindan igual prestación y en
ambos estaba rota la impresora. De regreso a la primera unidad, el
encargado de las impresiones me comentó que le dejara la memoria flash
para copiar las fotos y que pasara en la tarde a ver si habían resuelto
el dichoso papel.
Eso hice, y regresé aproximadamente a las cuatro horas. El chico había
salido a merendar y ninguno de los demás que trabajan en el lugar podía
respondernos a mí y a otros clientes si ya tenían el dichoso papel.
"Hay que esperar por el que imprime", fue todo lo que obtuvimos por
respuesta.
Después de una larga espera, el muchacho llegó. Pero hubo que esperar un
poco más porque la máquina tenía ciertas dificultades y quemaba las diez
primeras tiradas. Cuando empezaba a caer la tarde, casi no me lo podía
creer, pero ya tenía en mis manos el encargo de mi hermano.
Cuando fui a pagar, la dependienta, con la misma cara de pocos amigos,
me informó que no tenían sobres. Lo curioso es que tras el mostrador
exhibían un gran cartel que decía:
"¡Saludamos el 1ro de Mayo, con calidad y eficiencia en los servicios!"
Tuve que comprar un bolsito desechable para evitar que se estropearan
las instantáneas. Y me fui al correo a enviar las fotos a la suegra de
mi hermano. No había terminado de preguntar en la casilla, cuando recibí
una tras otras estas malas nuevas:
"No estamos trabajando porque se fue el fluido eléctrico y vamos a cerrar."
"Para ese tamaño de fotos no tenemos sobre. Lo tienes que comprar en Artex."
"Mañana cuando haga el envío, no olvide guardar el comprobante de
certificado para que haga la reclamación a los tres meses, en caso de
que se pierda."
Quedé perpleja ante tanta incompetencia. Lo peor es que en el correo
también exhibían la pancarta con el texto por el Primero de Mayo.
La inoperancia y la incapacidad del sector estatal para prestar calidad
y eficiencia en los servicios, justamente las dos palabras que con tanta
ironía hacen sus detestables carteles para sus ya manidos desfiles de de
mayo, son la materia prima idónea para hacer una complicada historia de
lo que debió ser una sencilla gestión.
Source: Complicada historia de una sencilla gestión | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1398666068_8336.html
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