Rematar las esperanzas
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 27 Feb 2014 - 8:31 am.
El único sindicato permitido en Cuba sigue sin conectar con los
trabajadores.
Después de clausurado el XX Congreso de la Central de Trabajadores de
Cuba (CTC), las esperanzas de cambios en este ámbito siguen siendo nulas.
Rodolfo, un técnico en equipos audiovisuales, piensa que fue otra
oportunidad perdida para superar las dificultades que agobian a los más
de 4 millones de cubanos laboralmente activos.
"Siempre es lo mismo. Mucha palabrería y en el fondo nada que valga la
pena. No quieren aceptar que el sistema no funciona. Es tiempo de
ponerle fin a las leyes absurdas que le impiden al trabajador vivir
decentemente por medio de su esfuerzo físico o intelectual. Mientras no
lo hagan va continuar la apatía y el robo en los centros del estado como
alternativa a los bajos salarios y a las pésimas condiciones laborales".
Precisamente la insuficiencia de los honorarios fue uno de los temas que
más se plantearon en el Congreso. ¿Qué representan para un trabajador en
Cuba los 19 pesos convertibles (menos de 30 dólares)? ¿Es lógico que
este sea el salario promedio en un país donde una botella de aceite
vegetal cuesta aproximadamente tres dólares, dos libras de bistec de
cerdo más de cuatro y un tubo de pasta dental dos?
De no ser por las incursiones en el mercado negro y las remesas de
familiares que viven en otros países, la situación sería insostenible.
De hecho, quienes no pueden ampararse en algunas de las dos vías de
subsistencia mencionadas, transitan más rápido hacia el alcoholismo, la
mendicidad, la locura o el suicidio.
Un especialista en economía, que pidió el anonimato, considera que el
Gobierno está obligado a poner en práctica aperturas de mayor calado.
"La situación es insostenible. Quiéranlo o no, en los próximos años
deberán ir cediendo espacios en materia económica, social y laboral.
Existen muchas tensiones que el ciudadano de a pie no puede reconocer,
pero que están ahí y aumentan cada día.
"La falta de una ley que legitime la inversión extranjera directa, el
burocratismo y la vigencia de una ortodoxia que favorece la
ralentización de las transformaciones o su abierto rechazo, son
fenómenos que es preciso eliminar lo antes posible. Ellos [el poder] lo
saben, solo que todavía les queda cierto margen de maniobra para
retrasar el curso de una apertura que tarde o temprano desembocará en un
capitalismo de Estado".
A pesar del moderado optimismo del economista respecto a los tiempos que
se avecinan, en la calle se percibe un desencanto casi unánime.
Amas de casa, desempleados, obreros y profesionales, expresaron
abiertamente sus críticas al Congreso.
De la veintena de personas consultadas, solo dos le dedicaron algún
tiempo a los partes oficiales del cónclave que culminó con un discurso
de Raúl Castro y las notas de la Internacional. El resto tuvo como
referencia los comentarios que circulan de boca en boca en barrios y
ciudades.
"Yo no desperdicio ni un minuto de mi tiempo en esa bobería. ¿Para qué?
Está visto y comprobado que son unos mentirosos. Muchas promesas y
discursos para que todo siga igual", expresó Mariela, oficinista desde
hace 20 años, al preguntarle sobre el evento sindical.
"Hace cinco días que cobré y ya no tengo un medio. Ahora tengo que
jugármela en la calle, y si las cosas no van bien, pedirle prestado a
alguien. No salgo de las deudas", agregó con un gesto de indignación.
Source: Rematar las esperanzas | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1393486283_7353.html
jueves, 27 de febrero de 2014
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