05-09-2011.
Yusmila Reyna Ferrera
Periodista Independiente, Directora de la agencia APLO y corresponsal de
Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- Por la llamada ¨ Ciudad Héroe ¨, Santiago
de Cuba han desfilado a lo largo de estos 50 años de Revolución,
diferentes secretarios del Partido Comunista Provincial, cuya gestión
como fuerza dirigente superior de la sociedad santiaguera estuvo
esencialmente dirigida a mantener el discurso y el poder político de la
dictadura a la cual se subordinaban. Mientras, por otro lado se
empeñaban en elaborar planes, estrategias o/y proyectos de nunca acabar,
para dar impresiones de preocupación y ocupación por los intereses
económicos, culturales y sociales del pueblo.
Entre ellos, estuvieron José Ramón Balaguer, Esteban Lazo Hernández,
Misael Enamorado Dangel, Juan Carlos Robinson. Todos con muy bajos
niveles de aceptación popular y en algunos casos, con dudoso papel en el
desempeño de sus funciones. Situación que ha afectado, al igual que en
todo el país, la credibilidad y legitimidad del partido único cubano.
Ante esta situación se asignó a finales del 2009 por el Presidente de
los Consejos de Estado y de Ministro Raúl Castro a un nuevo primer
secretario, Lázaro Expósito Canto, quien venía con un historial positivo
de la cercana provincia de Granma, y que de inmediato comenzó una gran
ofensiva contra las insuficiencias y violaciones de todo tipo de la
ciudad, dirigida en especial al sector administrativo. A la par se
comenzaron un conjunto de obras encaminadas a diversificar y mejorar los
servicios y la construcción de nuevas infraestructuras.
En la esfera administrativa se desató un mayor control de los planes y
su cumplimiento de forma semanal, en reunión concertada con todos los
cuadros principales de la provincia completa. Se implementaron las
llamadas visitas sorpresas a las instituciones y entidades. Se activó la
emulación por el 26 de Julio y sus indicadores de acuerdo al objeto
social de la unidad, unido a los siempre requisitos políticos
(protagonismo y asistencia a los actos políticos, entrega de las
Milicias de Tropas Territoriales (MTT), realización de trabajos
voluntarios, decoración con propaganda ideopolítica, etc. Además de la
ocurrencia de constantes movimientos de cuadros administrativos y políticos.
En la esfera alimentaria de extrema crisis en el territorio se
habilitaron un conjunto de carpas para la venta de productos de la
gastronomía, se remodeló y amplió la cremería principal de la provincia,
¨ La Arboleda ¨. Se puso a funcionar la fábrica de Panques, que tenía
más de 10 años sin prestar servicio. Se implementaron ferias
agropecuarias los fines de semana en todos los municipios de la
provincia. Se crearon varios mercados agropecuarios, llamados Guateques,
donde las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) venden sus productos.
En la esfera del transporte mejoró el servicio especial para las zonas
rurales, entre las que se encuentran Loma del Gato y Jutinicú con más
de 30 años sin transporte estatal, contando ahora con dos viajes diarios
en camiones reformados.
En la esfera de las construcciones se mejoró las portadas de varias
casas, se impermeabilizaron las cubiertas de los edificios, se
cambiaron los módulos sanitarios, se pintaron los edificios del Distrito
José Martí con 30 años sin recibir este servicio, así como se mejoraron
las instalaciones hidráulicas, que causaban grandes filtraciones entre
los apartamentos. En el barrio de San Pedrito de serios problemas con
las viviendas se vendieron techos a casi todas las casas.
Otro elemento, a destacar es que casi en 50 años el servicio de agua
logra ser permanente en gran parte de la ciudad. A partir de la
reanudación de la construcción del Acueducto.
A pesar de toda esta gran ofensiva, aún persisten en Santiago
dificultades en la calidad de los servicios, estado constructivo
deplorable sobre todo en zonas como la Alameda y Zorrilla. Problemas con
la iluminación en algunas partes de la ciudad, con el alcantarillado.
En el orden social mantenimiento y proliferación de la prostitución y el
proxenetismo, robos, alta violencia, falta de educación formal, maltrato
cotidiano de la lengua materna, y no por último menos importante
violaciones constantes de los derechos civiles y políticos, ya que unido
al escenario de cambios positivos, el secretario ha arreciado en lo
político el dominio sobre el pueblo santiaguero, sobre todo la clase
obrera, estudiantil y los opositores. Se ha agenciado un logotipo y un
lema de obligada presencia en todos los puestos laborales, llamado
Chaguito, y "Santiago, sigue siendo Santiago, con el esfuerzo de todos
Venceremos". Se han implementado semanalmente los matutinos y
vespertinos en los centros escolares y de todo tipo con un fuerte
contenido ideológico. Ha proliferado la colocación de carteles en saludo
a los hechos históricos de la revolución, las movilizaciones son más
frecuentes y contempladas sin falta dentro de las evaluaciones de los
trabajadores y estudiantes. Se han activado con más fuerza las brigadas
de respuesta rápida para reprimir a los opositores, de sobrados ejemplos
en los últimos tiempos en el centro y municipios de la ciudad.
En otro orden de cosas, repasando nuevamente la ola de transformaciones
resultan loables los cambios producidos, que evidencian que con
capacidad de dirección, una buena gestión administrativa y con la
explotación del talento humano se puede lograr mejorías. Sin embargo
cabe preguntarse cómo es posible que en períodos de mandatos anteriores
en que la situación del país estuvo mejor no se hayan transformado y
dado respuesta a las necesidades de la sociedad santiaguera. Y en la
actualidad con un mayor racionamiento, control y centralización de los
recursos, junto a la agudización de la crisis económica del país en todo
y de todo, Santiago exhiba soluciones a problemas de treinta años.
Es qué acaso el nuevo secretario es una suerte de Midas que todo lo que
toca lo convierte en oro, o es qué existe la voluntad, y el rejuego
político para que se agencie una buena base social en la segunda ciudad
más poblada e importante del país? Dando respuesta a las intenciones de
Raúl Castro ante el nuevo escenario que se prevé construirá en el país,
donde la hegemonía y el control absoluto no lo ejerza en apariencia una
persona, sino el partido, a partir de agenciarse cierta base social, que
le permita formar un gobierno con un poder formal y cierta legitimidad,
aunque en la realidad el poder real continúe en manos de los
descendientes de los Castro, como pudiera ser Lázaro Expósito en su
condición de yerno de Raúl. Y que sin dudas ha logrado despertar las
esperanzas perdidas del pueblo santiaguero, elemento positivo para una
posible elección de su figura como presidente del país en el futuro, más
ahora cuando se redujo el período de mandatos a cinco años, y con una
permisible reelección por igual tiempo.
En el presente continúan las transformaciones, significan todos estos
acontecimientos que llegó a Santiago un buen gobernante o que se prepara
el camino para el mantenimiento del poder de los Castro a través de sus
descendientes como se apunta. Resulta obvio que el partido va cambiando
su estrategia, al percibir el descontento y la apatía de la población en
sentido general por su proyecto, y en el caso específico de muchos de
los santiagueros, que no ven más allá de su inmediata subsistencia como
apuntaba Mons. Pedro Meurice, ésta ha tenido cierto impacto, aunque en
esencia la vida de esta parte del pueblo cubano continúa mal: sin
perspectiva de futuro, sin mejoras salariales, sin verdadero confort
familiar acorde a su aporte social, sin libertad y sin posibilidades de
vivir en una sociedad civil y de derechos.
El futuro de Cuba se pinta nuevamente de aparente participación
democrática, tratando de involucrar al pueblo en la ejecución de las
decisiones y nunca en la toma de éstas. Lo mismo ocurre en la que solo
sigue siendo Santiago literalmente, porque desgraciadamente ya no exhibe
comercios prósperos, una arquitectura bella y cuidada, un crecimiento
poblacional homogéneo y acorde a las regulaciones del espacio urbano, ya
no tiene unos carnavales con toda la lucidez y belleza de sus
tradiciones, tampoco sus habitantes evidencian bienestar en su físico y
espiritualidad, ambas grandemente deterioradas, y consecuencia en parte
de su violencia y delictividad, Y por último ya no es tan rebelde como
para provocar un cambio, aún cuando la oposición tenga un resurgir en su
actividad. No es tan hospitalaria porque no tiene con qué, y aunque
sigue amando a sus héroes, todos sus ciudadanos no se atreven hacer este
papel en la Cuba totalitaria de hoy.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=33508
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