¿Se profundizarán las reformas en Cuba?
El Gobierno también tiene que saber que el tiempo corre, los problemas
se acumulan y resultará más difícil encontrarles solución, si continúa
la lentitud en aplicar los cambios
Oscar Espinosa Chepe, La Habana | 07/09/2011
Si algo está definido en estos momentos es que las transformaciones
económicas emprendidas por el Presidente Raúl Castro no han dado los
resultados que el país necesita con urgencia. Al cumplirse tres años de
la implantación del Decreto-Ley 259 sobre la entrega de tierras en
usufructo, a pesar de haberse otorgado más de un millón de hectáreas de
tierra, la agricultura continúa con niveles productivos
insatisfactorios, incluso distantes de los existentes en 1989, que
tampoco fueron aceptables.
En 2011 debido al incumplimiento de varios programas agropecuarios y la
caída de la producción en algunos rubros importantes, como la leche de
vaca, deberán importarse nuevamente más de 1.500 millones de dólares en
alimentos, con lo cual se constriñe más la limitada capacidad de compra
del país. Las causas de los pobres resultados obtenidos de las tierras
entregadas en usufructo fueron expuestas por varios especialistas desde
el inicio del proceso, quienes alertaron que la cantidad de
prohibiciones y cortapisas impuestas harían imposible un aumento
productivo significativo.
Al parecer, las autoridades obligadas por las circunstancias se aprestan
a "hacer concesiones" y flexibilizar los mecanismos de control a los
usufructuarios. Según ha trascendido, podría extenderse la cantidad de
tierra a entregar hasta una cifra que rondaría las 5 caballerías (67,1
hectáreas); una significativa ampliación en comparación a las 13,42
hectáreas a entregar a personas naturales sin tierra, y hasta 40,26
hectáreas para personas en caso de poseer tierras con anterioridad,
según estableció el Decreto-Ley 259. Asimismo se ha señalado la
intención de dar la tierra por un plazo de tiempo indefinido, eliminando
el plazo inicial de 10 años, prorrogable sucesivamente por otros 10
años. También se habla de que se permitirá la construcción de viviendas
en las tierras dadas en usufructo, lo que facilitaría la permanencia de
los agricultores en sus áreas y por consecuencia un mayor cuidado de las
cosechas y demás pertenencias.
Algunas autoridades han sugerido que entre las medidas flexibilizadoras
que examinan aplicar, estará la eliminación de trabas para que los
agricultores puedan vender sus productos directamente en el mercado. En
agosto, se bajaron notablemente los precios de insumos agrícolas (en
algunos casos hasta en 60 %), lo cual denota los elevados precios
anteriores, pero también la urgencia del Gobierno para producir
alimentos. De todas formas, habrá que aguardar por las leyes y
resoluciones correspondientes.
En cuanto al trabajo por cuenta propia se esperan transformaciones, de
hecho anunciadas por el presidente Raúl Castro en su discurso del 1 de
agosto. El cuentapropismo tampoco ha dado los resultados esperados, en
especial en la creación de puestos de trabajo. Cifras oficiales indican
que alrededor del 66 % de las personas inscritas a partir de octubre de
2010 realizaban con anterioridad la actividad de forma no autorizada.
Por tanto, el Gobierno ha tenido que paralizar el proceso de
reorganización laboral con el despido de 1,3 millón de personal sobrante
en los centros de trabajo; quizás el objetivo más importante hoy, sin el
cual será imposible elevar la productividad y, por consecuencia,
aumentar los salarios y crear las condiciones para eliminar la dualidad
monetaria.
Aún se desconoce hasta donde llegará el Gobierno en la liberalización
del trabajo por cuenta propia; si lo ampliará, si sustituirá el
asfixiante sistema impositivo vigente, especialmente en lo relativo al
impuesto sobre los ingresos y por la contratación y utilización privada
de la fuerza de trabajo, así como si dará pasos importantes en la
creación de un sistema de comercio mayorista abastecedor de los
cuentapropistas.
Las medidas rectificadoras continúan siendo demasiado tímidas y lentas.
El incremento de los comensales permitidos en los paladares
(restaurantes) y la eliminación (al parecer por un año) del impuesto por
la utilización de fuerza de trabajo hasta 5 empleados, entre otros
pequeños movimientos, no resuelven los problemas. Ahora se espera la
promulgación de una nueva ley de presupuesto que debería cambiar los
impuestos al débil sector cuentapropista, y por lo menos permitir que se
creen las bases para el funcionamiento de pequeñas y medianas empresas
(PYMES), abandonando los dogmas contra la propiedad privada y el
mercado, que tanto daño han causado a la economía cubana.
Por otra parte, debería acelerarse un proceso de creación voluntaria de
cooperativas en las esferas productivas y de servicios. En este contexto
deben promulgarse con celeridad las legislaciones para la autorización
de compra-venta de autos y viviendas, con la menor intervención posible
del Estado. En cuanto a las viviendas, podría generarse una gran demanda
de reparaciones, para lo cual el Gobierno no tiene respuesta, por lo que
debería alentarse la gestión privada.
Aunque el Gobierno tome medidas flexibilizadoras, que seguramente
aportarían resultados positivos para el desarrollo económico, sin dudas
la falta de capital es un problema fundamental, máxime después de más de
20 años de acelerada descapitalización. Con bueyes y machetes es
inviable desarrollar una agricultura eficiente; con una industria en
ruinas y atrasada no pude avanzarse; de igual forma con una
infraestructura y servicios cuasi-paralizados resulta imposible lograr
el progreso de una nación. No existen reservas nacionales para afrontar
este crítico escenario, por lo que es necesario promover la inversión
extranjera; tarea no fácil actualmente, debido a la desconfianza que
provoca la conocida insolvencia del país y la incidencia de una
coyuntura internacional desfavorable.
Para superar esas dificultades se requerirá dar amplias garantías a la
inversión extranjera y un ambiente de confianza, asentado en hechos
reales, no en retórica vacía. Si existiera la voluntad política del
Gobierno para empezar esa tarea, resultaría indispensable dar pasos
concretos, a lo que ayudaría mucho mantener una conducta responsable y
justa hacia el pueblo cubano en todos los campos: económico, político y
social. Las acometidas contra indefensos sectores de la sociedad, que
solo reclaman derechos, no ayudan. El creciente descontento popular,
como prueban los sucesos acaecidos en varios países árabes es insoluble
con medios represivos. Esa acción es como arrojar gasolina a un
incendio. El único camino racional es el de hacer las transformaciones
que con urgencia requiere la sociedad cubana.
El Gobierno también tiene que saber que el tiempo corre, los problemas
se acumulan y resultará más difícil encontrarles solución, si continúa
la lentitud en aplicar los cambios. Ahora mismo se está complicando la
situación económica internacional. No es descartable otra recesión a
escala planetaria, que podría ser más dañina que la ocurrida en 2008, la
cual impactó muy fuertemente en la pobre y desprotegida economía cubana.
Si lamentablemente esto ocurriera sin haberse concretado las reformas,
el impacto en Cuba sería terrible.
http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/se-profundizaran-las-reformas-en-cuba-267872
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