Régimen cubano aprieta tuercas a prensa extranjera
Juan O. Tamayo
jtamayo@elnuevoherald.com
El gobierno cubano ha negado la entrada al corresponsal de una agencia
de noticias francesa asignado a La Habana, gesto que otros periodistas
en la isla describen como un severo endurecimiento de los controles a la
prensa extranjera bajo el gobierno de Raúl Castro.
A Juan Castro Olivera, un corresponsal argentino asignado anteriormente
a la oficina de la France Press (AFP) en Miami, se le negó la visa de
periodista que se requiere para su asignación a la oficina de esa
agencia en La Habana.
"Las autoridades cubanas no explicaron las razones para denegar la
visa", indicó Francis Kohn, director de AFP para América Latina. "Hemos
estado en contacto con las autoridades cubanas ... y hemos defendido
nuestra elección de Juan Castro Olivera".
Varios periodistas cubanos y extranjeros en La Habana que trabajan para
medios de comunicación internacionales se han quejado de los crecientes
intentos del gobierno por controlar su trabajo.
El diario El País, de España, informó durante el fin de semana que a su
corresponsal en La Habana durante los últimos 20 años, Mauricio Vicent,
le había sido negada la renovación de su acreditación por el Centro de
Prensa Internacional (CPI), del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Las credenciales de Vicent, de hecho, expiraron hace casi dos años, pero
el CPI no negó su renovación hasta ahora como una forma de intentar
presionarlo a él y a su periódico para que moderaran sus reportes sobre
la isla, de acuerdo con colegas reporteros de El País.
Cuba utiliza regularmente la acreditación del CPI como un elemento de
presión para mantener a raya a los periodistas. Vicent, casado con una
cubana, puede seguir viviendo en Cuba, pero sin la acreditación no puede
publicar ninguna información.
Funcionarios del CPI en La Habana se quejaron de que los reportajes de
Vicent pintaron "una imagen parcial y negativa" de Cuba, y es probable
que hayan rechazado a Castro Olivera debido a su trabajo anterior en
Miami, dijeron otros periodistas en la isla.
Agregaron que desde el 2008 han recibido un número creciente de quejas
del CPI sobre algunas de sus historias sobre disidentes, así como
advertencias de que se mantengan alejados de otros opositores.
Las autoridades han sido especialmente sensibles a las historias sobre
Orlando Zapata Tamayo, un preso político que murió en el 2009 después de
una huelga de hambre, y Juan Wilfredo Soto García, un disidente que
murió tras una golpiza policial en mayo, dijeron los periodistas.
Los periodistas extranjeros en La Habana no han informado prácticamente
nada sobre la reciente avalancha de denuncias de los disidentes en la
región oriental de Cuba ni sobre la violenta represión por parte de
turbas progubernamentales y agentes de la seguridad contra los opositores.
Los funcionarios del CPI también han endurecido algunas de las
regulaciones sobre los corresponsales, como las que rigen las compras de
automóviles y equipos tales como aires acondicionados, de acuerdo con
los periodistas, quienes pidieron no ser identificados para evitar
represalias del gobierno.
Apenas un año después de que Castro tomó el poder, su gobierno retiró
las acreditaciones de tres corresponsales extranjeros. Gary Marx, del
Chicago Tribune, y César González-Calero, del diario El Universal, de
México, se marcharon de Cuba. El tercero, que trabajaba para British
Broadcasting Corp. (BBC), se quedó en el país y logró renovar su
acreditación posteriormente.
Algunos periodistas extranjeros en La Habana reconocen en privado que
tienen que cuidar lo que escriben a fin de evitar la cólera del CPI,
pero argumentan que eso es necesario para continuar proporcionando al
menos alguna información sobre la isla.
"Reconocemos que es un acto de equilibrio difícil para muchos de estos
periodistas extranjeros", escribió el activista anticastrista Mauricio
Claver-Carone en su blog, Capitol Hill Cubans. "Pero la gente que no
sigue lo que sucede en Cuba de manera cotidiana, no son conscientes de
estos matices (y de la naturaleza de la dictadura de Castro), de manera
que, lamentablemente, eso conduce a la desinformación".
El País, en un editorial publicado el martes, señaló que Cuba había
rechazado a Vicent casi al mismo tiempo que Irán expulsó a la
corresponsal en Teherán, Angeles Espinosa.
"Cuando ambos regímenes sean un mal sueño, como lo acabarán siendo más
pronto que tarde, el hecho de haber recibido la orden de callar será un
motivo de orgullo para quienes, como los dos corresponsales de El País,
se han ocupado de dar cuenta de la realidad", escribió el periódico.
"Porque cuando un régimen político percibe la verdad como amenaza es
porque la mentira sobre la que se asienta tiene el tiempo contado", agregó.
http://www.elnuevoherald.com/2011/09/07/1019443/la-habana-aprieta-las-tuercas.html
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