jueves, 1 de septiembre de 2011

Radiografía del precipicio (I)

Cuba, Libia

Radiografía del precipicio (I)

Cuando Raúl afirma que se está "al borde del precipicio" pueden ser
muchas cosas. Desde que se va por la onda de Deng Xiao Ping (lo que
creen algunos analistas) hasta que está a punto de lanzar por "el
precipicio" al que se le oponga

Rafael del Pino, EEUU | 01/09/2011


A Raúl Castro le encanta la utilización de metáforas y mensajes
subliminales en sus discursos, lo hace con bastante frecuencia
permitiéndole avivar el fuego de la especulación, tanto nacional como
internacionalmente, facilitándole tomar el pulso a la opinión dentro de
la Isla y al mismo tiempo ver cómo piensan los cubanologos que alrededor
del mundo tratan de descifrar los lanzamientos que les resultan tan
difíciles de batear.

Cuando Raúl afirma que se está "al borde del precipicio" pueden ser
muchas cosas. Desde que se va por la onda de Deng Xiao Ping (lo que
creen algunos analistas) hasta que está a punto de lanzar por "el
precipicio" al que se le oponga o piense oponérsele como hizo con Lage,
Pérez Roque y otros dirigentes.

En definitiva, a esas metáforas y mensajes subliminales no se les puede
dar mucha credibilidad teniendo en cuenta el récord histórico de quien
las utilizas. Recordemos solo esta frase para entender a lo que me refiero:

"No nos pongamos a ver cómo fue, porque eso se va a informar…! Bueno,
todo lo que se pueda informar! …alguien dijo una vez que había que decir
la verdad y nada mas que la verdad…! pero no siempre es necesario decir
la verdad!
(Discurso de Raúl Castro el 14 de junio de 1989, FBIS-LAT-89-117,
junio 20 1989: pagina 7)

Dicho esto; personalmente sí creo que existe un "precipicio" que quizás
no sea del que habla Raúl Castro pero del cual nos están pasando una
película en Siria y Libia. No quiero que se interprete o se confunda mi
idea con las charangas vocingleras de Miami que cada vez que por el
mundo sucede algo allá salen gritando que ahora le toca al régimen
cubano. Creo que es imprescindible hacer este análisis pues estoy
convencido de que si La Habana toma el camino correcto se puede evitar
una catástrofe que probablemente resulte irreparable para el pueblo cubano.

Desde mi punto de vista el precipicio al que se refirió Raúl Castro
tiene que ver con la posibilidad de protestas masivas de la población
cubana por sus misérrimas condiciones de vida y por la continuación de
los sufrimientos bajo un gobierno totalitario inepto que es incapaz de
responder a sus necesidades vitales y sociales, ni de introducir las
reformas necesarias con la celeridad que la situación demanda.

Este callejón sin salida inevitablemente puede llevar, como ha sucedido
en otros países, a la represión violenta de los manifestantes que
indudablemente desembocaría en una guerra civil si una parte de las
fuerzas armadas se niega a cumplir dichas ordenes o a numerosas bajas
civiles en caso contrario.

En cualquiera de los dos escenarios la consecuencia sería una
intervención extranjera dirigida a impedir un baño de sangre contra la
población cubana que se justificaría ante el mundo por motivos humanitarios.

Si esta desgracia llegara a suceder, tal intervención como ha sucedido
en Libia, lograría el triunfo del bando que favorezca la protección de
los disidentes contra la represión y los que favorezcan la implantación
de las reformas económicas y sociales que el país necesita.

Si no hay una guerra civil y el Gobierno reprime a la población sin
oposición alguna por parte de las fuerzas armadas, la intervención
extranjera probablemente ocurra aún con mayor rapidez, dirigiendo los
esfuerzos principales a decapitar la dirección política y militar del
régimen totalitario evitando daños colaterales no solo de la población
sino también a las unidades militares que se resistan a participar en la
represión y puedan servir para reconstruir las nuevas instituciones
militares al verdadero servicio de la nación y no de una élite corrupta
y dictatorial.

Como ha quedado demostrado en Libia, el desarrollo científico y
tecnológico de las guerras contemporáneas hacen posible mediante el uso
de las más modernas tecnologías militares como satélites
geoestacionarios, aeronaves sin tripulación, cohetes y mísiles dirigidos
por control remoto y otras armas sofisticadas cumplir las misiones de
protección a pueblos indefensos que confrontan la amenaza de
indiscriminadas masacres.

La suerte del dictador Muamar Gadafi quedó sellada en las afueras de la
ciudad de Bengazi cuando declaró que sus columnas de tanques irían casa
por casa "sin lástima ni misericordia" para hacerles pagar caro la rebelión.

A partir de ese momento, sin perder un solo hombre ni poner un solo pie
en territorio libio, las fuerzas de la OTAN dirigidas inicialmente por
Estados Unidos no solo evitaron la masacre de millares de infelices
civiles sino que cambiaron completamente el curso de los acontecimientos.

Ese es el precipicio que enfrenta la nación cubana: las protestas de la
población, represión masiva con o sin guerra civil y una intervención
extranjera contra la cual va a ser imposible resistir, a no ser que
acabemos de poner nuestra propia casa en orden introduciendo con toda
rapidez las reformas necesarias para convertir a nuestro país en una
nación moderna y civilizada y no en la finca feudal propiedad de una
élite torpe como ocurre actualmente.

O hacemos las reformas que el país necesita con toda la urgencia
necesaria o demostramos no tener la madurez necesaria para ejercer
nuestra propia soberanía y, en ese caso, como en las guerras de
independencia y los distintos conatos de insurrección después de 1902
las potencias extranjeras van a intervenir para llevar a cabo las tareas
que nosotros no supimos hacer.

El Estado cubano es en la actualidad un Estado fracasado incapaz de
resolver los problemas de la población ni de sobrevivir en un mundo
competitivo. Es un Estado mendigo que vive de las limosnas y subsidios
internacionales y que tiene pocas posibilidades de crecimiento económico
y de satisfacer las necesidades crecientes de su población.

Aunque los gobernantes han hablado de introducir reformas económicas
muestran reticencias de acompañarlas con reformas políticas y sociales
porque las consideran una amenaza a su poder y sus intereses. Ya no se
puede engañar a nadie con el cantinfleo alrededor de la "soberanía", la
"autodeterminación" y las idioteces de "actualización del socialismo"
con que pretenden seguir engatusando al pueblo cubano y la comunidad
internacional.

Sin el cese de un régimen totalitario asfixiante donde los gobernantes
no responden ante nadie por sus acciones y desaguisados, donde los
ciudadanos no estén protegidos por las leyes y el derecho, donde desde
arriba les impongan las decisiones de una élite incapaz y retrógrada,
Cuba seguirá desintegrándose paulatinamente y los cubanos seguirán en
esta crisis perenne, crisis que solo acabará en el momento en que decida
quitarse el yugo de una vez y por todas.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/radiografia-del-precipicio-i-267671

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