lunes, 5 de septiembre de 2011

Algún día tomaremos café?

¿Algún día tomaremos café?
Lunes, 05 de Septiembre de 2011 00:06
Paulino Alfonso Estévez

Lawton, La Habana, 5 de septiembre de 2011, (PD) En 1958 los
caficultores cubanos grandes y pequeños, producían 85,000 tm de café,
incluso con las bandas de Castro alzadas en las montanas, donde se
cosechaba el grano y por el que el líder cobraba a sus altcultivadores
un impuesto de guerra al igual que por la marihuana.

Después del triunfo de Castro, la producción decreció en 3 años en
20,000 tm, ora por el éxodo de los jóvenes campesinos a La Habana, donde
eran convocados a ingresar en los órganos armados o represivos del
régimen; ora porque los nuevos administradores castristas se enriquecían
con la venta ilegal de parte de la ya mermada cosecha; ora por desidia.

Después que pasó el conveniente ciclón Flora y aprovechándose del
entusiasmo juvenil, Fidel Casiano decretó que los estudiantes irían
anualmente y de forma voluntaria a la recogida del café en las montanas,
lo mismo en la zona oriental que en la central del país. Esta orden se
mantuvo hasta ¡el 1º de agosto de 2011!

Después vino el sueño de la súperagricultura que daría tanto café que
los cubanos nos enfermaríamos de los nervios por su excesivo consumo. Al
fracasar estruendosamente como todos los demás planes, Fidel Casiano
ordenó que los cubanos consumieran café con chícharos.

Esto no obedeció al bloqueo, sino a que destinaba el 50% de la ya
declinante cosecha del grano para exportarlo bajo el nombre de Crystal
Mountain, nombre extrañamente idéntico al de un lugar descrito en el
libro de Frederic Forsythe "Los perros de la guerra". Vaya Ud a saber si
lo tomó de ahí mismo, ya que sé que este libro fue lectura obligada del
MININT.

Como primer cliente se escogió Japón, donde al probarlo fue rechazado
por su baja calidad. No obstante, los nipones lo dedicaron al innoble
fin de utilizarlo para baños antirreumáticos en los sanatorios que
existen en el Japón donde fue todo un éxito. De forma que aunque más
barato, se mantuvo como un renglón de exportacion más en Castrolandia
por bastante tiempo.

Más tarde fue intercambiado como forma de pago con los hermanos
socialistas que consumían esta infusión, operación que duró hasta el
derrumbe de la pesadilla.

La primera vez que la población cubana conoció el Crystal Mountain fue
cuando los exiliados llegaron en 1979 y llevaron a sus asombrados
familiares a las tiendas, después conocidas por todos con la corrupción
lingüística inglesa de shoping; acostumbrados a la mezcla infame de 70%
de chícharo y 30 de café, al probar este, los mayores reencontraron un
sabor olvidado y los más jóvenes algo distinto.

Dos años después de la cagástrofe socialista, el café, al igual que el
azúcar, fue abandonado por ordenes del Máximo Líder, ya que según este,
no valía la pena sembrar ni recoger un grano más del que requerían las
1,430 tm mensuales destinadas a la población y las otras 2000 tm
dedicadas al "uso social". Todo se mantuvo hasta el año 2000 donde como
Deus ex Machina apareció el ex-simio Hugo Chávez, salvador sobre todo
del Máximo Líder con sus supertratados del ALBA.

En una celebración con las mujeres, Fidel Casiano asombró a estas con el
anuncio que volvería el café puro, aunque a un precio mayor. Todas las
presentes y hasta yo al enterarme aplaudimos. En efecto, desde el año
2003 se comenzó a distribuir café con una calidad aceptable, nunca igual
al que se oferta en divisas en las shoping, pero que satisfacía el
paladar tan maltratado del cubano de a pie.

Pero como la alegría en casa del pobre dura poco, hace un año Raúl
Modesto anunció la vuelta del café mezclado, no con chícharo, por su
alto precio en el mercado mundial, sino con algo desconocido que llamó
eufemísticamente sucedáneo. Las razones esgrimidas por el sustituto
fueron más de lo mismo, que si no se produce bastante, que las cosechas
están malas, etc, etc, etc.

Pero recientemente salió en Granma un artículo publicado por un "novel"
periodista, Luis Merencio Cautín, intitulado "Luces en la recuperación
cafetalera", donde se deja ver luz al final del túnel. A guisa de
explicación el periodista "autorizado a informar" nos aclara que la
causa principal de la pobre cosecha es la "vejez" de los cafetos y que
esto ha obligado a más de mil campesinos a sembrar, solamente en el
municipio de Maisí, 390 hectáreas de las 420 planificadas en un esfuerzo
heroico. Merencio cita al director cafetalero de Maisi quien asegura que
desde 1980 no se sembraba tanto café y que tal esfuerzo ayudaría a que
la provincia de Guantánamo alcanzara la gran meta de 1,416 hectáreas.

¡Qué lejos están de las 16,000 hectáreas que sembraban en el país hace
53 años! ¿Tendrá que venir la Caridad del Cobre a sembrar cafetos para
que algún día podamos volver a tomar café? A ese paso es muy posible.

paulino.alfonso@yahoo.com

http://primaveradigital.org/primavera/economia/51-economia/2151-ialgun-dia-tomaremos-cafe

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