18-05-2011.
Gerardo Lazcano Naranjo
Consejero político de JACU y presidente del partido Neocatólico.
(www.miscelaneasdecuba.net).- Golpear a un hombre en la calle por el
hecho de expresar su opinión y provocarle la muerte, es algo que se hará
cotidiano si no reacciona la sociedad. Quien sea indiferente a estos
procedimientos será cómplice de la tragedia que se avecina para
desgracia de él mismo y su descendencia. El crimen que todos no apoyan,
a pesar de que todos sustentan el régimen totalitario, alimenta una
represión sin límites hacia la oposición pacífica, porque todo aquel que
mata o mande a matar a un hombre es porque sabe que llegó el momento de
frenar lo inevitable.
La ignorancia de los familiares deja de existir a partir de los hechos
criminales, se mata por convicción o por estupidez y ya escasean los que
no están bien informados. Un pequeño grupo no puede lograr entorpecer a
una sociedad que ya se comunica en aras de la liberación de los males
que promueven un reducido grupo de criminales, que pretenden terminar
sus vidas dando órdenes sanguinarias a aquellos que un día renunciarán a
ellas. Se podrá engañar a un hombre que no reconozca la burla de ser
utilizado, pero éste no pasará mucho tiempo en recibir el mensaje
adecuado que lo haga arrepentirse de su pasado.
Muchos están sembrando sus semillas, la buena cosecha depende de los
maestros, del valor con el que hay que asumir la responsabilidad de
educar. Para lograr que una sociedad no permita el abuso y el crimen,
hay que decirle desde muy temprana edad porqué la dignidad nos lleva
hasta la muerte y porqué el crimen es el silencio de los pueblos oprimidos.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32321
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