Wednesday, May 18, 2011 | Por José Hugo Fernández
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) – Si en la agencia MULTIMARCAS,
de la calle 222, en el municipio habanero La Lisa, vendieran caballos en
vez de motores para automóviles, ningún cliente podría extrañarse de que
al efectuar su compra les fueran entregadas solamente la cabeza y la
cola del caballo, no obstante haber pagado por el caballo entero.
Una vez compradas legalmente en el mostrador la cabeza y la cola, los
mercaderes de la bolsa negra le ofertarán el resto del caballo: patas,
lomo, tripas, cascos…, sin que el cliente necesite moverse de
MULTIMARCAS para buscarlos, porque son los mismos empleados que antes le
vendieron el caballo canibaleado.
Entonces tampoco debe ser motivo de su extrañeza enterarse de que estas
añadiduras que ahora vuelve a comprar -ya que se las habían vendido
antes, simbólicamente, aunque a cambio de dinero real-, llegaron a
MULTIMARCAS integradas al caballo. Sólo que los empleados tuvieron a
bien desmembrarlas para asegurar su "búsqueda" ilegal, a plena luz del
día, y en el mismo mostrador.
Lo que deja a cualquiera patitieso es que para seguirle el curso a los
detalles de este rejuego corrupto e inescrupuloso no hay que emplearse
en investigaciones de fondo. Basta con hacer una breve visita a la
agencia MULTIMARCAS y a sus alrededores, dejando caer al paso tres o
cuatro preguntas.
Los propios clientes, que salen indignados (e impotentes) de la agencia,
aun cuando logren comprar el caballo pieza por pieza, contarán los
pormenores de la estafa. Y lo que ellos dejen de contar, queda a la
cuenta de ciertos merodeadores que son parte indisociable del paisaje,
dedicados a servir de vínculo entre el que busca las piezas del caballo
y el que se ocupa de descuartizarlo.
Los dueños de viejos automóviles necesitan (por apremio del bolsillo)
cambiarles el motor de gasolina por nuevos motores petroleros. La
existencia de estos últimos en el mercado estatal es precaria. En tanto,
se disparan los precios de la gasolina, y asciende el número de taxis, a
tenor con el incremento del trabajo por cuenta propia. Y claro, son
precisamente los autos de los taxistas los que con mayor urgencia
requieren la adaptación de motores de petróleo.
He aquí, en síntesis, las condicionantes del rejuego corrupto en
MULTIMARCAS.
El resto es lo consabido: alta demanda, más incapacidad de respuesta del
mercado estatal, igual a trampa y robo, los cuales conforman la cabeza y
la cola del sistema.
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