sábado, 2 de enero de 2010

Las damas de blanco: historia de unas luchadoras en la Cuba que agoniza

Las damas de blanco: historia de unas luchadoras en la Cuba que agoniza
Publicado: 02/01/2010
TODOELLAS.COM
© Joana Morillas

Era la viuda de un prohombre de la revolución cubana. Querida, amada y
respetada. Sin embargo, cambió de bando para ayudar a los que en su país
sufrían las inclemencias de un régimen autoritario. Murió a manos de su
enamorado verdugo. Un barbudo que, con los ojos inyectados en sangre, y
mientras le clavaba el cuchillo que habría de segarle la vida, le
preguntó: ¿Por qué, Juanita? Ella, con un hilo de voz, le contestó:
"Porque has hecho de mi país una cárcel". Esta escena mítica es el final
de Topaz. Para los menos, obra maestra. Para la mayoría, una película
para olvidar de Alfred Hitchcock. Y para mí, una historia que ha
despertado en mi memoria gracias a un grupo de mujeres valientes que
luchan en Cuba. Este colectivo de feminas recibe el nombre de Las damas
de blanco. Nacieron durante el período que ya se conoce como La
primavera negra de Cuba.

En la madrugada del 18 de marzo de 2003, el régimen cubano lanzó una
terrible ofensiva contra periodistas, opositores y sindicalistas. Su
delito: tener pensamiento propio y ser críticos con el gobierno. Lo
pagaron caro. No obstante, tampoco interesaba que la noticia
trascendiera al exterior. Así que los detenidos, un total de 70, fueron
juzgados a velocidad de vértigo y condenados a penas que oscilaban entre
seis y treinta años.

Tras el proceso, la cúpula de mandamases cubanos respiró aliviada. Sin
embargo, no contaron con que un grupo de aguerridas mujeres les
plantaría cara. Y ahí es donde entran en acción Las damas de blanco.
Esposas de algunos de los setenta encarcelados que tuvieron, y siguen
teniendo, el arrojo de agruparse para que el mundo conozca la realidad
de una Cuba que agoniza.

Semanalmente, Las damas de blanco salen a la calle. En sus manos portan
flores y banderas de Cuba. De su garganta brota la palabra libertad. No
se arredran ante nada. Ni siquiera ante las cargas policiales. Ni
siquiera ante el hecho de perder su empleo y el consiguiente
estrangulamiento económico que conlleva. Ni siquiera ante la vigilancia
constante a la que están sometidas. Y es que ellas, al igual que sus
maridos, también están presas. En sus casas pero prisioneras de los
comités de vecinos que dan cuenta de todos y cada uno de sus
movimientos. Aún así, no se dan por vencidas y cada día cuentan con más
adeptos dentro y fuera de Cuba. Quieren desacreditarlas, pero su lucha
ya ha traspasado fronteras: "Somos mujeres pacíficas. No somos
políticas. Somos mujeres que defendemos nuestra familia. Nuestros
derechos ciudadanos. Nuestros derechos humanos".

Las damas de blanco: historia de unas luchadoras en la Cuba que agoniza
:: TodoEllas (2 January 2010)
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