miércoles, 15 de febrero de 2017

Feria de La Habana - Pacotilla, presentaciones sin libros e inundación de Fidel Castro

Feria de La Habana: Pacotilla, presentaciones sin libros e inundación de
Fidel Castro
ADRIANA ZAMORA | La Habana | 15 de Febrero de 2017 - 21:22 CET.

Todos los años el Día de los Enamorados coincide con la Feria del Libro
y todos los años es uno de los días que más se llena de público La
Cabaña, aunque no sea fin de semana. Es el día que más se venden
libritos titulados Solo para mi amor, postales y hasta caricaturas
hechas en el momento.

Sin embargo, este ha sido un 14 de febrero poco animado. A pesar de
iniciativas como el lienzo para firmar en el día del amor, ubicado en el
Pabellón Infantil, los pasteles envueltos y dedicados con tarjetas en
los kioscos del parqueo, la fortaleza lució vacía en comparación con
ferias pasadas.

"Es que quitaron los restaurantes de los fosos", explica Yadier. "¿Cómo
voy a traer a mi novia si después de caminar por la feria no podemos
sentarnos a almorzar, que es parte de la celebración?"

La ausencia de los ya habituales restaurantes en los fosos ha llamado la
atención de los asistentes a la feria. Las ofertas gastronómicas se han
ubicado en el parqueo de entrada, salvo unas carpas que venden helados y
perros calientes y un par de carritos con refrescos dentro de la fortaleza.

"Yo me alegro", dice Miriam. "La gente venía a la feria a comer y a
tomar. Ahora vienen los que quieren comprar libros".

Como Miriam piensan muchos de los que acuden al evento atraídos por la
literatura. Sin embargo, ellos mismos apuntan que la medida fue
demasiado drástica.

"Debieron dejar aunque sea a los vendedores de panes con jamón", opina
Isabel. "Es de madre pasarse horas caminando por aquí adentro y no tener
ofertas de comida para seguir. Incluso los que venimos a comprar libros
salimos más rápido, porque tenemos hambre y solo podemos almorzar afuera".

Pero la razón gastronómica es solo una entre las que explicarían por qué
La Cabaña está menos concurrida este año.

"El programa de la feria está aburridísimo", comenta Iliana. "No hay
nada que realmente me llame la atención. Muchos libros sobre Fidel, eso sí".

"El Pabellón Infantil es lo único que puedes ver interesante", opina
Estrella. "Allí siempre hay actividades con actores, escritores,
premiaciones de concursos. Participan los niños de talleres literarios y
de las escuelas. Siempre tienen algo atractivo, hasta actividades con la
gente de Protección de Animales, que es algo bonito y útil".

Para algunos, sobre todo escritores y trabajadores del libro, las sedes
externas tienen programas más interesantes.

"Yo prefiero el Pabellón Cuba", dice David. "Allá por lo menos hay
lecturas de escritores y uno se entera de lo nuevo que se está moviendo".

Otros, como Luis, prefieren participar del evento de los jóvenes
escritores latinoamericanos, cuyas actividades tienen sedes como el
centro Dulce María Loynaz, la Casa de la Poesía y el propio Pabellón Cuba.

Por otra parte, el fenómeno de las presentaciones de libros "sin libros"
sigue consolidándose en La Cabaña. Desde hace años es común que la
poligrafía demore la impresión de muchos títulos por diversas razones,
desde la falta de papel hasta la priorización de algunas obras por
encima de otras. Muchas veces los libros llegan a la sala de
presentación con la tinta aún fresca.

"Es por la cantidad de libros sobre Fidel que cayeron de fly a última
hora", conjetura un antiguo trabajador del Instituto Cubano del Libro.
"La capacidad del poligráfico es la misma, así que si caen libros nuevos
se dejan de imprimir algunos de los que estaban planificados".

Parece una explicación lógica, pero según los comentarios entre
editores, incluso algunos de los libros dedicados a Fidel Castro no se
imprimieron a tiempo para su presentación.

"Esto es un desastre, la Feria cada año empeora", comentan los mismos
editores.

Aunque la mayoría de los trabajadores del ICL parecen estar satisfechos
con la nueva administración del Instituto, es común escuchar entre ellos
el comentario: "El pobre, lo que heredó no está nada fácil",
refiriéndose al nuevo presidente, Juan Rodríguez y a la Feria del Libro
específicamente.

Además de la ausencia de la mitad de los libros anunciados, las quejas
sobre la oferta en moneda nacional incluyen las colas que hay que hacer
para comprar en la carpa principal.

"Una hora de cola para entrar, dos horas de cola en la caja", se queja
un señor mayor, cansado luego de la experiencia. "Creo que no vengo más".

En cuanto a la oferta en CUC, la opinión del público tampoco mejora
respecto al año anterior.

"Esto parece una tienda de fútbol y no una feria del libro", comenta
Yosuán, refiriéndose a la cantidad de merchandising de equipos de fútbol
en casi todos los stands extranjeros.

Camisetas, pósters, biografías y hasta balones "que parecen sacados
directo del mundial", bromea Oslay, inundan la feria.

Continúan los libros infantiles con poco texto, los de autoayuda, las
sopas de letras, crucigramas y sudokus, que no estarían mal si no fueran
casi la única opción.

Las populares agendas Mía, ya no son tan populares, pues cada año
aumentan el precio.

"El año pasado costaban 15 CUC, ahora cuestan 18", comenta una abuela
que no pudo comprar la agenda para su nieta. "Cuando llegue a la casa le
voy a decir: 'Mijita, Mía soy yo', pero la agenda no se la puedo llevar".

A todo esto se suma que el transporte en la ciudad está pasando por días
más difíciles que de costumbre. Tanto para salir como para llegar a La
Cabaña el viaje se complica.

Tamara y su mamá tuvieron que pagar 20 pesos cubanos cada una al taxi
que las recogió en el Parque Central y las dejó en la parada de La Cabaña.

"Son dos minutos en taxi, pero como iba para Alamar a 20 pesos no nos
iba a recoger si podía llevar a otros que le pagaran el recorrido
completo", explica Tamara.

El transporte público tampoco ayuda. A pesar de los inspectores ubicados
en las paradas, La Cabaña está en la mitad de cualquier recorrido, así
que las guaguas llegan llenas.

"Para regresar a mi casa tuve que recibir empujones, golpes y gritos en
un P11 lleno hasta arriba", cuenta una vecina de Alamar que visitó la
feria el día 14. "Los libros que compré llegaron a mi casa jorobados de
todo lo que me apretujaron".

Source: Feria de La Habana: Pacotilla, presentaciones sin libros e
inundación de Fidel Castro | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1487182189_28979.html

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