viernes, 13 de enero de 2017

El muro, también para los cubanos

El muro, también para los cubanos
En una medida sorpresiva, el presidente Barack Obama pone fin a la
excepcionalidad cubana en términos migratorios
Redacción CE, Madrid | 13/01/2017 9:51 am

Durante décadas los gobiernos norteamericanos le hicieron creer a los
exiliados cubanos que eran únicos. En parte lo fueron y también en parte
aún lo son. Pero desde hace también años se han multiplicado las
campañas para demostrarles que en muchos sentidos han dejado de serlo.
Fueron dos presidentes demócratas —primero Bill Clinton y luego Barack
Obama— quienes más ha influido para devolver a los cubanos al cauce
normal a cualquier latinoamericano o caribeño que llega a Estados
Unidos. Clinton con la devolución a Cuba del niño balsero Elián González
—en cumplimiento de las leyes estadounidenses—, pero sobre todo con la
política de pies secos/pies mojados. Ahora Obama acaba de culminar lo
iniciado por Clinton, y para añadir "insulto al agravio" lo ha hecho
apenas una semana antes de su partida de la Casa Blanca. La medida entra
en vigor de inmediato.
Más que la interrogante "¿por qué lo ha hecho?", cabe otra pregunta:
"¿por qué ahora?", y la respuesta parece sencilla: para culminar, de
forma lógica, el camino emprendido el 17 de diciembre de 2014. Para
culminarlo de acuerdo al término de su mandato cabría agregar.
¿Por qué no lo hizo antes? La primera respuesta podría considerarse en
clave electoral, y decir que la demora tuvo como objetivo no perjudicar
la fallida campaña electoral hacia la presidencia de Hillary Clinton.
Pero en este caso ese objetivo único tuvo un alcance muy limitado —no
brindarle una munición adicional al exilio cubano republicano— y
permitir que ese sector de la comunidad cubana continuara decantándose
en contra de la llegada de nuevos inmigrantes. Hoy los republicanos y
ese mismo sector del exilio podrán lanzarse a repetir de que se trata
del último regalo de Obama al régimen de La Habana, pero en su fuero
interno deben sentirse aliviados de que su enemigo durante ochos años,
en su adiós les facilite el camino.
Porque si las medidas anunciadas por Obama son un regalo a Raúl Castro,
también resultan, en parte, una dádiva al senador Marco Rubio y el
representante Carlos Curbelo, ambos republicanos.
Obama, tan acusado en estos días de hacer todo lo posible por
entorpecerle el terreno a Donald Trump, por una vez se lo ha facilitado.
¿No habían aparecido en la prensa declaraciones de partidarios y
miembros de su campaña de que el presidente electo pondría fin a la
política de "pies secos/pies mojados"? ¿No ha sido el tema
anti-inmigrante el puntal de la plataforma política del magnate, desde
el primer día?
Así que aquí resulta difícil definir la decisión de Obama bajo un prisma
exclusivamente partidista, y hay que verla como un paso necesario dentro
de una política de normalización en las relaciones entre Washington y La
Habana.
Política de normalización que algunos apuestan será interrumpida bajo la
nueva administración, pero que con esta decisión de última hora vuelve a
quedar a las claras las dificultades para un retroceso completo.
"Al dar este paso, estamos tratando a los emigrantes cubanos de la misma
manera que tratamos a los migrantes de otros países", dijo el presidente
Obama en un comunicado. Y aquí radica la clave. Los cubanos, por primera
vez en décadas, podrían a pasar a integrar las filas de los
"indocumentados", "sin papeles", "ilegales" o cualquier otro de los
nombres —algunos eufemísticos, otros descarnados— con los que se señalan
a los logran entrar sin autorización a Estados Unidos. Entrada que el
próximo Gobierno de Trump continúa empeñada en señalar que será
sumamente imposible difícil sino imposible. El muro será también, para
los cubanos.
Más allá de la derogación de la política pies secos/pies mojados, la
consecuencia más importante es que a los emigrantes cubanos provenientes
de América Latina ya no se les dará automáticamente el permiso para
quedarse y ser elegibles para la residencia legal permanente al año y un
día de su llegada, según dispone la Ley de Ajuste Cubano de 1966.
Por lo demás, hay aspectos del acuerdo, entre los gobiernos de EEUU y
Cuba, que simplemente reiteran lo ya existente.
"El Gobierno cubano ha acordado aceptar el regreso de los nacionales
cubanos que han sido expulsados, al igual que ha aceptado el retorno de
los inmigrantes interceptados en el mar", añade el comunicado. En este
punto no hay nada nuevo.
El programa de reunificación familiar, el compromiso de emitir 20.000
visas de inmigrantes anuales y la posibilidad de solicitar asilo se
mantienen. Aquí tampoco
Pero al mismo tiempo el Gobierno de la Isla se compromete a recibir a
individuos en una lista de 2.746 cubanos calificados de inadmisibles
tras el éxodo del Mariel y a recibir a otros que no aparecían
originalmente en la lista pero que emigraron en ese periodo y cometieron
crímenes. Adicionalmente, el gobierno de la Isla aceptará otros cubanos
considerados "deportables" fuera de este acuerdo, tras un análisis "caso
a caso", de acuerdo a la información publicada en el Nuevo Herald. Y
aquí sí hay un paso de avance en la cooperación en asuntos migratorios
entre ambos gobiernos
El acuerdo, que ha resultado sorpresivo precisamente por producirse en
los últimos días del mandato de Obama, tendrá dos repercusiones inmediatas.
Una será política, y en el exilio republicano se enfatizarán los
aspectos que podrían catalogarse de "regalo a Castro", como la
eliminación del Programa de Parole Profesional para Médicos Cubanos, que
daba visas a los profesionales cubanos de la salud enviados a trabajar a
otros países, y que fue establecido por el expresidente George W. Bush
en 2006.
Pero en lo fundamental la decisión de Obama se mantendrá en pie, en lo
que respecta a cerrar "la puerta abierta", de forma indiscriminada, a
todo cubano que busca huir de la Isla. Por supuesto durante los próximos
días se escucharán pronunciamientos en Miami en contra de la medida y
brotarán con fuerza —aún más si es posible— los comentarios de rechazo
al presidente saliente. Cabe esperar que incluso surjan declaraciones de
"modificar" —disfrazado incluso con frases de "anular"— lo anunciado por
Obama, pero a la larga se enfatizará el hecho de que la entrada debe
obedecer a "motivos políticos" y aquí todo se volverá pura retórica
partidista.
En resumidas cuentas, la Ley de Ajuste Cubano solo puede ser eliminada
por el Congreso, pero si "pies secos/pies mojados" fue un primer paso en
establecer límites a dicha ley, con la decisión del jueves la tarea por
disminuir su alcance ha logrado, entre otros objetivos, en colocarla a
las puertas de una discusión en el Congreso que vienen intentándose
desde tiempo atrás, precisamente por legisladores republicanos.
No por gusto, según explicó el asesor de seguridad nacional Ben Rhodes
en una llamada con reporteros, la discusión sobre la permanencia del
ajuste ha sido motivo de comentarios entre los legisladores republicanos
de origen cubano. De hecho, Rhodes comentó a los periodistas que la
preocupación de algunos congresistas y la presentación de proyectos de
ley para modificar la Ley de Ajuste Cubano, así como la obtención de
beneficios a partir de ella, le dieron "ímpetu" a la administración para
realizar el cambio, de acuerdo al Nuevo Herald.
Por uno de esos giros sorpresivos, que no abolirá el azar político, el
demócrata Rhodes adopta la óptica republicana que por décadas ha
imperado en Miami sobre los medios para llevar la democracia a la Isla:
"Es importante que Cuba siga manteniendo una población de jóvenes y
dinámica, que claramente están actuando como agentes de cambio". Es
decir, cerrar la válvula de escape para aumentar la presión interna.
Y al final se impondrán las cifras. Según informes de la Guardia
Costera. Más de 40 mil cubanos llegaron a EEUU en 2015. Este mismo año,
entraron a EEUU un total de 1.663 profesionales cubanos de la salud. El
aumento de la llegada de cubanos a suelo estadounidense, que
CUBAENCUENTRO viene señalando reiteradamente, ha sido el catalizador de
un acuerdo que se veía venir desde que el Gobierno cubano modificó sus
normas migratorias.
Un acuerdo se cumple en su totalidad, y por supuesto que La Habana no va
a permitir el regreso de los "deportables" si se restablece el parole a
los profesionales de la salud.
Así que todo apunta hacia el final definitivo de la excepcionalidad
cubana, en este caso acompañado de una de las tantas paradojas que
siempre rodea al caso cubano, y que podría resumirse en una fórmula
simple: Trump te lo prometió, pero antes Obama te lo cumplió.

Source: El muro, también para los cubanos - Noticias - Cuba - Cuba
Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/cuba/noticias/el-muro-tambien-para-los-cubanos-328321

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