lunes, 29 de mayo de 2017

El derrumbe: una estrategia de comunicación del PCC

El derrumbe: una estrategia de comunicación del PCC
La desinformación como método de Fidel Castro para evitar "el contagio"
de la perestroika
Marlene Azor Hernández, Ciudad de México | 23/05/2017 1:10 pm

En el interesante doctorado de Even Sandvik Underlik, "Cuba fue
diferente"[1], el autor entrevista a 17 militantes del partido, 20 años
después del derrumbe del socialismo euro-soviético para rescatar la
visión del partido único cubano sobre la perestroika y el fin de la URSS.
La mayoría de los entrevistados han sido funcionarios de alto nivel en
el país y reflejan y analizan el tipo de información que recibieron en
la época y la línea que adoptó el partido para todos sus militantes: hay
que encontrar las diferencias con el modelo soviético y no se puede
discutir las semejanzas con Cuba sino las diferencias.
Señala el autor:
"Castro dio órdenes al Comité Central del PCC de preparar de forma
confidencial argumentos contra la perestroika, "enfatizando diferencias
entre Cuba y la Unión Soviética en tamaño, grado de desarrollo económico
y social, historia, cultura y tradiciones"[2]
Como testigos del período en Cuba, los profesores de la Universidad de
la Habana, fuimos llamados a una reunión en la cual se nos puso un video
de Fidel Castro en el que decía: "Ahora el veneno nos viene del espíritu
santo" en el entendido que la perestroika era el veneno y el espíritu
santo, el país del cual habíamos recibido una cuantiosa ayuda: la URSS.
El video fue para mí otro disparate de Fidel Castro porque no lograba
fundamentar porque la perestroika era un "veneno". Siempre entendí que
esta estrategia de negación, significaba que su poder estaba siendo
cuestionado por aceptar la copia ideológica, política, económica,
jurídica, social y organización cultural, el mismo sistema de seguridad
y represión, y por lo tanto tenía las mismas consecuencias. Su
desacuerdo no era más que la evidencia de su incapacidad política para
proponer y promover otras alternativas. Nunca le interesaron los
múltiples problemas sociales, económicos, políticos y culturales que
creaba el modelo soviético. No tenía hondura intelectual y política ni
interés para planteárselos, también prohibía a los demás hacerlo. Su
interés era la ayuda recibida de la URSS.
Como partido militarizado de ordeno y mando, y como régimen político
tiránico, nadie más pudo manejar la interpretación de la perestroika en
la URSS. Se le "dejó" a Fidel Castro que en sus discursos orientara lo
que había que saber, pensar y lo que se debería decir en medio de la
crisis más profunda de la historia cubana. Ese es otro resultado nefasto
del monopolio partidario de los medios masivos de comunicación y del
régimen político tiránico de partido único: el embrutecimiento de la
población y la ausencia de alternativas.
Mientras en público, decía en sus discursos de la época que era
necesario investigar las causas del derrumbe o "desmerengamiento" del
campo del "socialismo real", a espaldas de los ciudadanos reprimía
cualquier análisis sobre el modelo económico, social, jurídico y
político copiado por Cuba, hasta el suspiro. Para el "mesías" —y así lo
trasmitió a sus militantes— el derrumbe era un asunto de blandura o de
firmeza de macho alfa, nunca una responsabilidad por las políticas
públicas del país.[3]
No importa si esto tenía repercusiones nefastas en la vida de millones
de ciudadanos, por desinformación y represión de la opinión pública y
académica. No importa si la desinformación impedía el debate de las
alternativas a la crisis al mismo tiempo que las reprimía. El "mesías",
seguía pensando el país como su dominio personal y no tenía propuestas
políticas alternativas viables. La ausencia de soluciones a los
problemas acumulados los dirigió Fidel Castro, a la regresión hacia los
voluntarismos de los años 60s que habían demostrado su fracaso.[4]
Lo más lamentable del asunto es que sus militantes aceptaron sumisos y
algunos hasta represivos —algunos mencionan su papel en los actos de
repudio—, la errática política del "mesías" y en sus entrevistas
mostraron una mediocridad vergonzosa para analizar las causas del
derrumbe euro-soviético y las alternativas. Uno se pregunta si queda
alguien ilustrado, sensato y honesto en las filas del partido comunista
de Cuba o si solo quedan funcionarios e intelectuales de muy bajo
horizonte cultural y político. También, si la postura de "macho alfa"
que se utiliza sólo contra los reprimidos y no contra los represores
demuestra el estado cavernícola del PCC y de su militancia.
El caso es que aún es un tabú hablar del derrumbe del modelo copiado en
Cuba y por eso la falta de alternativas a los problemas estructurales
heredados. El gobierno cubano hace círculos alrededor de los mismos
problemas estructurales, se estanca, reprime el debate y el país
continúa en recesión.
Sandvik analiza la cobertura de prensa sobre el derrumbe en el periódico
Granma desde el 1989 a 1992 y entrevista a los militantes en el 2013.
En su análisis de la prensa, concluye sobre la poca información que
ofrece el Granma sobre los acontecimientos en la URSS, de lo cual solo
se publica algo sobre el debate económico entre dos propuestas de
reformas en ese país. Sin embargo, algo se publica con respecto a la
RDA, sin mencionar la caída del muro de Berlín, sino la apertura de
fronteras del partido comunista este alemán. La muerte de la pareja
Ceausesco en Rumania y algo sobre el movimiento Solidaridad en Polonia
siempre en recuadros secundarios del periódico.
Llama la atención, como todos los militantes entrevistados siguen la
consigna del militarizado partido leninista cubano, una actitud que
demuestra la falta de autonomía de los militantes y la aceptación de
cualquier orientación por muy en contra de los intereses de la población
que pueden resultar. Hasta ahora, esos mismos militantes y su partido
evidencian la falta de capacidad política de la dirección de la época y
la actual, para propiciar y consensuar un cambio estructural del
socialismo real cubano, en crisis desde 1990.
La nefasta construcción de un partido militarizado (leninista) cubano ha
hecho posible junto al tratamiento de la realidad interna del país de
manera esquizofrénica —los medios masivos de comunicación demuestran una
ruptura sistemática con los problemas del país— que, 27 años después de
la caída del Muro de Berlín, el país no avance para salir de su crisis
estructural, no reconocida por sus propios intelectuales y funcionarios
"orgánicos": ¿mordaza, autocensura o represión?

[1] Even Sandvik Underlik, "Cuba fue diferente: El derrumbe del
socialismo euro-soviético visto desde el Partido Comunista de Cuba
(1989-1992, 2013)", Universidad de Bergen, Noruega, 2017.
http://bora.uib.no/bitstream/handle/1956/15834/Doktorgradsavhandling%20BORA%20Underlid.pdf
[2] Idem, p. 308.
[3] Carlos Aldana, tercera figura de la nomenclatura cubana también
hablaba en la época de las partes blandas de la sociedad que eran, según
su punto de vista, los intelectuales. En este caso, Aldana también
manipulaba a los intelectuales con el referente del macho alfa que aún
perdura en algunos de los militantes entrevistados en el doctorado de
Sandvik Underlik.
[4] "La política de rectificación de errores y tendencias negativas",
que el autor reconoce como en dirección contraria a las reformas
soviéticas. En Cuba, se traducían en mayor centralización del poder, la
movilización compulsiva de "las masas" y nuevos programas de educación
"gratuitos". Las estrategias económicas de los años 90 no mejoraron el
nivel de vida de la población y se revirtieron con la ayuda venezolana,
hoy en crisis.

Source: El derrumbe: una estrategia de comunicación del PCC - Artículos
- Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/el-derrumbe-una-estrategia-de-comunicacion-del-pcc-329410

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