viernes, 17 de marzo de 2017

Los cambios de Raúl

Los cambios de Raúl
Nuevas políticas que incluyen restregar en las narices de los cubanos su
propia miseria
Viernes, marzo 17, 2017 | Jorge Olivera Castillo

HARVARD, Estados Unidos.- Una vez más queda claro que el mejoramiento
del socialismo cubano es inversamente proporcional a los anhelos de
quienes aspiran comer tres veces al día, cobrar salarios dignos y vivir
sin el temor que la casa le caiga encima.

Los avances siguen teniendo como denominador común los parches y los
apuntalamientos.

Basta con echarle una ojeada al capital que llega enfundado en los
camisones del oportunismo y la complicidad de la alta burocracia
nacional para la inauguración de exuberantes negocios frente a una
hilera de edificios despintados y al borde del colapso, cerca de un
agromercado estatal donde un tumulto pelea por la cuota de papa que
entregan por la libreta de racionamiento y en las inmediaciones de uno
de los tantos cines o solares convertidos en ruinas donde se va a vaciar
las vejigas y los intestinos a falta de baños públicos.

El próximo desembarco de 16 boutiques que comercializarán las marcas
Mango, Gucci y Lacoste, entre otras, dentro de los predios del Hotel
Manzana Kempinski, ubicado en el corazón de Habana Vieja, define la
apuesta de los madamases en restregar su pasión por el lujo en las
narices de los cubanos que sobreviven a duras penas. La empresa Gaviota,
controlada por los militares, es la que compartirá el botín con sus
partners suizos de la empresa Kempinski.

Los vecinos tendrán que conformarse con mirar los precios de vértigo y
su indigencia reflejada en los relucientes cristales.

Paso a paso se va articulando el modelo cuyos gestores publicitan como
el remedio más eficaz para aliviar los efectos del desastre existencial
que nos acompaña desde la década del 60 del siglo XX.

A estas alturas de la historia es posible avizorar hacia dónde nos lleva
este experimento con algunas similitudes al que llevaron a cabo los
chinos a partir de 1979 bajo la presidencia de Deng Xiao Ping.

Hasta ahora, Raúl Castro no se atreve a llegar tan lejos como sus socios
de Pekín. Sigue aferrado a las teorías bolcheviques y parece que se
llevará a la tumba su reticencia a legitimar la economía de mercado.

Los hombres de negocios que aguardan por el visto bueno para iniciar
operaciones en Cuba, deben esperar a que el presidente haga los cálculos
que le garantizan la pureza de los valores revolucionarios, dígase
partido único, economía controlada por sus amigotes del ejército y
miseria para la mayoría como estrategia de dominación. Por el momento no
hay variaciones en la ruta que conduce, según los que la trazaron, a la
prosperidad de todos.

Lo cierto es que el pueblo sigue tragándose el purgante
marxista-leninista mientras los jerarcas liban descaradamente las mieles
que chorrean en las proximidades de Wall Street. Los proletarios cuentan
con una nueva oportunidad de recrearse con los relumbrones de la
opulencia que salpican a La Habana. Una ciudad que transpira angustias y
lágrimas en su extensa geografía.

(Jorge Olivera, periodista independiente que reside en La Habana, se
encuentra de visita en Estados Unidos)

Source: Los cambios de Raúl CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/los-cambios-de-raul/

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