martes, 17 de enero de 2017

Un asunto en extremo complejo

Un asunto en extremo complejo
Al equiparar a los inmigrantes cubanos con los de otros países se
establece una igualdad entre regímenes más o menos democráticos y una
tiranía que ha durado más de medio siglo
Waldo Acebo Meireles, Miami | 17/01/2017 2:23 am

El 9 de setiembre de 1994 en un intento de solucionar la llamada "crisis
de los balseros" producto directo del "maleconazo" y de la incuria de la
política de la tiranía cubana, y el inefectivo sistema económico por
ella defendido, se llegó a un acuerdo entre la tiranía y el Gobierno de
Estados Unidos. Ese acuerdo entre otras cosas establecía:
"The United States agreed to no longer permit Cubans intercepted at sea
to come to the United States; rather, Cubans would be placed in a safe
haven camp in a third location. Justifying this policy as a "safety of
life at sea" issue, Cuba also agreed to use "persuasive methods" to
discourage people from setting sail."
"The United States and Cuba agreed to cooperate on the voluntary return
of Cubans who arrived in the United States or were intercepted at sea."
Por otra parte, no se llegó a un acuerdo sobre los cubanos considerados
por EEUU como "excluibles", y los que ya para ese momento tenían orden
de deportación por delitos cometidos en suelo norteamericano. Pero Cuba
sí recibiría a sus nacionales que fuesen interceptados en el mar y se
comprometía a no perseguirlos o encarcelarlos. Para estos se abría una
opción de presentar su situación ante la Oficina de Intereses de EEUU En
La Habana.
El 2 de mayo de 1995 se establece la política de "pies secos/pies
mojados", que modifica los acuerdos de 1994 y permite a los llegados a
suelo de EEUU acogerse a la Cuban Adjustment Act de 1966, modificada en
1976 por la Nationality Act Amendments, la cual reducía a un año la
condición de permanencia para la solicitud de residencia permanente. Por
tanto, los cubanos obtenían de esta forma la posibilidad de legalizar su
permanencia en suelo norteamericano y abrir así su camino hacia la
naturalización.
El inicio del fin de una época
El 12 de enero de 2017 el presidente de EEUU estableció que:
"Cuban nationals who attempt to enter the United States illegally and do
not qualify for humanitarian relief will be subject to removal,
consistent with U.S. law and enforcement priorities. By taking this
step, we are treating Cuban migrants the same way we treat migrants from
other countries."
Con lo cual se daba por terminada la política de "pies secos/pies
mojados" y todo lo que se derivaba de la misma. Con ello llegaba a su
fin la situación privilegiada de los inmigrantes ilegales de origen
cubano. Quedaban vigentes, por el momento, los privilegios que
establecía la "Cuban Adjustment Act" (Ley de ajuste cubano).
Un breve análisis
Al equiparar a los inmigrantes cubanos con los de otros países se
establecía un signo de igualdad entre unos y otros, y por tanto entre
las razones que los obligan a abandonar sus países y buscar nuevos
horizontes en EEUU. Se establece por ende una igualdad entre regímenes
más o menos democráticos y una tiranía que ha durado más de medio siglo.
Esta supuesta conclusión es falsa, ya que no existe ninguna igualdad
entre los cubanos que huyen por razones que son en esencia políticas,
aunque ellos mismos no estén conscientes de las verdaderas causas de su
necesidad de emigrar, y la del resto de los emigrantes que llegan a EEUU.
Las dificultades económicas y sociales que existen, por ejemplo, en
Centroamérica, pueden ser solucionadas en el marco de las estructuras
políticas de esos países y en las manos de los habitantes de esa región
están los instrumentos para encontrar esas soluciones. Lo cual no es el
caso cubano, en donde los ciudadanos carecen de todo derecho a efectuar
cambios y solucionar los problemas generados por un régimen político y
socio-económico que estrangula la voluntad de la población, y ha
generado un sistema inviable e insostenible.
La reacción en Miami
A pesar de que durante meses diversos líderes de la comunidad cubana han
abogado por cambios en la política hacia los emigrantes cubanos, ahora
resulta que están en contra de la abrupta medida tomada. ¿Qué los lleva
a ello? Evidentemente razones partidistas, y no han señalado en
específico ninguna solución o modificación de la situación creada.
En múltiples ocasiones esos líderes y sectores del exilio han criticado
los abusos que algunos cubanos han cometido aprovechándose de las leyes
que lo protegían, lo cual es válido y debió ser motivo de acciones
políticas concretas, y no de opiniones generales —y por ende
inaceptables— sobre el comportamiento de los cubanos que llegaban
ilegalmente a este país. Las actuales protestas ahora resultan con el
mismo valor de las hipócritas lágrimas de las plañideras.
Que balseros, acabados de poner pie en tierra, se nieguen a hacer
declaración política alguna sobre la situación en Cuba, o contra la
tiranía, no es motivo para condenarlos, sino para sentir lástima de toda
una generación que ha perdido la capacidad de analizar y determinar las
causas de sus desesperanzas.
Que después de alcanzada la residencia permanente, muchos, pocos, o
algunos —ya que nadie argumenta con cifras— retornen a Cuba y se lleven
consigo los dineros recibidos de los benevolentes ciudadanos que pagan
impuestos, no es motivo para cuestionar a los muchos, pocos, o algunos
que se rompen el lomo para progresar en este país, y por tanto pagan sus
impuestos y contribuyen a la economía de su patria adoptiva. Lo que era
necesario era que se creasen medidas para evitar esos abusos y no
simplemente limitarse a su estéril denuncia.
La perspectiva política
Durante la crisis de los emigrantes varados en Panamá y Costa Rica,
varios dignatarios de los países centroamericanos le pidieron a EEUU el
cese de la política de "pies secos/pies mojados", la cual les estaba
generando a ellos problemas. Esto debe haber desempeñado su papel en la
decisión tomada y no simplemente el deseo de otorgarle otra concesión a
la tiranía.
Por otra parte, aunque nos duela y moleste, una posición consecuente con
el reinicio de las relaciones diplomáticas con Cuba entraba en conflicto
tanto con la política de "pies secos/pies mojados", como con la Ley de
Ajuste Cubano, y a la larga con el embargo. Esto estaba claro en el
subconsciente político de muchos en la Isla, que tan pronto como se
reanudaron las relaciones empezaron a organizar la huida. El hecho es
evidente en el incremento de los cubanos llegados ilegalmente a partir
de la reanudación de las relaciones.
¿Es buena o mala para la nueva administración la decisión tomada por la
administración saliente? Era algo que necesariamente iba a ocurrir, y el
presidente electo, Donald Trump, había señalado al respecto en una
entrevista en febrero 2016 con Tampa Bay Times, en la que dice:
"I don't think that's fair. I mean why would that be a fair thing? I
don't think it would be fair. You know we have a system now for bringing
people into the country, and what we should be doing is we should be
bringing people who are terrific people who have terrific records of
achievement, accomplishment… You have people that have been in the
system for years [waiting to immigrate to America], and it's very unfair
when people who just walk across the border, and you have other people
that do it legally."
¿Es buena o mala para la tiranía la medida adoptada? De momento, ellos
la consideran como un triunfo, pero en realidad es una victoria pírrica,
que lo que va a generar es más presión en la olla y que a la larga, y no
muy larga, podrá dar lugar a otra edición de la situación creada en 1994.
Los cubanos en la Isla no van a dejar de lanzarse al mar, ni de buscar
otras variantes por tierra, pero acabarán de entender que las soluciones
tienen que buscarlas adentro y no en la fuga al exterior.
El problema humano
Las imágenes de los cubanos sorprendidos en diferentes lugares de
Centroamérica y México, incluso en varios de los pasos hacia EEUU, por
el cese del salvoconducto que le facilitaba su entrada a este país son
terribles. Muchos de ellos "quemaron las naves" para lograr su objetivo,
vendiendo su vivienda, efectos personales y todo lo vendible, para
sufragar los gastos de su escapada a una mejor vida.
Qué decir de los que estaban en alta mar mientras se hacía pública la
noticia y la descubrirán cuando, llenos de alegría, pongan sus pies en
tierra y sean detenidos y deportados.
La impactante situación no solo fue observada en la frontera al sur. En
el aeropuerto de Miami se produjeron también situaciones terribles.
Personas retenidas durante horas, otras deportadas de inmediato en una
franca violación de las leyes de este país. Evidentemente Homeland
Security estaba preparada para actuar de forma draconiana y expedita,
incluso en contra de los que llegaran legalmente a suelo norteamericano.
Desgraciadamente un sector del exilio cerrará los ojos frente a este
drama humano. No fueron muy magnánimos cuando se produjo la crisis en
Costa Rica y Panamá. Así que no hay mucho que esperar en cuanto un apoyo
político o moral a sus lejanos, pero, aun así, compatriotas. Veremos que
harán los líderes del exilio.

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http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/un-asunto-en-extremo-complejo-328386

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