miércoles, 4 de enero de 2017

Obedezcan, marchen… ¡fuera!

Obedezcan, marchen… ¡fuera!
Cada vez que se reúne la alta jerarquía gubernamental, se respeta menos
al pueblo
Miércoles, enero 4, 2017 | Martha Beatriz Roque Cabello

LA HABANA, Cuba.- El discurso de Raúl Castro en el Octavo Período
Ordinario de la Octava Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular fue contradictorio y en algunos casos resultó virtual. Quienes
lo siguieron han tenido expresiones en la calle sobre cómo lucía
mientras hablaba: unos plantean que estaba raro, otros dicen que triste,
algunos que cansado y hasta hubo quien comentó que parecía enfermo.

Lo que sí quedó claro fue que, cada vez que se reúne la alta jerarquía
gubernamental, se respeta menos al pueblo. Habría que ver hasta dónde
llega el límite de la sumisión que los cubanos han demostrado.

No se puede estar tentando de forma constante la posibilidad de que a
los gobernantes se les vaya de la mano en algún momento el control de la
sociedad. La historia recuerda la reacción del pueblo rumano con Nicolae
Ceaușescu, que a pesar de las dificultades por las que pasaba el país
rehusó poner en práctica planes liberales con respecto a la economía y
mantuvo su voluntad de no cambiar su "política no revisionista",
acompañada de un rígido control sobre la libertad de expresión, los
medios de comunicación y la no tolerancia con la oposición.

Uno de los mensajes enviados en el discurso de clausura de la reunión
parlamentaria cubana dice de forma textual: "Reducir todo gasto no
imprescindible y utilizar racional y eficientemente los recursos
disponibles".

Pero después Raúl Castro se despidió, exaltando la permanencia del
espíritu de lucha de su ya difunto hermano, para lo cual se llevó a cabo
una Revista Militar y marcha del pueblo combatiente el pasado 2 de
enero, en ocasión del 60 aniversario de la sublevación en Santiago de
Cuba y del desembarco del Granma, en homenaje al "Comandante en Jefe" y
a la juventud. Aunque hay que destacar que solo se mostraron algunas
armas largas en bloques de soldados y marinos.

Además, para la realización de este desfile, se celebraron dos ensayos
generales que como es natural tienen sus consecuencias también en el
pueblo de la capital; entre otras que disminuyen los ómnibus, no se
puede transitar por la zona y bajo el severo sol del mediodía, se llevan
a la Plaza de la Revolución a los niños y jóvenes de diferentes
escuelas. Todo ello sin contar el gasto de combustible y recursos que
trae aparejado; así como las más de 8 horas de movilización, porque,
aunque el desfile fue corto ―en comparación con otros―, las personas
estuvieron movilizadas desde las tres de la mañana y algunos desde la
noche anterior.

Habría que decirle a Raúl Castro: Si el año comenzó con este derroche
"no imprescindible", ¿de qué gastos está hablándole al pueblo? ¿O es que
el tratar de mantener el adoctrinamiento sobre la sociedad no significa
una erogación de recursos?

Para el cubano de a pie se ha iniciado un año que tiene características
bien difíciles; con las limitaciones en el suministro de combustibles y
el desabastecimiento de las importaciones, producto del no cumplimiento
de las obligaciones financieras, todo parece indicar que se profundizará
la recesión, ya que la actividad económica ha mantenido una pérdida
generalizada de sus indicadores, que se hace muy difícil de ocultar.

El salario real se reduce constantemente con relación al salario
nominal, porque, aunque el Estado ha querido controlar los precios de
los productos agrícolas, no ha logrado este objetivo y no existe ninguna
evidencia de que en el 2017 pueda hacerlo, lo que implica que lo que el
trabajador recibe como pago no refleja los ingresos reales, porque el
costo de la vida aumenta mucho más rápido que los ingresos.

Las remesas familiares vuelven a ser la esperanza de la familia cubana.
Solo aquellos que reciban alguna ayuda por parte de sus parientes en el
exterior podrán tener acceso a pagar los productos en un mercado negro
que se divisa muy caro, porque el mercado estatal en moneda convertible
está vacío por falta de pago a los proveedores.

Si Raúl Castro cumple su palabra, sus funciones terminan en esta octava
legislatura. Solo le quedarían dos sesiones de la Asamblea, que si son
como la última, en la que la información fue escasa y negativa, poco
tendrán los cubanos de herencia del actual dictador.

Source: Obedezcan, marchen… ¡fuera! | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/obedezcan-marchen-fuera/

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