viernes, 6 de enero de 2017

Libros que cuestan la cabeza

Libros que cuestan la cabeza
Algunos "títulos de cabecera" para una veterana periodista independiente
Viernes, enero 6, 2017 | Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba.- Entre mis varios libros de cabecera, tengo al de Hugh
Thomas Cuba: La lucha por la libertad, escrito durante la estancia del
historiador hispanista inglés en La Habana, a partir de 1964 hasta 1971
del siglo pasado.

En su prefacio, cuenta Hugh que pensó escribir sobre lo que ocurría en
Cuba estando en la Plaza de la Revolución, mientras escuchaba un
discurso sombrío de Fidel Castro "y la multitud se portaba como si se
tratara de una merienda al aire libre, cantando y bailando al ritmo del
chachachá".

Ante aquel panorama pintoresco, tan extraño para él, su intención de
escribir algo breve se transformó en un proyecto más ambicioso y fue en
busca de los antecedentes históricos.

Así surgió su libro, logrado por un verdadero genio de la investigación
histórica. A lo largo de sus mil doscientas setenta y seis páginas —la
edición que poseo—, Hugh comienza con la toma de La Habana por los
ingleses, en 1762, hasta el fracaso de la zafra de los diez millones, en
1971.

Para él no todo fue coser y cantar. Obstáculos tuvo. Cuando resumió su
trabajo en la frase: "Naturalmente, es una quimera suponer que la
historia tiene respuesta para todo", hacía referencia a las lagunas con
las que tropezó como historiador en Cuba, dado el secretismo que
practicaba el régimen con su verdadera historia y, sobre todo, ante la
imposibilidad de tener acceso a los archivos cubano-soviéticos del gobierno.

Hugh no pudo nunca consultar documentos. Incluso pronosticó que "dentro
de cincuenta años, también los historiadores se encontrarían en la misma
situación". Eso sí, fue al exilio cubano de Miami, donde sostuvo largas
conversaciones con testigos presenciales de la historia que él quería
conocer.

No hay acontecimiento importante de aquellos años que Hugh no haya
rastreado —por my difícil que fuera—, como ese minero experto que busca
el ansiado filón, escondido entre capas de terrenos diferentes. Por eso
su libro nunca se ha editado en Cuba: Nunca fue aprobado por Fidel Castro.

Nada pasó por alto. En su gran obra encontramos el porqué del fracaso de
las huelgas generales de 1957 y 1958, la historia del tren blindado de
Santa Clara; hasta el eclipse de los liberales y la crisis de los misiles.

Lamentablemente, este célebre británico no volvió a Cuba a continuar con
lo que le falta. Así ocurre bajo la dictadura de los hermanos Castro con
aquellos que buscan la verdad de primera mano, en el terreno. Pudo
también ocurrirle a Brian Latell, analista retirado de la CIA, con su
libro Después de Fidel: La historia secreta del régimen de Castro.

Libros que nos dan a conocer historias tejidas entre bambalinas, sus
cambios de escenarios y su maquiavélica tramoya, según las conveniencias
políticas de Fidel Castro.

Tal vez para eso, en ausencia de otras obras históricas que se esperan,
surgió en la isla cubana, allá por los finales de 1987, un ejército de
periodistas independientes a partir del Movimiento de Derechos Humanos.

Auxiliados por Thomas, Brian Latell, Jaime Suchlicki, Carlos Alberto
Montaner, Huber Matos y Ernesto Díaz Rodríguez, estos dos últimos con
sus historias sobre el presidio político como "plantados", los
periodistas independientes hemos podido convertirnos en continuadores,
biógrafos locales del régimen castrista, no sólo para investigar con
buen olfato y sexto sentido lo que hoy ocurre, sino además para
descubrir viejas historias, ocultas o falseadas, denunciar la falta de
libertades civiles, las violaciones que continúan ocurriendo y la
obsoleta demagogia comunista de una dictadura que da sus últimos estertores.

Source: Libros que cuestan la cabeza | Cubanet -
https://www.cubanet.org/opiniones/libros-que-cuestan-la-cabeza/

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