lunes, 9 de enero de 2017

Juan condenado a la nada

Juan condenado a la nada
YOANI SÁNCHEZ, La Habana | Enero 09, 2017

¿Cómo explicar a nuestros nietos el absurdo económico de la Cuba actual?
¿Qué malabares pedagógicos se necesitarán para detallar el mercado
negro, la libreta de racionamiento, las tiendas recaudadoras de divisas
y los precios topados? ¿Nos creerán cuando describamos al devaluado peso
cubano y a su émulo, el chavito? La película La singular historia de
Juan sin nada, del director Ricardo Figueredo, podría ayudar en ese
empeño didáctico.

El documental cuenta la vida –la sobrevida– de Juan un trabajador que
tiene como única entrada financiera un salario mensual de 250 CUP,
equivalente a unos 10 CUC. Un hipotético "cubano de a pie" que no recibe
remesas del extranjero, no desvía recursos del Estado ni revende
productos para sobrevivir. Un ciudadano con una vida gris, que no puede
permitirse siquiera comprar una camisa nueva, invitar a la novia a una
cafetería o lustrar sus zapatos.

En poco más de 50 minutos, el guión detalla los gastos que debe afrontar
este personaje de ficción, inspirado en el propio hermano de Figueredo,
para alimentarse y pagar los servicios básicos como el suministro de
agua, electricidad o gas. La historia se apoya también en testimonios
reales que van delineando una economía distorsionada, plagada de
contradicciones y donde la honestidad resulta un obstáculo en la lucha
por subsistir.

En la voz del actor Luis Alberto García, que se desempeña como narrador,
La singular historia de Juan sin nada detalla los productos que aún se
distribuyen por la libreta de abastecimiento y sus correspondientes
precios, un paneo por esa pobreza subvencionada que entroniza el mercado
racionado y que , como dice el economista Juan Triana, también
"transmite injusticia".

La selección de imágenes de archivo ayuda a comprender cómo se fue
montando la trampa de miseria en que hoy están encerrados millones de
cubanos. Es una explicación salpicada de sarcasmo y de ciertos detalles
históricos que el oficialismo ha querido sepultar, como las promesas de
que el desabastecimiento nunca llegaría a nuestros mercados o que los
turrones no se ausentarían de nuestras Navidades.

Es probable que esa mezcla de humor y buena memoria hayan contribuido a
que la película no fuera seleccionada para participar en la última
edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano el pasado diciembre.
No obstante, el filme ya está circulando en las redes alternativas de
audiovisuales, lo que le supone una mayor audiencia que en las sesiones
de la cita que cinematográfica de cada diciembre. Así que la vida de
Juan está siendo vista de la misma manera en que discurre: al margen de
los focos institucionales y lejos de los privilegios oficiales.

Entre los espectadores, el título de la cinta despierta el recuerdo del
poema de Nicolás Guillén en el que se asegura que, tras enero de 1959,
los cubanos nos convertimos en "Juan con todo", una aseveración que
rueda por los suelos cuando el protagonista emplea la quinta parte de su
salario en comprar un jabón y un desodorante en las tiendas propiedad
del Estado, a precios con "impuestos de más del 200%", puntualiza el
documental.

El mercado agrícola y las redes ilegales de comercio completan las
opciones a las que el empobrecido hombre debe recurrir para poder
alimentarse, mientras las matemáticas apuntan a que no va a lograrlo, a
que nadie puede tener una vida decente con un salario ganado
decentemente. La tensión crece y la desazón se va apoderando del público
en la medida que el dinero se escurre de las manos de Juan y su plato de
comida se va quedando vacío.

Las entrevistas con trabajadores por cuenta propia, jubilados, empleados
estatales y analistas hacen que la cinta de Figueredo pueda trascender
la mera explicación didáctica para alcanzar un alto valor testimonial,
un retrato endurecido de una Cuba con la que nadie está conforme, ni
siquiera las voces más cercanas al discurso oficial que se escuchan en
la película.

Sin embargo, el mayor logro del documental solo se podrá apreciar más
adelante, cuando las incrédulas generaciones del futuro crean que
exageramos al contarles lo que hemos vivido. La singular historia de
Juan sin nada será como esos fósiles que al ser desenterrados muestran
la fiera anatomía de un animal extinto, el sombrío esqueleto de una
economía en ruinas.

Source: Juan condenado a la nada -
http://www.14ymedio.com/opinion/Juan-condenado_0_2142385747.html

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