El nuevo acuerdo migratorio

El nuevo acuerdo migratorio
17 enero, 2017 11:46 pm por Rogelio Fabio Hurtado

Marianao, La Habana, Rogelio Fabio Hurtado, (PD) El Gobierno de Cuba
está de plácemes con su nuevo Acuerdo Migratorio con Estados Unidos,
logrado cuando el presidente Obama ya está haciendo las maletas para
entregarle las llaves de la Casa Blanca al electo Donald Trump: acaba de
obtener que el poderoso País del Norte le retire su apoyo a los cubanos
que prefieren irse de Cuba, como había venido haciéndolo desde la década
del 60.

"Se acabó Miami para los cubanos"- le decía ayer una muchacha a otra en
la cola del Di Tú del Anfiteatro de Marianao- Obama lo dijo".

Estuve a punto de cuestionárselo, hasta que el periódico Granma me lo
confirmó: era verdad.

La muchacha no lo decía con alegría.

Este cierre de la válvula de escape le plantea al gobierno cubano
problemas más graves que la previsible disminución de remesas, aludida
por la corresponsal de la AP en la conferencia de prensa ofrecida el 12
de enero en La Habana por dos eufóricos funcionarios del MINREX.

El enfoque oficial le ha achacado siempre a la ahora abolida política la
responsabilidad de la persistente voluntad de abandonar Cuba manifestada
por muchos de los ciudadanos, sobre todo los más jóvenes. Ahora podremos
comprobar la veracidad de esa afirmación.

Efectivamente, la garantía de acogida constituía un factor de influencia
para ver el éxodo como una perspectiva plausible. No obstante, su actual
cancelación no determinará nada respecto a la voluntad de irse de aquí,
en busca de horizontes más promisorios para sus vidas.

Mientras los gobernantes cubanos no introduzcan auténticas
transformaciones sociales y políticas en su modelo totalitario, será
imposible que la insatisfacción de buena parte de la población desaparezca.

Ahora, no bastará con los argumentos trillados. Tampoco podrán contar
con los multitudinarios drenajes del descontento, que aplicaron en 1980
y 1994, respectivamente. Aquel ofensivo grito de "Que se vayan" pasará
definitivamente a la mala memoria de todos los cubanos.

Está por ver si los perjudicados por este cierre encausan sus
aspiraciones políticamente, fortaleciendo dentro de Cuba a la debilitada
disidencia o si, como esperan los gobernantes, se incorporan a la
impotencia social generalizada, fortaleciendo entonces a la corrupción,
que mina la vida cotidiana del país.

De inmediato, todos quedamos pendientes de las decisiones que tomará en
breve el nuevo inquilino de la Casa Blanca, cuyo ascenso ha creado una
expectativa solo comparable a la generada en enero de 1961 por JFK.

Paradojas de la Historia: entonces se esperaba que viniese la invasión
yanqui. Ahora se trata de que los cubanos dejen de invadir la Florida.
rhur46@yahoo.com; Rogelio Fabio Hurtado

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