miércoles, 27 de abril de 2016

Aguadores, tanques y camiones cisternas, los caminos del agua

Aguadores, tanques y camiones cisternas, los caminos del agua
LUZ ESCOBAR, La Habana | Abril 27, 2016

Bajo el sol, y mientras los transeúntes buscan la sombra que proyectan
los balcones, se escucha el sonido de una carretilla que recorre la
calle Jovellar en La Habana. Va cargada de tanques repletos de agua y, a
su paso, los vecinos se asoman por las ventanas o corren al interior de
sus casas en busca de un cubo para llenar. El revuelo de la barriada
recuerda al de los días de fiesta, pero no hay música ni jolgorio, solo
un aguador que vende su anhelada mercancía de puerta en puerta.

Idalmis, una joven madre que vive en la ruta que hace El Primo, le grita
desde el balcón que quiere llenar un tanque. Le pide que no se vaya, que
otras vecinas también necesitan almacenar en pomos, cazuelas y hasta una
pecera con agua. Hace meses que no ven a las pilas de sus casas soltar
un sonoro chorro que lo moje todo.

El Primo es un aguador moderno. No carga cubos por una escalera. En su
carretilla tiene un pequeño motor y unas mangueras que le alcanza a los
clientes y con las que llena cualquier recipiente en un dos por tres.
Conecta en una extensión eléctrica que alguien le preste y el ronroneo
del bombeo se hace sentir. Tiene el garbo de un descendiente lejano de
Francisco de Albear y Lara pero a su nombre nunca se levantará un
monumento en la capital cubana.

El método de El Primo, a pesar de lo sofisiticado tiene sus
limitaciones. No puede pasar de un segundo piso por cuestiones del largo
de las mangueras, pero, matiza, "tampoco aquí en Centro Habana los
edificios son tan altos".

Mientras llena un tanque azul, que una vez tuvo manteca vegetal y ahora
contiene el agua para una una familia de cuatro miembros, el comerciante
explica que desde que se radicó en la ciudad, proveniente del oriente de
la Isla, este ha sido su trabajo. "La policía me ha confiscado varias
veces el motor, pero los vecinos me tienen tanto aprecio que ellos
mismos me sacan del calabozo", asegura.

En menos de cinco minutos ya se ha formado la cola frente a la
carretilla. Antonia, una jubilada que vive sola en primer piso, cuenta
que un uniformado le prohibió al aguador que llenara sus tanques en la
entrada de agua de la cisterna del cercano cine Pionero. "La cuadra en
pleno se movilizó y lo sacamos de la unidad ese mismo día", recuerda.

Los ciclos de suministro de la empresa Aguas de La Habana se ha hecho
más largos en la mayoría de los municipios capitalinos. Zonas como La
Habana Vieja se abastecen casi por entero de camiones cisternas, pero en
sus barrios más pobres, donde el dinero no puede comprar una frecuencia
más breve, las pipas solo llegan "cada siete días". Se priorizan "las
escuelas, los círculos infantiles y los policlínicos", dice a 14ymedio
el conductor de uno de estos vehículos que el lunes abastecía un
edificio de la calle Teniente Rey.

Abel Salas, vicepresidente primero del Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos (INRH), explicó a los medios que unas 70.000 personas en
Santiago de Cuba reciben el agua por carros cisterna, mientras que en la
capital la cifra ronda las 60.000. El deterioro de la red hidráulica
agrava la situación. Según datos brindados por la prensa oficial, "las
empresas registradas en la capital como derrochadoras dilapidan en un
mes casi 830.000 metro cúbicos" de agua. Los últimos informes publicados
sobre el tema indican que un 45% del agua que se bombea en el país se
pierde en fugas y salideros.

Una pipa puede costar entre 10 y 15 CUC, que se pagan, normalmente,
reuniendo el dinero entre todos los vecinos. Los dueños de hostales y
paladares se dan el lujo de comprar una para sus negocios, pero para la
mayoría de los residentes en La Habana es un precio demasiado alto.

En la periferia de la capital, en zonas como Mantilla y Arroyo Naranjo,
el agua llega en días alternos pero "con muy poca fuerza", se quejan los
residentes. Allí también abundan los aguadores como El Primo, que cuando
irrumpen con su carretilla en una calle todos se aglomeran a su
alrededor con cuanto recipiente puedan llenar.

Para ellos habrá mucho trabajo en los próximos meses. Aunque el Centro
del Clima del Instituto de Meteorología pronosticó una temporada de
lluvias con un "comportamiento normal de las precipitaciones" también
advierte que "los volúmenes acumulados no resolverán los déficits
existentes. El grito de "agua" seguirá sonando en los barrios habaneros.

Source: Aguadores, tanques y camiones cisternas, los caminos del agua -
http://www.14ymedio.com/nacional/Aguadores-tanques-camiones-cisternas-caminos_0_1988201162.html

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