viernes, 9 de octubre de 2015

La transición hacia la democracia

La transición hacia la democracia

El presidente Obama eliminó el tope de las remesas familiares a Cuba
Raúl Castro exigió la devolución de la Base Naval de Guantánamo
La visita de la secretaria de Comercio a Cuba fue un triunfo
DORA AMADOR

Qué semana tan llena de encuentros y diálogos decisivos para el futuro
de los cubanos. El principal fue el que se llevó a cabo en La Habana
entre la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Penny Pritzker, y su
homólogo cubano, Rodrigo Malmierca, para "analizar el alcance y las
limitaciones de la flexibilización" del embargo.

He leído con mucho interés lo que se dijo en las numerosas reuniones que
hubo en solo dos días –lunes y martes–, entre ella junto a la delegación
que la acompañó, integrada por funcionarios estadounidenses de los
Departamentos del Tesoro, Comercio y Estado, además de varios
representantes de empresas y ministerios cubanos. Presentes estuvieron
ante Pritzker y sus acompañantes, además de Malmierca, ministro del
Comercio Exterior e Inversión Extranjera, el canciller Bruno Rodríguez y
el vicepresidente, Ricardo Cabrisas. Como vemos toda una delegación con
formalismo de ambas partes y cada una con una agenda muy bien trillada
para la primera y sin duda trascendente reunión.

Después de la magistral jugada que dio el presidente Obama en
septiembre, de eliminar el tope de las remesas familiares, autorizar las
inversiones conjuntas de norteamericanos con empresas estatales cubanas
y los viajes turísticos de barcos y aviones a la isla, que sorprendió al
gobierno cubano, de inmediato pensé cuando escuché el autoritario
discurso de Raúl Castro ante las Naciones Unidas la semana pasada, que
como tantas otras veces estaba poniéndole fin al levantamiento del
embargo –muy temido y deseado a la vez– exigiendo cosas que el general
sabía no se cumplirían: devolución de la Base Naval de Guantánamo y el
pago por daños sufridos por el "pueblo cubano a causa del criminal
bloqueo económico financiero y comercial". La suma que espera se le
pague es de $833,755 millones. Sume a eso la condición primaria que puso
Castro: que la normalización de las relaciones entre ambos países están
sujetas al levantamiento total del embargo.

En las oficinas de el Nuevo Herald y the Miami Herald se llevó a cabo un
panel sobre el futuro de las inversiones empresariales y el turismo en
Cuba; y en el Senado el demócrata Bob Menéndez dio un disparatado
discurso el miércoles sobre la errada política de apertura y
acercamiento a Cuba del presidente Obama.

Veo como un triunfo enorme la visita de la secretaria de Comercio a
Cuba. Si Raúl Castro fue exigente en su discurso ante la ONU, creo que
Pritzker dejó muy claro lo que quiere Estados Unidos en esta nueva y
fructífera política exterior hacia Cuba. En todos los encuentros con los
altos funcionarios castristas puso sus cartas limpias sobre la mesa:

"Queremos ayudar a todos los cubanos a insertarse en la economía mundial
y a disfrutar de un mejor nivel de vida, pero también dar al pueblo de
Estados Unidos la oportunidad de aprender sobre Cuba y de desarrollar
relaciones con las personas de una isla que está a solo 90 millas de las
costas" estadounidenses, dijo Pritzker en su segunda jornada en la isla.

"Podemos construir una relación más abierta entre nuestras dos naciones".

Pritzker dijo que el gobierno de la isla debe "dar ciertos pasos" para
"actualizar su sistema regulatorio y reformar la economía en formas que
permitan el continuo desarrollo de un sector privado cubano". Insto al
gobernante cubano Raúl Castro a permitir "que los cubanos puedan
realizar intercambios comerciales y viajar con más libertad, disfrutar
del fruto de su trabajo, acceder a internet y ser contratados
directamente por compañías extranjeras".

Más clara no pudo ser: se trata de empoderar, liberar, dignificar a los
futuros empresarios y empleados cubanos –observen que la Directora del
Comercio pide contratar a los trabajadores cubanos directamente por
compañías extranjeras, se niega a que siga la esclavitud del pueblo
cubano en manos del régimen abusador que les paga una miseria de salario
mientras se queda con la mayoría del sueldo de cada cubano que trabaja
con empresas extranjeras– para así ir logrando la transición a la
democracia, con un pueblo más poderoso, conocedor de las reformas
económicas que le atañen y que exige Pritzker.

Hay tema para penar, evaluar y, si los Castro no dan marcha atrás
aterrorizados, celebrar las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos
y Cuba. Lo dicho la semana pasada: es la transición pacífica hacia la
democracia.

Source: DORA AMADOR: La transición hacia la democracia | El Nuevo Herald
-
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/opinion-sobre-cuba/article38220096.html

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