viernes, 24 de octubre de 2014

Perritos para protestar y para comer

Perritos para protestar y para comer
El deceso de un perro en Grecia motivó una crónica cursi de periódico
oficialista cubano
viernes, octubre 24, 2014 | René Gómez Manzano

LA HABANA, Cuba -El pasado sábado 18, el diario Granma destacó en sus
páginas interiores una noticia luctuosa: la muerte de Lukanikos. Se
trataba de un perro que sobresalió por su rechazo a las fuerzas
policiales y el apoyo que prestó a los manifestantes durante las pasadas
protestas realizadas en Grecia contra las severas medidas de ajuste
adoptadas para sacar al país de la bancarrota originada por los gastos
excesivos.

En el mundo entero resulta usual que un órgano de prensa dedique espacio
a una información afectiva consagrada a uno de esos animalitos que con
justicia se han ganado el mote de mejor amigo del hombre. El problema es
que en otras tierras los periódicos cuentan con decenas de pliegos que
llenar, mientras que en Cuba el esmirriado Granma sólo dispone de dos
páginas para las noticias internacionales. Llama la atención que se haya
dedicado la tercera parte de una al deceso del can.

Hace decenios que un ser irracional no provocaba en el principal diario
castrista una curiosidad similar. En este sentido, la antecesora
inmediata de Lukanikos fue la vaca Ubre Blanca, recordista lechera que
se convirtió en una de las fascinaciones de Fidel Castro. Gracias a
ello, la res fue noticia frecuente de primera plana, y a su muerte
(quiero decir, cuando "se tomó la decisión de interrumpir su vida", para
repetir la frase cursi que empleó entonces el Granma), se la consideró
digna de erigirle una estatua.

Volviendo a Lukanikos, debo decir que los gacetilleros comunistas, en un
estilo que bien serviría para redactar la más almibarada crónica social,
describen al perro sato callejero como "can de raza mixta". La noticia
de su muerte ha servido para poner de manifiesto una vez más que los
medios propagandísticos del castrismo informan tanto o más por lo que
callan que por lo que dicen.

Es el caso que las protestas masivas en la Plaza Syntagma y otros
espacios públicos de Grecia fueron noticia constante en los medios
cubanos mientras ellas tenían lugar. Cuando cesaron, jamás el
Departamento Ideológico del Comité Central se ocupó de informar a los
cubanos de a pie que la situación en el país sudeuropeo se normalizaba.
Sólo el sábado, con motivo de la muerte del cuadrúpedo, el Granma
mencionó una vez más esas manifestaciones pasadas, con lo que sólo
entonces nuestros compatriotas menos avisados tuvieron la oportunidad de
sospechar cuál es la realidad helena de hoy.

La noticia comentada ofrece otro punto interesante; es cuando el
prosista explica: "Lukanikos significa salchicha en griego, y se ganó el
nombre debido al gusto que adquirió por esta comida, con la cual era
alimentado". En verdad parece muy poco delicado escribir algo como eso
con destino al público de un país sumido en la miseria como Cuba.

Para uno de nuestros compatriotas de a pie resulta algo casi impensable
que un can —para colmo, "callejero"; es decir, sin dueño— se alimente de
modo sistemático con ese producto que los norteamericanos llaman hot dog
y que casualmente se conoce en Cuba como "perrito". Para ese coterráneo
de uno u otro sexo, las salchichas constituyen un artículo exótico y
codiciado, que sólo de vez en cuando pueden darse el lujo de adquirir a
precios de monopolio en las tiendas en divisas controladas por el Estado
expoliador.

En ese contexto, debemos reconocer que nuestros paisanos no se inclinan
a prestar demasiada atención a la frase alada del canciller alemán Otto
von Bismarck cuando aseguró que había dos cosas que eran las que
permitían que las personas decentes durmieran tranquilas por la noche:
una era que desconocían cómo se redactaban las leyes; la otra, que
ignoraban los pormenores del proceso de fabricación de las salchichas…

Esos remilgos no son para un cubano famélico. Los referidos subproductos
cárnicos de ínfima calidad seguirán constituyendo para él una de las
principales fuentes de proteína, así como el ingrediente fundamental de
uno de los más apetecidos platos de la alta cocina popular: arroz con
perrito.

Source: Perritos para protestar y para comer | Cubanet -
http://www.cubanet.org/opiniones/perritos-para-protestar-y-para-comer/

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