viernes, 28 de junio de 2013

La censura del copiar y pegar

La censura del copiar y pegar
Si yo fuera cubano sentiría una gran frustración, más si fuera de ese
tipo de persona inconformista que quiere conocer los diferentes puntos
de vista sobre los más diversos temas.
Joan Antoni Guerrero Vall
junio 27, 2013

Un bloguero cubano acaba de hacer un estudio en una de las nuevas salas
de internet del régimen cubano, Nauta, en el que concluye que, entre
algunas de las desventajas de las computadoras oficiales, está la
imposibilidad de copiar y pegar los textos de la web, con lo cual
tampoco es posible llevárselos a casa, consumir menos conexión y ahorrar.

Se puede especular sobre la adopción de esta mezquina medida por parte
de las autoridades cubanas, pero parece claro que es una decisión tomada
con intenciones claramente profilácticas y con el objetivo de evitar la
propagación de textos y contenidos que resulten comprometedores para el
estado de opinión que le conviene mantener al régimen en la Isla.

No hay que olvidar que, a pesar de la existencia de imprentas, la
edición sigue bajo control estatal, y que además la prensa de partido,
la única permitida, es una característica fundamental del régimen
establecido, y aspecto vital para el sostenimiento del poder, que es de
lo que trata por todos los medios la élite que permanece mal dirigiendo
el país.

La necesidad del régimen por mantener el control sobre las ideas
esparcidas entre sus vasallos no es novedad en la historia de la
Humanidad, solo hace falta que recordemos el capítulo de la Edad
Medieval y la necesidad de algunas instituciones de entonces de mantener
bajo control la imprenta y la edición con el propósito de que ninguna
oveja del rebaño se les descarriara.

En el siglo XVI la Iglesia en la Europa Occidental era la que decidía
qué libros debían publicarse y cuáles no, a la vez que no se permitía la
edición de libros religiosos con autor anónimo, todo debía ser
debidamente aprobado por las autoridades con el fin de que las Sagradas
Escrituras se interpretaran de forma unívoca hacia un solo sentido.

En los tiempos de Felipe II se estableció la Ley de Sangre mediante la
cual se establecía que solo podían circular los libros marcados por la
iglesia como no prohibidos, y en caso de saltarse esta norma los
infractores podían pagar muy caro el delito, incluso con sus propias
vidas, pues eran condenados a muerte.

De alguna manera todas estas leyes y formas de controlar la información
perviven en el mundo actual en países como Cuba donde imperan sistemas
políticos que necesitan limitar la difusión de información y vetar el
acceso de sus ciudadanos a informaciones alternativas, es por esto que
en los cibercafés cubanos no se puede copiar y pegar textos.

Una contradicción más de este sistema, que se autodenomina Revolución,
aunque en realidad todas sus políticas caminan hacia una dirección
contraria a lo revolucionario, todo se maquina con el fin de que los
cubanos sigan viviendo, mentalmente, en una especie de Edad Medieval en
pleno siglo XXI.

Así pues el sistema cubano no solo ha conseguido un empobrecimiento
material de los cubanos, también es evidente que con este contexto se
habrá conseguido un crónico empobrecimiento cultural, al poner tantos
obstáculos a la circulación de información y al conocimiento de visiones
del mundo alternativas.

No resulta muy agradable saber que tu gobierno decide por ti lo que
puedes leer o no y tampoco parece ser muy ilusionante conocer que las
autoridades que se encargan de gestionar los asuntos públicos en tu país
buscan que desconozcas otras realidades más allá de las que puedes
conocer dentro de tus fronteras.

Si yo fuera cubano sentiría una gran frustración, más si fuera de ese
tipo de persona inconformista que quiere conocer los diferentes puntos
de vista sobre los más diversos temas y hacerse su propia opinión a
partir de la lectura de criterios distintos y generalmente opuestos, que
es lo que ocurre normalmente en cualquier tema.

El científico Carl Sagan hizo en una ocasión algunas recomendaciones
para detectar cuentos engañosos, entre éstas una consideraba que es
necesario que siempre que sea posible exista una confirmación
independiente de los "hechos". Me pregunto, en el caso cubano, de qué
manera el pueblo va a ser consciente de estos cuentos si no tiene
posibilidad de una confirmación independiente de lo que el régimen le
presenta como lo correcto.

Source: "La censura del copiar y pegar" -
http://www.martinoticias.com/content/article/23880.html

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