miércoles, 17 de octubre de 2012

Ellos en la oscuridad, nosotros en la luz

Ellos en la oscuridad, nosotros en la luz
Miércoles, Octubre 17, 2012 | Por Yoaxis Marcheco Suárez

TAGUAYABÓN, Villa Clara, Cuba, octubre, www.cubanet.org – Escondidos
entre las sombras de la noche, como fieras que acechan a la víctima
inocente, entre arbustos y matojos o tras las puertas de lo que debería
ser una simple panadería, un sitio para solamente hornear el triste pan
de nuestro cada día, se apostan los agentes de la Seguridad de un
Estado al que los inconformes como mi esposo y yo tenemos la osadía de
enfrentar.

En medio de esa redada policial que muchas veces tiene como principal
objetivo amedrentarnos y amenazarnos, o literalmente recluirnos como ya
lo han hecho en otras ocasiones, tratamos de vivir un día normal, sin
aspavientos, ni nerviosismos, todo un simulacro de nuestra parte para
que nuestras pequeñas hijas no sospechen que sus padres son como
pacíficas ovejas amenazadas por lobos feroces, capaces de cualquier
fechoría.

Pero confieso que el más fuerte es mi esposo tratando hasta el último
momento posible de evitarnos, incluso a mí, tropezar con el ambiente
siniestro que se forma a solo unos metros de la casa, en la penumbra de
sus alrededores; como el ingenioso padre del filme "La vida es bella"
que disfrazó la cruel realidad del fascismo a su hijo, transformándola
en un juego en el que hasta la muerte se convirtió en un suceso feliz,
mi esposo actúa como si nada estuviera pasando y muchas veces, solo
cuando ya el peligro menguó, me deja saber que estábamos sitiados por
las turbas del MININT, como si fuéramos peligrosos y connotados terroristas.

Durante los días 8 y 9 de este mes de octubre estuvimos rodeados por
esas turbas; aunque somos vigilados todo el tiempo por el pequeño
ejército de ancianos delatores de nuestro pueblo, quienes informan cada
movimiento que hacemos, cada salida y quiénes entran a nuestra casa.
Estos hombres, todos pertenecientes a la tercera edad, como sus
patronos, jubilados a los que por el oficio de informantes se les paga
algún menudo que los ayuda a subsistir, tienen en su mayoría teléfonos
fijos en sus viviendas para comunicarse con los más represores del país,
los agentes de la Seguridad del Estado.

No puedo dejar de pensar en Oswaldo Payá, el hombre que vivió una vida
a todo riesgo, hostigado por la policía política hasta sus últimos
momentos, siempre rodeado, chequeado, amenazado, y que aun así logró dar
a sus hijos la tranquilidad y la fuerza que hoy los mantiene en pie,
enfrentando la peor parte, la pérdida del padre, la ausencia del abrazo,
del calor, del beso.

Me estimula saber que mientras los adversarios traman trampas en nuestra
contra, nos vigilan y persiguen, o nos miran con el rabillo del ojo
delator, nosotros vivimos intensamente nuestra pasión por Cuba y lo
hacemos con la sonrisa a flor de labios, porque la vida no deja de ser
bella a pesar de los hostigadores que maltratan nuestros derechos y
nuestra dignidad. Ellos andan solapados o escondidos en la lamentable
oscuridad de un sistema que se desmorona, nosotros cobijados en la luz
de un futuro en el cual no queremos, ni debemos dejar de creer.

http://www.cubanet.org/articulos/ellos-en-la-oscuridad-nosotros-en-la-luz/

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