martes, 9 de octubre de 2012

El placer de vivir en Cuba

El placer de vivir en Cuba
Yosvani Anzardo Hernández
9 de octubre de 2012

Holguín, Cuba – www.PayoLibre.com – Las cosas simples suelen ser
placenteras, y simplificar la vida es a menudo un hábito adictivo.

Imagina que las normas sociales tienden a desaparecer, no a cambiar,
sino sencillamente a desaparecer. Dejan de ser importantes las buenas
costumbres, comportarse en la mesa, vestir adecuadamente, hablar
correctamente, ser puntual.

Imagina que desaparece el temor a que te llamen mentiroso, y si apestas
te toman lástima, no asco.

Imagina que los ladrones sean vistos como héroes a los que todos desean
imitar, y que la gente asegure tener mucho dinero pero viva en
cuchitriles, para "aparentar", y que los que vivan en casas limpias y
bonitas sean odiados, no envidiados.

Imagina un pueblo para el que cualquier cosa es alimento, que degenera
su gusto musical y lo popular se transforma en vulgar, que pierde los
olores, los sabores y los colores, que vive como el hombre de Neandertal
y aún se cree culto e informado, donde golpear mujeres y niños es
muestra de hombría, donde la traición es un deporte.

Imagina un pueblo que decrece en número pero donde no pueden morir más
personas porque están demasiado débiles para expirar, y para colmo, aún
con todas estas nuevas normas, es orgulloso porque se sabe inferior.

Imagina un pueblo donde todo se pierde, desaparece, y luego nadie hace
preguntas.

Sé que la realidad es mucho más amplia y cruda, pero completa tú el
cuadro, pues también sé que no tienes que imaginar nada, ese es nuestro
pueblo. Claro que parece un infierno, pero asombrosamente tiene sus
encantos.

Sin responsabilidad la vida puede ser muy agradable. Si no hay comida
hoy, tal vez mañana haya. De cualquier manera quién necesita comida
cuando tienes alcohol. Los relojes son caros y llegar tarde es muestra
de que estamos ocupados. Y vestimos con ropa vieja porque estamos en la
"lucha", y porque es más cómoda.

En Cuba la vida es maravillosa, no tienes que trabajar, lo que necesitas
no es que te paguen o te den, sino que te pongan donde hay.

Si tienes mujer e hijos, te divorcias y problema resuelto, saliste de
ellos. Si alguien te molesta le das dos puñala', total, si no lo dices,
nadie lo va a descubrir. Con lo que si tienes que tener cuidado es en
que no te moleste una vaca y luego pretendas vender su carne, en la
venta es donde te cogen.

Claro que tampoco somos salvajes, nadie orina en la calle, a no ser que
sea de noche o tengas bien grande el miembro. También sabemos que lo que
no mata engorda. Por ello no le tememos a las bacterias ni a los virus,
a las aguas negras, ni a las boberías a las que le teme el mundo exterior.

Entiendes ahora por qué hay cubanos que después que salen de aquí lo
primero que piensan es en regresar, no se adaptan, no pueden. La
imaginación no les dio para visualizar el mundo exterior y se sienten
pequeñitos, microscópicos. Tampoco yo puedo, supongo, por eso debo
seguir aquí, total, lo importante no es ir en post del mundo, sino
traerlo de vuelta.

Puede parecer una locura desear que los cubanos vuelvan a ser
coherentes, pero en verdad no lo es, las viejas normas no murieron, sólo
están dormidas, esperan su momento y la gente también espera, cuando
ocurra habrá una carrera desenfrenada por demostrar cuan decentes y
cultos podemos ser. Volverá a ser un placer, vivir en Cuba.

http://payolibre.com/articulos/articulos2.php?id=5282

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