martes, 23 de octubre de 2012

El juicio de Ángel Carromero y el “sitio” de Bayamo

El juicio de Ángel Carromero y el "sitio" de Bayamo
Lunes, 22 de Octubre de 2012 04:08
Escrito por Julio Antonio Aleaga Pesant

Cuba actualidad, Bayamo MN., Granma, (PD) Un corrientazo recorrió la
espina dorsal del hombre del pulóver verde, al sonar su teléfono móvil a
las 4:30 horas. Un amigo, el dueño del Chevrolet 57, le dijo que Yoani,
Reinaldo y Agustín estaban presos en Bayamo.

No estaba confirmado, pero era seguro. Un segundo antes se encendieron
las luces del pasillo del autobús 1228 de la ruta Habana-Tunas, al
entrar a la ciudad de destino. El primer tramo de su viaje concluía y se
preparaba para el segundo, la entrada a la ciudad Monumento Nacional,
convertida ahora en una ratonera para demócratas y periodistas
independientes.

Aun somnoliento, organizó su mochila y leyó un SMS que confirmaba la
detención de los periodistas, desde las seis de la tarde del día
anterior. Bajó del autobús con el temor de que quizás, la policía
política ya le tuviera un comité de recepción en Las Tunas. Pero no,
nadie lo detuvo.

Su Citizen automático con esfera verde indicaba las 4.40 horas. Se
dirigió a otro autobús, en cuyo frente podía leerse Tunas-Santiago.
Habló con el chofer, le ofreció cincuenta pesos y a las cinco, cuando
partió, ya estaba sentado en el interior del ómnibus.

A la entrada de Bayamo, las luces del amanecer le dejaron ver a cuatro
policías en dos autos policiales que chequeaban a dos hombres. La
percepción de riesgo aumentó, pero se bajaría en la terminal. La suerte
estaba echada y el destino no está escrito. Se bajó en la terminal a un
costado de la carretera central y al salir del edificio vio otro auto
patrulla. Cogió en dirección opuesta y se internó en una ciudad que
apenas despertaba.

Un amigo le comentó que la sede del Tribunal Provincial, en la calle
Martí, tenia limitados los accesos desde las calles Pio Rosado hasta
José Antonio Saco. Más aún: el centro turístico Artex, ubicado a unos
metros del juzgado, fue cerrado por orden de la policía política, sin
explicaciones, desde el miércoles anterior.

Una amiga le dijo que muchos miembros de la PNR de la provincia estaban
acuartelados en las estaciones de la Avenida de Castro, la de la
Carretera Central a la salida de Santiago y el Departamento Técnico de
investigaciones (DTI) y Seguridad del Estado en la carretera de Las
Tunas, además de la Escuela Vocacional de Arte (EVA) "Juan Clemente
Zenea", ubicada en la circunvalación norte de la ciudad.

Como no entendió que hacía la policía acuartelada en una escuela de
arte, le explicaron que "la EVA tiene experiencia como juzgado": hace
menos de un año sirvió para procesar y condenar a unos italianos
involucrados en un asesinato.
En este caso sería aprovechada la experiencia acumulada.

El juicio sería a puertas tan cerradas que, con un argumento baladí,
impidieron el acceso a los hijos del fallecido Osvaldo Payá.

A la prensa internacional autorizada y la oficial le fue preparado un
salón con sistema cerrado de televisión, desde donde verían las
incidencias del proceso.

La movilización policial del viernes 5 de octubre, que incluía efectivos
de Seguridad del Estado, era para cuidar el juicio de un ciudadano
español, acusado por las autoridades de causar un accidente donde
murieron dos ciudadanos cubanos. Nadie conoce que existiera un rechazo
especial hacia el hombre por el hecho. Pero el interés internacional por
el juicio del accidente donde murieron dos prominentes miembros del
Movimiento Cristiano Liberación, tenía a las fuerzas de Seguridad del
Estado en máxima alerta.

Además de la detención de los periodistas, el hombre del pulóver verde
supo que estaban presos "los Yohandry", el pastor protestante y el líder
del Movimiento Jóvenes de Bayamo (MJB), miembros del Partido Republicano
Cubano (PRC), así como algunas Damas de Blanco residentes en el humilde
reparto Camilo Cienfuegos.

Su intento por acercarse al centro de la ciudad, poco antes del
mediodía, tuvo rápida respuesta. Fue detenido al costado del Parque
Céspedes por un hombre de civil muy mal vestido, un policía uniformado,
más dos hombres en una moto Suzuki y, conducido caminando a las oficinas
del Jefe de Sector de la PNR, en la calle J.A. Saco entre Martí y Donato
Mármol.

Al llegar al pequeño antro, caluroso y atestado, había dos policías de
civil y tres uniformados de la PNR. Le interrogó un oficial de
inmigración uniformado, con cara de seguroso. Las preguntas giraron
sobre su estancia en la ciudad. ¿Por qué estaba allí? ¿Qué hacía "con
una cámara como esa"? Hacer fotos, respondió secamente.

El interrogador introdujo sus datos en una PC y el resultado de la
investigación se pudo ver en la mueca maliciosa de su rostro reflejada
en la pantalla. Luego de una hora y al consultar por teléfono con lo que
pareció ser el mando superior, le entregó su carnet de identidad y
secamente le dijo: "Puede marcharse".

Otros intentos del hombrecito del pulóver verde por saber sobre el
desarrollo del juicio o de sus compañeros de infortunio, sirvieron de
poco. Una ciudad que amanece sitiada, donde los pocos autobuses que
circulan por sus calles llevan en la puerta delantera un policía de
uniforme y armado, es poco fiable para comentarios inoportunos.

Cayó la tarde. Alguien le llamó diciéndole que Reinaldo, su esposa y su
amigo, fueron deportados hacia la capital. En el noticiario de
televisión de las ocho de la noche un locutor bigotudo leyó un documento
donde se afirmaba que el juicio contra Ángel Carromero, celebrado en
Bayamo, quedaba concluso para sentencia.

Para Cuba actualidad: aleagapesant@yahoo.es

http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/5519--el-juicio-de-angel-carromero-y-el-sitio-de-bayamo-.html

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