sábado, 13 de octubre de 2012

Educación en Cuba ¿Peligran subsidios?

Educación en Cuba ¿Peligran subsidios?
octubre 13, 2012
Por Rogelio Manuel Díaz Moreno

HAVANA TIMES — El pasado viernes 21 de septiembre, la sección semanal
"Cartas a la Dirección", del diario Granma, publicaba una misiva que
muchos encontramos inquietante. Firmaba la carta un tal N. Páez del Amo,
quien planteó la posibilidad de que el Estado cubano retire un número de
subsidios que hasta ahora disfrutan los niños y jóvenes en las etapas
escolares.

La nacionalización de la totalidad del sistema educativo es presentada
como una de las conquistas de la Revolución después de su triunfo en
1959. Hasta entonces, la gran mayoría de los cubanos no podían completar
niveles educativos avanzados por el alto costo que implicaban.

Las nuevas concepciones implicaron la total gratuidad de toda la
formación educativa, desde las guarderías hasta los estudios
universitarios; el préstamo anual, sin costo, de la bibliografía
necesaria para cada año lectivo; la entrega gratuita de cuadernos,
libretas y materiales complementarios; almuerzos, meriendas y comidas en
los centros de educación que lo requirieran, así como la entrega o venta
de uniformes a precios muy subsidiados. Medidas como éstas permitieron
avances nunca antes vistos en un país del tercer mundo.

Ante la crisis económica, aplatanada hoy día en nuestro país, todos los
sectores socioeconómicos han conocido severos ajustes presupuestarios.
El ministerio de educación ha conocido la racionalización de sus
plantillas y establecimientos. Páez del Amo, en la misiva que nos
preocupa, plantea entonces extender esta política mediante el traslado,
al bolsillo de los padres, del precio del mercado de los materiales
escolares, uniformes, etc., que se emplean en las distintas etapas.

Las semanas siguientes vieron aparecer, en la misma sección, respuestas
indignadas de ciudadanos en total desacuerdo con las propuestas de Páez.
Los discrepantes señalan que así se perjudicaría profundamente las
posibilidades de las personas de insuficientes ingresos –la mayoría de
los cubanos– de acceder, en plenitud de condiciones, a las oportunidades
que permite la educación hasta sus máximos niveles.

Ayer viernes 12 de octubre regresó Páez del Amo a la palestra para
repetir los argumentos por los que cree conveniente su propuesta,
díganse la economía para el Estado; la creación de una mayor conciencia
sobre el valor y el cuidado a los materiales escolares, etc.

También comenta que su propuesta debe venir acompañada del aumento
correspondiente de los salarios de los trabajadores para que puedan
enfrentar el incremento de los gastos. Aquellas personas que no puedan
alcanzar la capacidad adquisitiva necesaria podrían ser objeto de un
subsidio excepcional, añade.

La mayoría de los simples mortales no tenemos idea de cómo funcionan los
entresijos de la sección "Cartas a la dirección", los criterios de
selección de aquellas que aparecen publicadas, ni siquiera si son reales
las personas que allí se exponen.

Sin embargo, tenemos la amarga experiencia de que, cada vez que en los
medios oficiales comienza una especie de debate alrededor de estos
temas, no pasa mucho tiempo sin que el Gobierno termina por implementar
la variante más perjudicial para Liborio.

Así ha ocurrido con la reducción de una sustancial parte de la cuota de
alimentos normados y subsidiados mediante el sistema de racionamiento,
conocido como la libreta de abastecimiento; el acceso y apoyo a
actividades artísticas y deportivas, entre otras. Ah, y nunca vemos
llegar la parte de los subsidios personalizados ni aumentar nuestros
menguados ingresos.

Grandes ausentes en la polémica y nuestra posición

En Cuba existen varias asociaciones que tienen teóricamente la tarea de
representar los intereses de los estudiantes en las distintas etapas. Ni
en la sección "Cartas…", ni en el resto del diario Granma o sus
similares, ni en los medios propios de estas organizaciones hemos visto
aparecer ningún pronunciamiento al respecto.

Esta actitud nos resulta contrastante con las de otras agrupaciones de
estudiantes en otros países, las que parecen un poco más activas en la
defensa de los intereses de sus miembros, según reflejan las noticias
que sí podemos leer en la prensa nacional de aquí.

No conocemos del pronunciamiento de ninguna figura oficial del gobierno
en este punto en particular. Puede deberse a desinformación de este
humilde servidor. Por supuesto, ya no confiaríamos del todo en que una
figura ministerial, ni otra de mayor rango, que aparezca y prometa que
el apoyo comprometido por el gobierno a la educación se va a mantener,
con subsidios y todo lo demás.

Promesas parecidas se hicieron, que luego no resistieron la cruda
realidad con despidos masivos de trabajadores y racionalizaciones de
centros de educación y salud, como ha reconocido el gobierno. No
obstante, se reconocería el gesto, que reflejaría un poquito de esa
conciencia que exigimos, de los gobernantes, de deberse al pueblo e
informarle de su gestión.

Finalmente, nuestra crónica desconexión de Internet nos impide buscar en
los blogs oficialistas, a ver si se han hecho eco de estas
preocupaciones, y ver de qué lado se ponen.

A este servidor le preocupa que el debate, reflejado en la sección del
Granma, sea el preludio de la implementación de recetas neoliberales y
capitalistas en nuestro sistema educativo.

Mi padre es hijo de una familia campesina humildísima, de aquellas donde
las personas morían, antes de 1959, a causa de enfermedades triviales,
por no poder pagar un médico. Ni hablar entonces de formación educativa,
cuando sus padres –mis abuelos– cubrieron apenas niveles elementales de
enseñanza.

Sin embargo, el triunfo de la Revolución le abrió a mi padre las puertas
del progreso y obtuvo un brillante título de ingeniero, gracias a las
preocupaciones sociales abordadas y resueltas por el intento de
construcción socialista llevado a cabo.

En estos años, millones de cubanos han alcanzado asimismo una formación
profesional avanzada, puesta luego al servicio de la sociedad, pero no
hubieran podido llegar a ese punto sin la solidaridad que practica
justamente esa sociedad, que aporta las riquezas necesarias para
garantizarle, a todos, todas las condiciones para sus estudios.

De tal forma, haré uso de este y todos los medios que se pongan a mi
alcance, para denunciar con la mayor energía que sea capaz, aquellas
intenciones que contemplo de negar los valores más profundos de nuestra
sociedad que aspira a construir el socialismo.

En lo que mi esposa llama al ministerio de educación para averiguar si
tenemos que empezar a ahorrar para, de aquí a dos años, comprarle los
libros de primaria a Rogelito, intentaré contribuir al trabajo de muchas
personas de buena voluntad, que permita asegurar que esos valores no
serán revertidos como en el tiempo de mis abuelos.

http://www.havanatimes.org/sp/?p=73380

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