jueves, 11 de octubre de 2012

Destructivismo

Destructivismo
Miércoles, 10 de Octubre de 2012 01:36
Escrito por Ramón Díaz Marzo

Cuba actualidad, Habana vieja, La Habana, (PD) -. El destructivismo (no
confundir con el deconstructivismo) es una corriente
político-arquitectónica-literaria surgida el primero de enero del año
1959 en la capital cubana.

Las primeras medidas que se implementaron fue nacionalizar los edificios
que habían sido construidos con el dinero de sus dueños.

Luego vino la segunda etapa: hacerle la vida imposible a todos estos
dueños de menor cuantía hasta convencerlos de que tenían que abandonar
el país.

La tercera etapa fue orientalizar la capital con barbacoas al estilo de
los indios que poblaron nuestras tierras antes de la llegada del
Almirante don Cristóforo Colombo.

Hasta aquí las bases del Destructivismo, lo cual suponemos un secreto de
arte, no de estado, que debía gestarse con el lema: "en silencio ha
tenido que ser".
Es decir: la destrucción de la capital por el propio gobierno era el
secreto mejor guardado de la Revolución hasta que desde hace muchos años
ha dejado de serlo.

Se suponía que la revolución cubana iba a construir muchas casas para la
clase obrera. Una parte de esas casas se habrán construido en el
interior del país. Pero aquí en la capital ha sido al revés: cada día
hay menos lugares donde vivir...

Si hay una empresa que realmente ha demostrado, a lo largo de estos
cincuenta años, trabajar con excelente eficiencia es la empresa cuyo
contenido es demoler los edificios.

Cuba antes de 1959 era como un libro cualquiera. Que fuera un libro bien
escrito o mal escrito no es ahora importante para lo que deseamos
expresar. Si Cuba es el país donde anualmente se celebran más de 1500
congresos, lo lógico sería que existiera un congreso sobre el
Destructuvismo en tiempo real.

Este congreso sobre el Destructuvismo estaría asegurado por miles y
miles de arquitectos fascistas, lingüistas, estetas, narratólogos,
metatrancosos, escritores frustrados, que utilizarían a La Habana como
laboratorio.

Para estos estudiosos, nuestra capital sería como un libro donde podrían
entrar, pues nunca será igual estudiar un libro desde fuera que desde
dentro.

Si fuéramos a estudiar a la revolución cubana como una obra literaria,
que considero más enredada que la novela "Rayuela" del escritor
argentino Julio Cortázar, nos daríamos cuenta que para contarla (a la
revolución cubana) lo mismo se puede comenzar por delante, por detrás, o
por cualquier parte.

La historia de la revolución cubana es atípica. Los especialistas y
teóricos de la literatura y la arquitectura fascista con el territorio
nacional tendrían mucha tela por dónde cortar.

Fidel Castro Ruz ha superado con creces a todos los dictadores y
emperadores que lo han precedido. Incluso ya está superando al personaje
legendario de Gabriel García Márquez, el protagonista de "El otoño del
patriarca", al estar compitiendo para llegar al "Invierno del Patriarca"
o al "Yo soy inmortal", novelas, estas últimas dos que están por
escribirse, con lo cual cada vez más se demuestra que la revolución
cubana es una obra literaria, una obra de ficción, una realidad que sólo
existe en la mente de los propios personajes que vivimos aquí y de los
lectores que nos observan desde el exterior.

Así llego a la conclusión, pero al revés, del filósofo Descartes que:
"No existo, luego no puedo pensar". Por supuesto que lo antes dicho es
una hipótesis. Por eso, en un congreso de teóricos de la literatura y la
arquitectura "fascista" quizás podríamos acercarnos a una posible
explicación del fenómeno que es la revolución cubana.

Esta hipótesis de que la revolución cubana pudiera ser un libro de
ficción no es una broma. Simplemente trato de aportar nuevos métodos y
modelos de acercamiento a la comprensión de nuestra realidad, como lo
han estado o están intentando hacer los Lineamientos del 6to Congreso
del PCC con lo cual sabremos quiénes somos y hacia dónde vamos, como se
pretende lograr en el reciente censo de población realizado en todo el país.

Por lo pronto, este artículo o propuesta de idea está avalada por las
fotos que le acompañan y que nos recuerdan lo que los teóricos de la
literatura hacen con los libros: desmontarlos, desmantelarlos, con la
esperanza de descubrir cuál fue la carpintería que el autor utilizó para
construir su libro.

Para Cuba actualidad: ramon597@correodecuba.cu

http://primaveradigital.org/primavera/cuba-sociedad/sociedad/5422-destructivismo.html

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