miércoles, 17 de octubre de 2012

Ángel Carromero, rehén y chivo expiatorio

Ángel Carromero, rehén y chivo expiatorio
[17-10-2012]
Cuba Independiente y Democrática

(www.miscelaneasdecuba.net).- Los regímenes que se apoyan en el castigo
indiscriminado usan las leyes para justificar sus abusos. Ángel
Carromero era un amigo de la familia de Oswaldo Payá y manejaba el
automóvil accidentado; no había ninguna justificación para impedirle a
la esposa y a los hijos de Payá reunirse con él, como ellos pidieron
con insistencia. Esta familia había declarado públicamente que no
acusaría a Carromero.

Mientras investigaban el caso en cualquier país civilizado lo habrían
puesto en libertad inmediatamente. No había necesidad de mantenerlo
preso e incomunicado. Tampoco había razón alguna para condenarlo.

Según la lógica castrista si la viuda de Payá hubiera estado manejando
el automóvil la habrían condenado igualmente. El Estado totalitario es
la máxima autoridad en todas las instancias. Es el responsable de
vigilar y de "velar" por todos.

Pero Ángel Carromero se convirtió en una oportunidad. En un rehén y en
un chivo expiatorio. Su verdadero pecado fue viajar a Cuba a brindarle
solidaridad a un líder de la oposición democrática. Con su condena -
los que quieran apoyar a la oposición - están advertidos del precio a
pagar.

Su segunda falta es su ciudadanía española. En España gobierna un
partido, al que él pertenece, que no simpatiza con la dictadura
castrista. Por el primer pecado -la solidaridad- había que castigarlo
cruelmente. El segundo brindaba la oportunidad del chantaje, la
negociación y el compromiso.

Ángel Carromero no correrá la suerte de otro rehén, el ingeniero Alan
Gross, un norteamericano condenado a 15 años de prisión por haber
llevado a Cuba un equipo para facilitarle a la oposición la comunicación
por Internet. Una falta tan ridícula como insustancial.

Pero el gobierno español parece manejar buenas relaciones con la tiranía
y los empresarios españoles son socios importantes del castrismo. Una
vez que se hayan cumplido las apariencias del "indebido proceso", que no
sabemos cuánto tiempo esto tomará, Carromero, podrá viajar a su país y
tratar de olvidar la pesadilla.

Este ha sido una conjura política que ha culminado con un juicio
político. La dictadura en Cuba cree que causando confusión, miedo y
dolor doblega a sus víctimas. No parece haberse dado cuenta que esa es
una táctica que corresponde a la primera etapa del proceso totalitario.

Una vez que el comunismo fracasa, los atropellos se vuelven contra su
propia estabilidad. Independiente de lo que el régimen tiene que
esconder en este caso, la forma en que ha procedido, lejos de
beneficiarlo, lo ha perjudicado. Entre todos los atropellos de este
caso el colmo de la crueldad fue negarle a la familia de Oswaldo Payá
presenciar el juicio de Ángel Carromero.

En su pena por la pérdida irreparable de su ser querido y la forma
inhumana en que ha sido tratada, la familia Payá debe saber que el
pueblo cubano, la oposición y el mundo democrático han estado a su lado.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=37401

No hay comentarios:

Publicar un comentario